Texto sobre una autobiografia
Enviado por Ninoka • 4 de Diciembre de 2018 • 946 Palabras (4 Páginas) • 314 Visitas
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Por fin nuestro cuarto estaba listo, así que nos fuimos a instalar y a terminar de cambiarnos, y colocarnos nuestro traje de baño, para ir a la playa.
Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, era tan hermoso, tan fresco como el aire, con sus siete colores, tan largo como el infinito, un ambiente de tranquilidad, ese es el mar uno de mis lugares favoritos. El lugar indicado para relajarse y para olvidarse de todo.
Me sentía muy feliz de poder estar ahí, compartiendo con mi tía y mi abuela. Caminamos sobre la orilla del mar, nos tomamos fotos, nos reímos y después de eso, nos metimos a nadar. Nadamos hasta que nos cansamos. Eran las 5:00 pm, así que ya nos teníamos que salir, nos dirigimos al hotel para ducharnos y arreglarnos, para salir a conocer la isla y luego ir a cenar.
Al día siguiente, nos levantamos muy temprano para seguir disfrutando del mar, luego pasamos a desayunar y después de eso nos fuimos a recorrer la isla. Después de llegar, fuimos a almorzar y nos fuimos a dar un paseo en lancha. Y cada día que pasaba hacíamos algo diferente, conocíamos lugares, paseábamos en lancha, montábamos en las motos acuáticas, salíamos a la playa y muchas otras actividades.
Cada momento que pasamos en la isla lo disfrutamos mucho, no había día que no saliéramos a conocer. Disfrutamos cada lugar al que nos llevaban a conocer.
La pasábamos tan bien y lo estábamos disfrutando mucho que sentíamos que los días se nos pasaba demasiado rápido. El tiempo se nos agotaba, y cada día que pasaba ya era un día menos para nosotras, y se acercaba el día de nuestro regreso a nuestra casa. Ese día que no queríamos que llegara.
Y así pasaron cada uno de los días de nuestras vacaciones, compartidas con mis compañeras de viaje, aquellas vacaciones que no olvidaré y que siempre serán un recuerdo importante en mi vida.
Al final llegó el día de nuestro regreso, y ese fue el día que nos levantamos mucho más temprano, queríamos disfrutar por última vez a nuestro hermoso mar. Ya era mediodía y estábamos listas para nuestro regreso. Llegamos al aeropuerto nos dieron nuestros tiquetes, pero en un momento de esos mi abuela fue al baño, cuando regresó ya era tiempo de abordar, debíamos pasar los tiquetes, pero mi abuela no encontraba el de ella, ella aseguraba que se lo había entregado a mi tía. No lo encontrábamos por ningún lado, así que mi abuela lo único que dijo fue: ¿Y ahora donde me voy a quedar?, ¿No conozco a nadie aquí?, ¿Me tocará vivir en San Andrés?
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