¿Que es un Monólogo?
Enviado por tomas • 12 de Junio de 2018 • 1.333 Palabras (6 Páginas) • 961 Visitas
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Toda escritura parte de resolver un problema personal, de contestar una pregunta. Toda obra que se hace, es un ejercicio de indagación profunda del ser humano, por ello se parte de sí mismo, para que hablen los personajes.
El monólogo difiere del soliloquio, en cuanto a que el primero es más estructurado, y el segundo es más sencillo, otra diferencia notable es que en el monólogo, el personaje habla con otros personajes ausentes; y en el soliloquio el personaje habla consigo mismo acerca de su propia persona.
El teatro no es información, no es narrativa, no es poesía; sin embargo las formas gramaticales de estos géneros escriturales, se pueden utilizar, pero con mucho cuidado para no caer en un cruce peligroso de códigos, incluso al utilizar esas figuras gramáticas, se les debe dar un tratamiento dramatúrgico, porque no se está escribiendo ni narrativa, ni mucho menos periodismo o algún género narrativo. Se está escribiendo es teatro.
La ética de la escritura, es una frase para poner mucho cuidado, ya que al escribir se está trabajando con palabras, y la palabra tiene mucho poder, entonces el que escribe debe ser una persona muy ética ante el trabajo, y esta ética la posibilita la ilustración que tenga de su mundo, del mundo, de la teoría y técnica de la escritura teatral, la escritura narrativa; una ilustración que le permita en su intimidad creativa determinar qué está bien y mal escrito. Para que luego su obra hable por si sola sin ninguna explicación, ni mucho menos caer en una obra panfletaria.
El monólogo no puede ser un cumulo de ideas del autor, la idea es que esas ideas sean ordenadas, esto significa que el autor debe depurar, aclarar, estructurar, y sobre todo, que la palabra tenga acción dramática.
ENTREABIERTA
AVIA
No logro envejecer. Todavía no puedo envejecer... Ya con estas canas, habiendo parido siete hijos y escuchando que me llaman por toda la casa, abuela, abuela... ¡abuelaaaaaaa!... Y… ¿No quiero envejecer?
(Frente a un marco de 1,20x70 que cuelga de la pared, Amparo de setenta y cuatro y medio años contempla su cuerpo)
Ni siquiera sé si quería ser abuela… Nadie me lo preguntó... ¿Quién quería ser yo?... ¿Yo me lo pregunté?... Bah!
(Se dirige a la vieja silla de madera que hay en la sala).
No, no, no y no; no voy a envejecer hasta no saber si soy lo que quise ser o... ¿Soy lo que me tocó ser? Y, cuando me pregunto retumba en este pedazo de mente la voz de papá hablando de la dignidad de la mujer…
(Con tono burlón)
¡Dignidad de la mujer!!! ¿Cuál dignidad, papá, si el viejo ese se la llevó?... Achh!... ¡Que no me pegués más!...
(En el piso).
No soy digna papá... Por eso nunca me casé de blanco... No me pegues papito. Ya no me pegues. Mírame...Ya no soy... Ya no soy… Ya no…Soy…Ya no…Ya…Ya…Yaaaaaa!!!!!
Que estúpida fui… Que ingenua...
...Ahora muérete sola y vieja... Jajajaja, sola y vieja!… Pues a lo mejor no muera ni tan sola ni tan vieja. (Le coquetea al público). Y ya se quien soy. (Camina erguida y con paso firme). Soy la mujer que nunca supe que sería, pero soy...
… Y ustedes no se rían… No estoy loca ni borracha. Sólo estaba recordando a la vieja Matilde. ¿Se acuerdan de ella?... Matilde, la vieja aquella flaca, alta y desgalamida, que siempre gritaba a los cuatro vientos que era puta pero que era feliz.
LUCES
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