Resumen-Crítica del libro “Sinuhé el Egipcio”, de Mika Waltari
Enviado por tomas • 3 de Septiembre de 2018 • 1.508 Palabras (7 Páginas) • 1.512 Visitas
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un conflicto con los sacerdotes del dios Amón y al no querer más guerras ni actos violentos, provocará que los pueblos vecinos vean débil al reino y comiencen a preparar la guerra contra Egipto. El faraón llevará a su reinado al desastre por su obsesión con estas ideas, y arrastrará a Sinuhé a la ruina, ya que después de poco más de 10 años, el pueblo egipcio será dirigido a levantarse contra el dios Atón y Sinuhé perderá todo por defender al faraón y sus ideas, defendiéndolo aún más porque descubre que él fue abandonado porque era hijo del faraón Amenothep III, por lo que tiene sangre real y el faraón es su hermanastro. En la revuelta, pierde incluso a su compañera Merit y al hijo de ambos, Thot, de lo cual se entera ya cuando es demasiado tarde para cambiar sus ideas y salvarlos.
Al final, es obligado a envenenar al faraón Akhenatón, ya enfermo y acabado por su obsesión y sus problemas, por parte del padre de la esposa real, Nefertiti, llamado Ai, y el comandante de los ejércitos de Egipto, Horemheb. Después de esto, elevan como faraón a su hijo menor Tutankhatón, que cambia su nombre a Tutankhamón. Este niño gobernará solamente hasta que Horemheb gane la guerra contra los enemigos de Egipto, dejando como faraón al abuelo del niño, Ai.
Por esta guerra sangrienta y cruel, Sinuhé se amarga y se convierte en un viejo decepcionado y pesimista. Todavía se le pide intervenir para envenenar al pretendiente hitita de la hija de Nefertiti, la princesa Baketamon, para evitar que un extranjero se convierta en faraón. Al lograrlo, Horemheb toma a la princesa como esposa y se convierte en faraón.
Finalmente, Sinuhé regresa a vivir en su antigua propiedad en Tebas, pero debido a su amargura y sentimientos de culpa, todo el tiempo habla criticando al nuevo faraón, que era su amigo, recordando las idealistas enseñanzas del faraón Akhenatón y su dios Atón, algo estrictamente prohibido, y por ello, a pesar de las advertencias, es llamado por su antiguo amigo el faraón Horemheb y es destinado al destierro, donde en compañía de una fiel esclava, Mati, llegará al final de sus días.
Por ello es que al principio escribe con amargura: “Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo al porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.”
La crítica a esta obra: tiene un gran mérito: hace que el lector se sumerja en la narración, como si nos estuvieran hablando en presente. Por otra parte, el personaje nos lleva por gran parte de unos sucesos de gran importancia para la historia de Egipto, y lo que me llamó más la atención, es que el “héroe” de la historia no es el clásico personaje heroico, casi infalible y triunfador. En esta ocasión, tenemos a un personaje que, a pesar de parecer estar marcado por el destino de una brillante estrella, cae por causa de sus excesos, indecisiones, torpezas y obsesiones. Llega a tener todo lo que una persona desearía: fortuna, prestigio, respeto y amor. Pero por diversas circunstancias, desprecia o pierde lo que obtiene con esfuerzo y hasta suerte, solo para lamentarse después por su ignorancia y sus pérdidas. Esto hace sentir una simpatía o compasión muy cercana para el personaje de esta novela, algo que se experimenta pocas veces con un personaje de ficción. De hecho, si hubiera un “héroe” en el sentido natural de una historia, creo que ese título se lo llevaría el esclavo y luego socio de Sinuhé, Kaptah, que con su ingenio y astucia interviene no solo para salvar a Sinuhé, sino para alterar la historia del todo Egipto, según lo relata el autor en esta interesante, aunque algo larga, novela. Y al ser ficción “histórica”, queda el beneficio de aprender algo de historia de una manera amena y emocionante.
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