RESEÑA EL EXTRANJERO – ALBERT CAMUS

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El lunes es un buen día en el trabajo, su jefe le ofrece un ascenso, Raymond le llama para invitarle a una cabaña de un amigo en la playa, por la tarde María le pregunta si quería casarse con ella y el demuestra estar de acuerdo pero sin la emoción del caso. Después de la cena se dirige a casa, ahí entabla una charla con Salamano quien habla mucho de su perro y su vida ahora que su pequeño compañero peludo y sarnoso no está.

La semana transcurre sin muchas novedades y el domingo Raymond, María y Meursault se dirigen a la cabaña de Masson en la playa, en la estación notaron un grupo de árabes que parecía seguirles, se exaltaron un poco pero terminaron por creer que era mera impresión, al llegar conocen a Masson y a su esposa, viejos amigos de Raymond, que pasaran a ser un par de buenos nuevos conocidos para María y Meursault. Pasaron muy bien la mañana entre platicas y estar en la playa, luego van a almorzar. Después de almuerzo Raymond, Masson y Meursault, salen a caminar y se encuentran con dos árabes que vienen a vengar la paliza que Raymond le dio a su amante, en el altercado Raymond es herido por arma blanca y lo llevan a la cabaña y luego a curación, pero posteriormente Raymond sale otra vez a caminar por la playa a pesar de sus heridas, en contra de su voluntad le siguen y en el camino se encuentra de nuevo con los árabes, ya se disponía a disparar cuando Meursault le dice que lo tome de hombre a hombre, así que Raymond le deja el arma y se acerca, los árabes prácticamente huyen, así que los tres hombres regresan a la cabaña, pero al llegar Meursault se queda fuera y decide seguir caminando por la playa, desesperado por el sol y en busca de sombra se acercaba a una roca donde se encontró con el árabe que hirió a Raymond, este último le enseño la hoja de su cuchillo bajo el sol y Meursault pensó en regresar, pero una conflagración de ideas y sensaciones se apodero de su mente y termino disparándole en cuatro ocasiones “era como cuatro breves golpes que daba en la puerta de la desgracia’’.

Meursault es arrestado, interrogado y puesto en prisión, estuvo aproximadamente un año en instrucción e interrogatorio, tiempo en el cual María solo le pudo visitar una vez por no ser su mujer. Esos meses pasaron entre rejas, interrogatorios, discusiones y concurridos pensamientos que asistían a su mente, el único lugar que no podían limitar con rejas.

Discutió mucho con el juez y el capellán, puesto que Meursault era ateo y los dos nombrados anteriormente, totalmente creyentes. Cuando fue a Juicio Lo declararon culpable de asesinato, sería decapitado en una plaza pública y en nombre del pueblo francés, Sin importar los argumentos de la defensa, se llegó a la conclusión de que Meursault no tenía valores morales en vista de su conducta tan indiferente hacia la mayoría de cosas que sucedían, además por haber disparado sobre el cuerpo inerte del árabe, no creer en Dios y no sufrir la muerte de su madre.

Paso sus últimos días en la celda esperando su ejecución y pesando si podría ser indultado o lograr una apelación favorable, por esos días fue visitado por el capellán al que ya le había rechazado varias ocasiones, sin embargo esta vez lo dejo pasar pero terminaron en una acalorada discusión, cuando el capellán salió, Meursault logro recuperar la calma y se arrojó al camastro en el que comenzó a entender cosas que antes no comprendía, y que tampoco se había cuestionado, pero que de habérselas preguntado antes no sabría su respuesta. Así solo le quedo esperar con calma el día de su ejecución.

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Análisis personal

Cuando comencé el libro, me pareció algo muy insulso, tanto así que con el transcurrir de las primeras páginas, considere dejarlo repetidas veces, pero de capitulo en capitulo, la misma naturaleza nihilista y simple de la historia que al principio me desagradaba, logro despertar en mi cierto interés e inquietud. Yo podría ser el próximo gato al que la curiosidad mate, así que de inmediato empecé a buscar en la historia, la respuesta a preguntas que aún no me formulaba, yo ni siquiera sabía que buscaba, pero pensaba encontrarlo entre esas páginas, y así de momento estaba en la playa y para variar asesine a un hombre, luego en la cárcel sometido a la tortuosa rutina del presidiario, que sería en adelante la vida que acogería Meursault a causa de su arresto. Me convertí en compañero y confidente del protagonista, ¿y sabes que me decía? –Nada- El tipo parecía estar vacío, pero la verdad era otra, en un rincón, bien escondidas tenía sus emociones, las cuales se manifestaron solo con la catarsis que provoco la inminente posibilidad de morir, en ese momento se contempló a sí mismo y examino su pasado rubro por rubro, etapa por etapa y no se ahogó con mentiras, sino que logro flotar entre el caos de un mar de dudas con sus verdades. Vaciado de esperanza, delante de una noche cargada de presagios y de estrellas se resignó a su muerte y la espero como el gran Poe o Guevara dirían, de frente y con valor.

Meursault resulta ser un total indiferente de la vida y sus cosas, tanto que de vez en cuando pasaba por irreverente y todo esto se junta con un poco de vanidad al desear un público numeroso, cuando en las últimas líneas de su historia agonizante dice “Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio’’.