Materia: Modelos de la Psicología Clínica y Salud Psicoanalítica
Enviado por Sandra75 • 30 de Diciembre de 2018 • 2.058 Palabras (9 Páginas) • 419 Visitas
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Freud afirmaba que los hombres no son generalmente sinceros en las cuestiones sexuales. No muestran a la luz su sexualidad, sino que la cubren con espesos mantos tejidos de mentiras, como si en el mundo de la sexualidad reinara un cruel temporal.
La investigación psicoanalítica refiere que los síntomas no son acontecimientos sexuales, sino sucesos traumáticos. La labor analítica necesaria para la aclaración absoluta y la definitiva curación de un caso patológico no se detiene nunca en los sucesos del período de enfermedad, sino que llega en todos los casos hasta la pubertad y la temprana infancia del paciente, para tropezar allí con dos sucesos e impresiones determinantes de la posterior enfermedad. Freud, argumenta que la emoción del amor sexual no surge por vez primera en el período de la adolescencia, como se ha pensado hasta ahora es muy explicable que, sean o no investigadores médicos, no quieran los hombres saber nada de la vida sexual del niño. Han olvidado su propia actividad sexual infantil, bajo la presión de la educación civilizadora, y no quieren que se les recuerde lo que han reprimido.
El instinto sexual del niño se nos revela como muy complejo, y es susceptible de una descomposición en numerosos elementos de muy diverso origen. Ante todo, es aún independiente de la procreación, a cuyo servicio entrará más tarde, y sirve, por lo pronto, para la consecución de sensaciones de placer, de muy diversos géneros, a las que por sus analogías y conexiones reunimos bajo la común consideración de placer sexual. La fuente principal del placer sexual infantil es el estímulo apropiado de determinadas partes del cuerpo, especialmente excitables; esto es, además de los genitales, la boca, el ano, la abertura del meato, y también la piel y otras superficies sensoriales. Dado que en esta primera fase de la vida sexual infantil la satisfacción es conseguida en el propio cuerpo y aparte de todo objeto exterior, la denominamos, conforme al término implantado por Havelock Ellis, fase del autoerotismo, y Ilamaremos zonas erógenas a las partes del cuerpo que intervienen en la consecución de placer. El chupeteo o succión productora de placer, observable en los niños más pequeños, es un buen ejemplo de una tal satisfacción auto erótica conseguida en una zona erógena.
El primer observador científico de este fenómeno, un pediatra de Budapest llamado Lindner, lo interpretó ya como una satisfacción sexual y ha descrito minuciosamente su transición a otras más elevadas formas de la actividad sexual. Otra satisfacción sexual de esta edad infantil es aquel estímulo masturbatorio de los genitales, que tan gran importancia conserva para la vida posterior y que muchos individuos no logran jamás dominar.
Conclusión: Quizás en estas discusiones sobre la vida sexual y la evolución psicosexual del niño nos hemos alejado mucho del psicoanálisis y de la labor curativa de las perturbaciones nerviosas. Si pretenden describir exclusivamente el tratamiento psicoanalítico como una segunda educación dirigida al vencimiento de los restos de la infancia.
5 Conceptos psicoanalíticos:
SEXUALIDAD
En la experiencia y en la teoría psicoanalíticas, la palabra sexualidad no designa solamente las actividades y el placer dependientes del funcionamiento del aparato genital, sino toda una serie de excitaciones y de actividades, existentes desde la infancia, que producen un placer que no puede reducirse a la satisfacción de una necesidad fisiológica fundamental (respiración, hambre, función excretora, etc.) y que se encuentran también a título de componentes en la forma llamada normal del amor sexual.
AUTOEROTISMO
Su empleo, el autoanálisis aparece como complemento del tratamiento, preparándolo o continuándolo. En cuanto al autoanálisis de Freud, fue muy singular, ya que formó parte del origen del descubrimiento del psicoanálisis y no la aplicación de un saber. Por lo que respecta a los analistas, es muy aconsejable la continua investigación de su propia dinámica inconsciente. Freud lo hizo notar a partir de 1910 a propósito de la contratransferencia*: «[...] ningún psicoanalista puede ir más allá de lo que le permiten sus propios complejos y resistencias interiores. Por ello exigimos que inicie su actividad por un autoanálisis (a) y siga profundizándolo mientras aprende, con la práctica, en sus pacientes. Quien no efectúe semejante autoanálisis hará bien en renunciar, sin vacilación, a tratar a los enfermos analíticamente.
ELECCIÓN DE OBJETO U OBJETAL
Acto de elegir a una persona o un tipo de persona como objeto de amor. Se distingue una elección de objeto infantil y una elección de objeto puberal; la primera marca el camino para la segunda. Según Freud, la elección de objeto se efectúa según dos modalidades principales: el tipo de elección de objeto por apoyo y el tipo de elección de objeto nar-cisista.
PERVERCION
Desviación con respecto al acto sexual «normal», deñnido como coito dirigido a obtener el orgasmo por penetración genital, con una persona del sexo opuesto. Se dice que existe perversión: cuando el orgasmo se obtiene con otros objetos sexuales (homosexualidad, paidofília, bestialidad, etc.) o por medio de otras zonas corporales (por ejemplo, coito anal); cuando el orgasmo se subordina imperiosamente a ciertas condiciones extrínsecas (fetichismo, transvestismo, voyeurismo y exhibicionismo, sadomasoquismo); éstas pueden incluso proporcionar por sí solas el placer sexual. De un modo más general, se designa como perversión el conjunto del comportamiento psicosexual que acompaña a tales atiplas en la obtención del placer sexual.
FIJACIÓN
La fijación hace que la libido se una fuertemente a personas o a imagos, reproduzca un determinado modo de satisfacción, permanezca organizada según la estructura característica de una de sus fases evolutivas. La fijación puede ser manifiesta y actual o constituir una virtualidad prevalente que abre al sujeto el camino hacia una regresión. El concepto de fijación forma parte, en general, de una concepción genética que implica una progresión ordenada de la libido (fijación a una fase). Pero, aparte de toda referencia genética, también se habla de fijación dentro de la teoría freudiana del inconsciente, para designar el modo de inscripción de ciertos contenidos representativos (experiencias, imagos, fantasías) que persisten en el inconsciente en forma inalterada, y a los cuales permanece ligada la pulsión.
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