Reseña libro Freaknomics
Enviado por klimbo3445 • 27 de Enero de 2018 • 1.861 Palabras (8 Páginas) • 293 Visitas
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El tercer capítulo tiene como objeto de estudio un fenómeno social muy interesante: el altruismo. Hay, como en todo, dos caras de la moneda. Por un lado tenemos los actos desinteresados, el desapego del beneficio propio por la mejora del prójimo, por el otro, el aprovechamiento de las situaciones en beneficio del yo incluso a costa del perjuicio de los demás. Sin embargo queda la cara intermedia… o las caras. El caso central del capítulo es el de Kitty Genovese, una mujer que fue apuñalada dos veces, con un intervalo de 38 minutos - por el mismo agresor en el mismo lugar, la puerta de su casa, a quien nadie ayudó.
Importantes diarios publicaron la noticia, aterrorizados por el hecho de que ninguno de los habitantes del vecindario hubiera acudido en su ayuda, más que por el asesinato mismo. Los vecinos al ser entrevistados por los autores del libro sostuvieron que había sido muy tarde en la noche, lo que desmentía la versión del New York Times en la que el acontecimiento había sido observado por casi cuarenta personas que no reaccionaron. Lo cierto es que la mayoría de personas no supo lo que estaba pasando sino hasta que el criminal fue capturado. Incluso un hijo y su padre aseguran haber llamado a la policía. Esto demuestra que el altruismo no es algo tan natural como evidencian muchos experimentos realizados en las facultades de ciencias económicas en las universidades del mundo. Las personas se comportan de maneras diferentes cuando saben que están siendo analizadas y cuando simplemente están realizando transacciones independientes. A demás, no todas las personas que realizan transacciones en la vida diaria están dispuestas a participar en simulaciones experimentales. Este comportamiento condicionado responde al estímulo no intencionado de la vergüenza, en la vida real simplemente responde al dinero.
Los capítulos cuarto y quinto del libro cuentan con la relevante participación de un equipo de inventores estadounidenses que se dedican a crear posibles soluciones a fenómenos de toda escala. La evolución de la humanidad se desarrolla en todos los aspectos constantemente, aunque no necesariamente en simultáneo. Muchos campos avanzan como complemento de otros que los han antecedido. Estos complementos, sin embargo, a veces no son tan efectivos como pudieron ser de haberse desarrollado de otra manera, y conllevan efectos secundarios a menudo si no contraproducentes, por lo menos irónicos. En el libro, los autores exponen algunas ideas patentadas por el grupo de inventores IV, soluciones que si bien resultarían económicas y seguramente efectivas, dejan abierto un interrogante moral bastante amplio. Este dilema se trata más específicamente en el capítulo “¿Qué tienen en común Al Gore y el monte Pinatubo?”, el Nobel de Paz es tal vez la mayor influencia para lo que los autores definen como la ecología religiosa, es decir, todo el fanatismo por el cuidado del medio ambiente y la protección del planeta. Es equiparable porque esta, como todas las religiones, no tiene las respuestas verídicas para llevar a cabo su propósito, si bien es importante proteger la naturaleza, no se sabe a ciencia cierta las consecuencias que tienen los actos específicos de la humanidad sobre ella, ni el tiempo en el cual se provocarán qué fenómenos, tampoco la economía puede determinar esto. IV se tomó la molestia, como muchos ecologistas, inventores, economistas y demás personas de diferentes campos, de evaluar las posibilidades de contrarrestar ciertos fenómenos naturales causados posiblemente por el hombre, pero esto implicaría un compromiso cuyo carácter ético es mayor que el económico. La efectividad de estos planteamientos recurren, además de su funcionamiento per se, porque no necesitan de un cambio de conducta en la cotidianidad de los individuos para obtener resultados. Lo cual cuesta trabajo creer, es más fácil que unos poco hombres adinerados esparzan químicos por la atmósfera terrestre, a que todas las personas cambien sus hábitos en pro del ambiente como lo sugieren tantas campañas.
Finalmente, está el epílogo del libro, relacionado a manera de cadena con todos los temas tratados en los capítulos anteriores. Solo que los actores principales esta vez son monos. La última parte del libro nos cuenta cómo mediante experimentos en donde los animales aprenden el concepto del dinero, cuyo valor simbólico puede ser intercambiado por bienes, arrojan resultados que aplican al comportamiento básico de los seres humanos. La prostitución y el crimen son posibilidades descubiertas por el mono a partir del concepto del dinero, lo que explica probablemente los mismos efectos en la humanidad desde el inicio de su historia.
En conclusión, Superfreakonomics estudia a los seres humanos como sujetos que responden a diferentes incentivos. Si bien hacen relaciones económicas en la toma de decisiones, estas no son siempre racionales, muchas veces las personas no siguen un tipo de conducta que es más lógico que otro en términos económicos o profesionales (lavarse las manos antes de examinar a un paciente, no someterse a la quimioterapia, ser una prostituta…) porque el costo social y personal de este es mayor, el orgullo, una vida, la reputación… Lo bueno de la freakonomía, como lo exponen Levitt y Dubner en esta obra, es que no evalúa la calidad de las decisiones de las personas, sino que busca comprenderlas en su manera curiosa, humana, “friki”.
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