Muerte y más Allá
Enviado por Antonio • 15 de Abril de 2018 • 2.040 Palabras (9 Páginas) • 370 Visitas
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Por último, la definición de la Real Academia Española para el cielo (en términos cristianos) es “morada en que los ángeles, los santos y los bienaventurados gozan de la presencia de Dios en gloria”. En otras palabras, la fe cristiana le otorga un sentido positivo al cielo, un lugar donde se puede estar con Jesús, María, los ángeles y todos nuestros seres queridos que partieron de la vida física. Todos los encuestados creyentes piensan de esta forma, el cielo es un estado y sensación únicas para el ser humano, una especie de premio a la que se le atribuye el buen actuar. Como en el libro de Dante, muchos le otorgaban al cielo las características de un “Paraíso”, donde el Señor junto a todos sus súbditos e hijos nos está esperando. Una definición interesante fue descrita por un alumno de kinesiología, quien practica la religión católica constantemente, y decía que el cielo es netamente una “meta” a la cual, por lo menos todos los cristianos, debemos aspirar, independiente de todos los errores y pecados que se cometen en vida, ya que Dios es capaz de perdonarnos siempre y cuando se muestre arrepentimiento. Toda la gente que le abre sus puertas a la fe deben saber y creer que el sentido de la vida desemboca en llegar al paraíso, cuyas puertas fueron abiertas por Jesucristo en el momento de su resurrección. Así, cada uno tiene un plazo y tareas que cumplir en esta vida, tareas que son impuestas por esta misma a medida que creces espiritualmente, y si cumples, en el momento de tu defunción empezarás esta nueva era de descanso y placer. Es lo más cercano a lo que cree y difunde la Iglesia.
Infierno. Purgatorio. Cielo. Tres conceptos que pueden abarcan tanto conocimiento como imaginación y fe tengan las personas. Tres ideas tanto aterradoras por lo misterioso de su significado como esperanzador por las actitudes que se esperan a partir de ellas, así como indiferentes para aquellos que no creen. Los tres espacios (dos terrestres y uno celestial) por donde se aventuró Dante en busca del final feliz, el paraíso, con ayuda de Beatriz, representante de la fe. Mismo orden que se empleó en la explicación de cada concepto en el presente informe, tratando de mostrar el grado de bien y/o mal que intrínsecamente cada individuo le otorga a estos, pasando inicialmente por el miedo que provoca el inframundo, luego por el estado de juicio a las almas del purgatorio, y finalmente por el esperanzador paraíso, tan prometido por la Iglesia. Curiosamente los participantes, a medida que iban aclarando en ese orden su opinión, respondían de forma negativa lo primero, neutro lo intermedio y positiva lo tercero, así como también se notaba el entusiasmo que les proporciona este último.
Fue la tendencia que mostraron los encuestados en general al consultarles la pregunta propuesta por el profesor. El cielo es visto como un lugar donde no existe el mal, al contrario del infierno. No está de más aclarar que las opiniones e imágenes entre personas de la misma creencia religiosa eran parecidas, incluso a veces idénticas. A medida que vamos viendo las variadas perspectivas de las distintas religiones podemos expandir aun más nuestro conocimiento acerca de lo que piensa la gente. Por otra parte, algo que llamó la atención fue que la mayoría de las personas que actualmente no practican la religión católica en alguna oportunidad de sus vidas lo hicieron (principalmente por influencias familiares). Preocupante es saber que en ciertas personas la llama de la fe se apaga, y, según ellos mismos, esto es debido a la poca credibilidad que la Iglesia está mostrando en el último tiempo. A modo de resumen, lo que más afecta a estas personas son los problemas de abuso de parte de sacerdotes y el no estar de acuerdo con ciertas opiniones de la Iglesia (no al aborto, virginidad hasta el matrimonio, etc). Son razones que alejan a parte de la sociedad de la fe, pudiendo incluso desvincularse de todo tipo de interacción con esta.
Personalmente, como católico, no me alejo mucho de las imágenes que los creyentes le otorgan a los tres temas tratados. Creo que existe un cielo para aquel que perdona y es perdonado, un infierno para el que peca sin preocuparse de aquello y un purgatorio para aquel que necesita una segunda oportunidad. Creo en que Dios es justo y seleccionador a la hora de juzgar a quien le corresponde cada estado de alma. Siento que también es una motivación más que una condición (como lo indicaba un participante ateo) para actuar de manera moral y correcta en vez de pecar sin límites ni arrepentimiento. Motivación para llegar a la meta de todo cristiano, que es el cielo, lugar donde nos espera el Salvador y su Padre, junto con toda la gente que alguna vez amamos en nuestra vida terrenal. Pero para pasar a aquella fase, creo y se que existe un proceso intermedio, llamado resurrección, el cual gracias a Jesucristo podemos experimentar los creyentes. Como indica Freddy Parra, “todas las personas tienen un futuro que va más allá de la muerte. (...) Tanto el cuerpo como el espíritu tienen un futuro de plenitud por el don de Dios Creador y Consumador de la historia”. Todas aquellas personas que practican correctamente y expanden la fe, la misma que le permite a la humanidad tener la tranquilidad de poder tener un descanso eterno y digno para el alma. O el miedo y terror constante de ser castigado para siempre.
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