Secretaría de Energía emite los términos para la separación de la CFE.

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- La nota apunta un certero golpe al Gobierno a cargo de Peña Nieto debido a que pone en tela de juicio la principal medida del gobierno en torno al combate al crimen organizado a partir de los sucesos de Iguala. Al igual que la reciente editorial del New York Times donde se menciona la falta de rendición de cuentas durante la administración de Peña Nieto, la presente nota no hace más que acrecentar la baja percepción tanto interna como internacional de su gobierno.

- El asesinato de Gisela Mota no hace mas que evidenciar una falla en la estrategia de seguridad pública, donde se ha creado y profesionalizado una Policía Federal sin atender el primer eslabón, el de las policías municipales, mal pagadas, mal entrenadas, presas fáciles de la corrupción. La solución establecida por el Gobierno Federal fue el mando único, sin embargo hay evidencias que las fuerzas policiales a cargo de los gobernadores no implican necesariamente un mayor control y una mejora. Cabe recordar los casos de la Policía Estatal de Nuevo León que tuvo que ser reinventada en lo que ahora es Fuerza Civil o los casos de los ex-gobernadores de Tamaulipas ampliamente ligados al narcotráfico.

- La alusión a que gobernar es un trabajo peligroso en México apunta hacia la grave infiltración criminal en distintos espacios de gobierno, donde una tardía reacción

oficial permite a los delincuentes operar con total impunidad. Se trata de un problema que no solamente enfrenta Graco Ramírez, gobernador de Morelos, sino varias entidades del país. En ese sentido, conlleva un grave problema que se ha ido arrastrando por décadas y que hoy en día hace presión. El Gobierno Federal, así como los gobernadores, deben de dar respuestas ante las constantes señalizaciones de gobiernos cooptados por el crimen organizado.

Fuente:

http://www.economist.com/news/americas/21685521-governing-dangerous-job-death-and-mayor