Resumen del libro ‘El mundo y sus demonios’, de Carl Sagan
Enviado por Stella • 25 de Septiembre de 2018 • 2.557 Palabras (11 Páginas) • 1.376 Visitas
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‘La ciudad de la aflicción’:
A pesar de que muchas verdades pueden parecer salidas de la ficción, y viceversa, las herramientas que nos permiten diferenciar unas de otras son el pensamiento crítico, el escepticismo y los conocimientos científicos.
Volviendo a la comparación entre ciencia y seudociencia, Sagan dice que la primera debe saciar necesidades emocionales, mientras que la ciencia sólo presenta los hechos como son, sin importar el descontento que puedan generar.
‘El sutil arte de detectar camelos’:
Habla el autor sobre los defraudadores que dicen hablar con los muertos o poder curar enfermedades que la medicina no puede curar, aprovechándose de la credulidad de la gente y de la necesidad emocional que tienen. Asimismo, habla sobre los comerciales de televisión, que deliberadamente ocultan datos para favorecer sus ventas, a veces incluso pagando a científicos para que den su visto bueno en los comerciales y los psíquicos. También habla sobre el peligro de que los gobiernos mismos caigan en tales engaños.
‘Obsesionado con la realidad’:
Sagan enlista una serie de fraudes: los cristales, los psíquicos, la astrología, etc., y narra cómo desde la antigüedad eran conocidos como prácticas para estafar.
Narra también la historia de un ‘fraude experimental’: un mago se hizo pasar por ‘canalizador’. Pretendía que un espíritu entraba en su cuerpo y logró engañar a audiencias grandes, para después revelar que todo había sido un engaño.
‘Anticiencia’:
La ciencia busca descubrir y divulgar la verdad. La anticiencia, entonces, busca lo contrario: ocultar la verdad y dar información dolosa. Puede darse el caso de que un investigador encuentre un hecho no conocido y decida ocultarlo; eso es anticiencia. Pone como ejemplo el dicho ‘La historia la escriben los vencedores’, es decir, la historia está escrita como le conviene al historiador, pudiendo omitir hechos. También señala que las creencias del científico no necesariamente quieren decir que esté en lo correcto o no.
‘El sueño de Newton’:
Habla sobre cómo las ideas de Newton no fueron tan bien recibidas en su época porque ‘chocaban’ con la doctrina de la religión. Newton veía al universo como la maquinaria de un reloj: regido por leyes matemáticas inalterables.
Dice también que dado que la ciencia puede refutar dogmas religiosos, debe ser la religión la que cambie, y no al revés.
‘Cuando los científicos conocen el pecado’:
En este capítulo, Sagan habla sobre la responsabilidad que cae en los científicos sobre el uso de sus descubrimientos. Pone como ejemplo a Robert Oppenheimer, líder del Proyecto Manhattan (dedicado al desarrollo de las primeras armas nucleares), quien comentó al presidente de los EU, Harry Truman, que ‘las manos de los científicos estaban manchadas de sangre’.
Todos los descubrimientos que puedan cambiar la situación global deben ser usados con precaución, tomando en cuenta la ética.
‘Un matrimonio entre el escepticismo y el asombro’:
El capítulo nos dice que si bien el escepticismo es vital para la ciencia, demasiado escepticismo cerraría el camino a nuevas ideas e impide aprender, por lo que lo mejor es guardar un balance entre escepticismo y credulidad. Da como ejemplo tres fenómenos: uno relacionado con la relatividad especial, uno con la fluctuación de vacío y otra con el efecto túnel; las tres parecen igual de improbables, pero son producto de aplicar la ciencia. Aún si pudieran parecer demasiado para un escéptico, la rigurosidad de los campos a los que pertenecen las validan.
‘El viento levanta polvo’:
Sagan se pregunta por qué la ciencia es difícil tanto de enseñar como de aprender, y sugiere algunas razones: la precisión, los aspectos que van en contra de lo que uno esperaría, etc. Según Alan Cromer, la dificultad se debe a que no es parte de la naturaleza humana aún; es nueva y el cerebro humano aún se está adaptando a ella. Sagan dice también que él no cree que se deba a la dificultad del tema, sino que el impedimento es ‘político y jerárquico’.
‘No hay preguntas estúpidas’:
Pocos de nosotros nos dedicamos a preguntarnos el porqué de la naturaleza; sin embargo, los niños, por su falta de conocimiento, siempre se preguntan todo. Sin embargo, dice Sagan, conforme crecen, pierden el entusiasmo del aprendizaje, el cual es reemplazado por la memorización de hechos, y valoran más la aprobación de sus compañeros que el conocimiento que pueden obtener de una ‘pregunta estúpida’.
Sagan dice que esto puede deberse a la presión de los compañeros contra el que destaca, o por los adultos, que, irritados por las preguntas, contestan sólo por contestar o los ridiculizan, quizá porque desconocen las respuestas.
‘La casa en llamas’:
Sagan muestra respuestas al capítulo anterior de alumnos de escuela, que dicen que les cuesta trabajo aprender porque los temas y las materias de la escuela son presentadas de manera aburrida. Sagan concuerda. También muestra opiniones de los padres, quienes alegan que aunque sus hijos sean curiosos, el entorno en el que estudian no les permite desarrollarse, y que se les enseñaba a memorizar y no a pensar. Los profesores, a su vez, se quejaban de que el sistema de enseñanza no les dejaba otras opciones.
‘El camino de la libertad’:
La ignorancia es una esclavitud, y la única manera de liberarse es por medio del pensamiento y el poder de la razón. Cuenta el caso de Frederick Douglass, quien narra cómo a los esclavos negros se les mantenía en la ignorancia, y así se evitaba que se rebelaran. Sagan dice que, aunque ahora la mayoría de la población está alfabetizada, su calidad de lectura es pobre.
‘Adictos del significado’:
Sagan crítica a los medios de comunicación; dice que para ellos, el dinero es más importante que la calidad de la programación. Señala que usan estrategias legales para deslindarse de órdenes de mejorar la calidad de los programas. Aun así, Sagan plantea que programas como los partidos de la NBA pueden usarse para enseñar ciencia, y dice tener
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