Libro nunca renuncies a tus sueños
Enviado por John0099 • 29 de Julio de 2018 • 2.114 Palabras (9 Páginas) • 422 Visitas
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hablar en público, al abrirse, su ventana killer bloquea su inteligencia, no logra encontrar, los archivos de su memoria que sustentan su razonamiento, no coordina sus ideas.
Cada vez que perdamos el control de nuestras reacciones somos víctimas de esas ventanas, Actuamos por instinto y no como sapiens, sabio es el que tiene el coraje de identificar sus locuras y procura superarlas, No esconde su irracionalidad, sino que, por lo contrario, la trata. Muchas personas impulsivas hieren durante toda la vida a sus seres más cercanos porque nunca asumieron su ansiedad, somos muy habilidosos para escondernos nuestros fallos.
Muchas personas se angustian y hasta consideran el suicidio por que detestan su cuerpo, piensan en accidentes, en enfermedades, en la muerte de personas queridas, en la pérdida del empleo, o temen fallar en los exámenes. Para evitar esto, necesitamos salir a plantear, entrar en el escenario de nuestra mente y convertirnos en los actores o actrices principales de nuestra inteligencia. El que aprenda esta lección, habrá entendido uno de los pilares de este libro.
EL SUEÑO DEL PACIFISTA QUE SE ENFRENTO AL MUNDO
Cuando algún estimulo exterior o interior, él habría esas ventanas, pensamientos negativos y tensas emociones invadían el teatro de su mente, robándole la escena, disipando su motivación y su amor por la vida.
Cuando nuestros sueños incluyen a los otros, cuando buscan contribuir de alguna forma al bien de la humanidad, soportan con más facilidad los temores de la vida. Cuando alimentamos sueños individualistas, estos son tímidos y no resisten los accidentes del camino.
Enriquecer por enriquecer es absurdo Ganar dinero solo tiene sentido si es para algo más que nuestro propio confort, si se lo usa para ayudar a los demás, aumentar la oferta de empleo, contribuir a la sociedad.
Cuando el miedo se halla presente en el anfiteatro de las emociones, no hay dos vencedores o dominamos el miedo, o el miedo nos domina. A los ojos del mundo lo mejor era que el retrocediera y olvidara sus sueños. En su lugar, muchos los abrían enterrado. Hay profesionales que, ante el autoritarismo de sus jefes, anulan su inteligencia. Hay jóvenes que sepultan su creatividad antes de pasar un examen o presentarse a unas o posiciones.
La vida es juego. Podemos perder en muchos momentos pero no podemos aceptar quedarnos en el banquillo de los suplentes.
Los grandes pensadores siempre fueron eximios cuestionadores que utilizaron el arte de la duda y de la crítica para abrir el mundo de las ideas.
Por desgracia, en un mundo tan apresurado y ansioso, la educación ha despreciado las herramientas de la duda y la crítica, constituye la lana y la aguja que teje la inteligencia, Cuenta la cantidad de información no su cantidad.
El noventa por ciento de las informaciones son inútiles, nunca serán utilizadas y ni si quiera recordadas.
Nada es tan peligroso para aprisionar la inteligencia como aceptar pasivamente las informaciones.
Las secuelas de las discriminaciones se perpetúan a través de los siglos.
Las experiencias discriminatorias se archivan con intensidad en el sustrato de la memoria contaminando al inconsciente colectivo. Esas zonas de conflicto no afectan solo a una generación, si no que se transmiten durante dos o tres o más generaciones.
UN SOÑADOR QUE DESEO CAMBIAR LOS FUNDAMENTOS DE LA CIENCIA Y CONTRIBUIR AL BIEN DE LA COMUNIDAD
A.C tuvo una infancia difícil, pero divertida. Cuando eran adolescentes, sus padres trabajaban como agricultores. Padecieron enormes dificultades económicas. De su matrimonio nacieron seis hijos. Durante los primeros años, dormían todos en una misma habitación, en una cosa pequeñísima.
Con espacio reducido pero con un corazón grande, la casa de A.C era un desorden. Pero había alegría en la miseria y creatividad en los escases. Los niños organizaban una fiesta con casi nada. El parecer de vivir siempre ha circulado por los senderos de los que exigen poco para ser felices. Los senderos de los que exigen poco para ser felices. Los que exigen mucho poseen un apetito psíquico insaciable.
Hay pequeños gestos que marcan la vida y palabras inofensivas que pueden resultar letales. No hay padres que no erren intentando acertar.
Cuantos maestros angustian a sus pequeños alumnos con actitudes reflexivas. De esta manera, también enseñamos a los niños a superarse y separarlo.
Para los niños, peor, que crecer con conflictos es crecer con ausencia completa de ellos, sin dificultades, sobreprotegidos. De ese modo no adquieren defensas para sobrevivir en una sociedad estresante.
Nunca se ha protegido tanto a la juventud de clase media y alta y nunca se ha sentido tan insatisfecha y ansiosa.
¿Cómo puede un mero estudiante estar en desacuerdo con sus cultos profesores? No se sabía si era un caprichoso, una persona ajena a la realidad o un amante de la sabiduría.
El miedo a pensar de un modo distinto ha acantonado mentes brillantes.
Muchos profesionales, empresarios, ejecutivos, y estudiantes han agotado sus ideas bajo el manto de la timidez y la inseguridad. La inteligencia siempre necesita del oxígeno de la audacia para respirar.
NUNCA RENUNCIES A TUS SUEÑOS
No necesitaras sueños para superar una pequeña tristeza o un momento de ansiedad. Pero necesitamos sueños espectaculares para vencer una crisis depresiva el desánimo, la falta de coraje para vivir y para poder creer que todo trastorno psíquico por muy dramático que sea, puede superarse. Necesitamos sueños que exalten la grandeza de la vida para vencer un síndrome de pánico, un trastorno obsesivo, una enfermedad psicosomática, un estrés postraumático consecuencia de un accidente o una crisis económica. Solo los sueños nos ayudan a soportar una perdida irreparable. Ellos lubrican los ojos del corazón: hacen que una madre que perdió a un hijo lo vera jugando en la eternidad.
Necesitaras sueños para no ser esclavos de la culpa prisionero del pasado, siervo de las preocupaciones por el futuro. Los necesitamos para salir de la platea, rescatar el liderazgo del yo, dejar de ser víctima de sus heridas psíquicas reeditar la película del inconsciente y convertirte en el protagonista de tu propia historia.
Necesitaras sueños humildes para exigir menos de ti y de las personas que te rodean, para elogiar,
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