Libro 1.- Análisis de “El Pueblo que no quería crecer” de Ikram Antaki

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Algo con lo que no estuve muy de acuerdo, fue con la generalización realizada en el texto, aquella generalización que señala que el pueblo mexicano tiene un rechazo a la razón, cuando no particulariza a que sociedad se refiere, me parece que el ensayo de la dramaturga pretende ser genérico a la sociedad mexicana y con una excepción se rompe la regla, como “El laberinto de la soledad” y el nobel de literatura o bien con Alfonso Robles, el nobel es el reconocimiento a la razón, por tanto, es demeritar el intelecto mexicano, por el contrario, advierte que nuestro país no es el lugar privilegiado para que florezca la libertad de pensamiento.

Hay una parte casi al principio que dice, y cito: “En México nadie rompe el florero, algo lo mueve, le da una dinámica que lo desequilibra y lo hace caer. El producto del trabajo es malo no porque el obrero lo hiciera mal, sino porque alguna fuerza extraña, fatal, hizo que así resultara. La responsabilidad del error, del daño, no es de nadie; todo es accidente, aun la destrucción, aun el crimen”. Me deja sin palabras, ese pequeño fragmento, explica a la perfección el día a día en este país.

Ikram Antaki hace una crítica durísima, es natural sentirse ofendido o enojado pues a nadie le gusta que le digan la verdad. Estoy de acuerdo que haya sido un extranjero quien nos haga la crítica ya que la objetividad reina en sus argumentos. ¿Qué diría el mexicano de sí mismo si todo lo que hace le parece natural?

El libro atrapa por su forma y su contenido, también es cierto que las frases saltan de las páginas e invitan a la reflexión, y es allí donde radica su valor.

Un mexicano jamás haría una crítica de sí mismo en los términos que lo hace un extranjero, y más por ser Antaki, una mujer letrada y que analiza ideas, como con “El Pueblo que no Quería Crecer, porque sencillamente, desde las instancias oficiales hasta el ciudadano común, en su mayoría son autocomplacientes, doble vida y convenencieros; y nunca serían capaces de un auto análisis objetivo; el libro me encantó, un poco pesado de leer dadas las circunstancias, difícil de digerir gracias a su lenguaje complejo, duro de aceptar como mexicana, lo tome como una verdad que te golpea la cara de improvisto, es un libro lamentablemente atemporal porque, desde hace 20 años, cuando se escribió, no hemos avanzado mucho como sociedad.

Es una visión diferente de cómo somos. Leer este libro es vernos desde unos ojos ajenos.