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Profesora Tatiana Calderón Literatura hispanoamericana contemporánea

Enviado por   •  2 de Agosto de 2018  •  2.571 Palabras (11 Páginas)  •  464 Visitas

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Como se ha podido evidenciar, el Manifiesto Antropófago [w]se configura, como todo manifiesto, siguiendo la oposición nosotros/otro. Esta oposición, como también ya se ha mencionado, propone al indígena caribe como el sujeto icónico que ha de servirle de herramienta de lucha e ideal estético, además de fuerte constructo en la configuración identitaria brasileña a la que apela Andrade. De esta manera resulta esencial comprender la forma en que el autor configurará dicha imagen del indígena y los recursos mediante los que la presentará. Se articula además en este punto una resignificación de la figura del otro y del tropo [x]mismo al que haría referencia la antropofagia. Ahora bien, para llegar a la comprensión de estos elementos, y así contestar a la hipótesis, tal vez sea pertinente preguntarse ¿Qué se entiende por antropofagia?

La antropofagia se define desde los estudios antropológicos clásicos [y]como una estrategia de los pueblos primitivos para anular el peligro de los extraños. Esta estrategia, consistía en comerse la fuente de peligro, creyendo de esta manera que incorporaban biológicamente sus cualidades al grupo, nutriéndose de su poder y su fuerza. Era una forma de ingerir y devorar cuerpos y espíritus extraños por medio del metabolismo con el fin de convertirlos en cuerpos y espíritus idénticos y así mantener el orden social. Andrade, [z]sitúa la antropofagia en su manifiesto como una costumbre propia de los pueblos precolombinos, específicamente, de la tribu Tupí. Esta tribu, es uno de los pueblos nativos de Brasil y el que abarcó más territorio. Fueron ampliamente conocidos por practicar la antropofagia, ritual guerrero [aa]en la cual tomaban prisionero al guerrero más valiente de la tribu contraria para devorarlo, con el fin de absorber su valentía y su coraje[ab]. La antropofagia, era [ac]vista entonces como un acto que permitía la transmigración de un cuerpo a otro de la fuerza guerrera, del coraje y la gallardía. Al Tupí, no le importaba ser comido, porque dentro de su cuerpo estaban los cuerpos de los antepasados de quien lo comía y de los suyos propios. Su alma, no renacía en otro hombre, sino que en un animal, insecto o planta.

"El hombre y su cuerpo, son solo una transición hacia el conocimiento absoluto que solo se logra cuando hemos sido todos los seres. El ritual antropofágico permite conservar, entonces, el alma de sus antepasados que fueron derrotados por otras naciones, de allí, que no practiquen este acto con los hombres de su propia tribu" (González 199-200[ad]).

La violencia y la dominación por tanto, tenían un carácter ritual y territorial[ae].

Esto, claramente se relaciona con el tropo canibalismo, que más allá de la acción de comer carne, es definida por Jáuregui como el acto de devorar la cultura del otro[af], aniquilándola y ejerciendo una dominación sobre el otro, como forma de construir la identidad y alteridad (14-15). En el Manifiesto Antropófago, se ve resignificado este tropo mediante el uso metafórico de la antropofagia, pasando de ser una estrategia de construcción de la identidad incorporando las cualidades del otro al seno del grupo mediante la devoración, a significar la identidad como tal del hombre, en tanto a su estado natural, basándose en sus características originales y ante todo, salvajes[ag]:

“El espíritu [ah]se niega a concebir el espíritu sin cuerpo. El antropomorfismo. Necesidad de la vacuna antropofágica. Para el equilibrio contra las religiones del meridiano. Y las inquisiciones exteriores” (41).

[ai]

El antropomorfismo, es la atribución de características y cualidades humanas a los animales, a objetos o fenómenos naturales. En este sentido, lo que Andrade hace es relacionar al hombre con los animales, seres salvajes guiados por el instinto, regidos por las leyes del universo y la naturaleza, en una relación simbiótica con la tierra[aj], madre de todas las cosas. Es por esta búsqueda de la identidad salvaje, que el autor alude a la necesidad de una vacuna antropofágica, que promueva en los brasileros el sentimiento de una revolución caribe que tenga como objetivo arrancar[ak] la tradición occidental del seno de la sociedad brasilera y forjar una identidad nacional basada en las características||del hombre natural.

Por tanto, se configura la figura del salvaje desde una perspectiva positiva, en contraposición con la visión caníbal de los relatos coloniales y la de la estética romántica[al]. Esta última, fue propulsada en el país por artistas como José de Alencar, quien representaba en sus obras el tropo del buen salvaje “Contra el indio de antorcha. El indio hijo de María, ahijado de Catalina de Médicis y yerno de D. Antonio de Mariz” (44). Según las notas a pie de página del Manifiesto Antropofago, este párrafo hace alusión al héroe de la novela indianista O Guaraní, Peri., quien representa en su totalidad la figura del buen salvaje: es nativo y jefe de la tribu guaraní Goitacás, tranquilo, pacífico y susceptible a la transculturación[am], abandona su pueblo por su devoción y lealtad a Ceci, hija de colonos portugueses quien en muchas ocasiones es relacionada con la Virgen María. Antropofagia, por consiguiente, no remite sólo a la acción de comerse al otro, sino que es lo que forma la identidad brasileña, en un proceso de identidad nacional y cultural[an], originada en las características naturales y salvajes precolombinas, es decir, en la aceptación de ser un Tupí: “Tupí or not Tupí that is the question” (39).

En tercer lugar, como se ha señalado anteriormente, tras la significación de un discurso identitario se propone un levantamiento en torno a una tradición occidental presente en el continente americano desde el colonialismo. Ante esto, Andrade señala: “El individuo víctima del sistema. Fuente de las injusticias clásicas. De las injusticias románticas. Y el olvido de las conquistas interiores” (41). Mediante esto, es posible constatar el descontento por parte del autor, en cuanto a una tradición que ha sometido, a lo largo de diversas épocas, al sujeto nativo a una dependencia cultural que transgrede su cultura y, por ende sus ideales [ao]en tanto sujetos naturales. A partir de esta situación, se propone en el manifiesto un rechazo fehaciente en aceptar esta herencia cultural, pues se pretende una identidad pura[ap], en tanto a indios no quebrantados por la tradición, ni afectados valóricamente[aq].

En función de lo anterior, el autor caracteriza la tradición a la cual crítica, señalando su descontento principalmente en torno a la religión cristiana, en especial el catolicismo y todo lo que este confiere. En este

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