Trabajo Práctico Nº1 “.El camino hacia la Responsabilidad

...

En este contexto, podemos visualizar que las empresas tienen grandes responsabilidades, no sólo frente a los procesos de desarrollo económico, sino que también y sobretodo, en términos sociales y medioambientales. En las últimas décadas, especialmente en el mundo desarrollado, cobra gran sentido el desarrollo teórico del concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), como un modo de ponerle fin a una actitud empresarial, que está fuera de todo valor ético, centrándose únicamente en la obtención de ganancias.

Así pues, la responsabilidad social empresarial parte de tener en cuenta la calidad de la relación -basada en la ética, la transparencia y el establecimiento de canales de diálogo- con los distintos stakeholders y el establecimiento de metas empresariales compatibles con el Desarrollo Sustentable.

A menudo, las consultas de las empresas en materia de RSC se inscriben sólo en la dimensión de la Relación con la Comunidad, como si este aspecto agotara la complejidad del tema.

Por eso, a la hora de lanzarse con un programa de inversión social –con la importancia que ello reviste por la capacidad transformadora que puede tener en sí mismo–, es prudente que la empresa cuente con un diagnóstico global de las prácticas de responsabilidad social que ya viene desarrollando y con una planificación sobre cómo perfeccionar estas prácticas. Esto a los fines de poder establecer con coherencia una estrategia de inversión social que le permita identificar el foco y el modo de su intervención para definir un campo de actividad social donde se encuentren el interés de la empresa –por las características propias de su actividad- y las necesidades de la comunidad.

Sin embargo, estas prácticas nacientes insumen nuevas exigencias que deben ser tenidas en cuenta al momento de proceder a la acción.

Las empresas se vinculan con la comunidad desde una perspectiva empresa-céntrica y no desde una mirada que privilegie la importancia de los distintos actores sociales y sus respectivas necesidades (perspectiva comunidad-céntrica).

Y el cambio no es fácil. Implica una mirada de largo plazo puesta tanto en el propio desarrollo del negocio como en el bien del conjunto de la sociedad. También requiere el desarrollo de nuevas competencias, lo que no es un aspecto menor. Pero todo ello es posible si se cree en lo que se dice y se parte de la búsqueda sincera de oportunidades para participar activamente de la vida comunitaria.

Se requiere, además, de apertura para reconocer que no siempre “todo se sabe” cuando se trata de vincularse con la comunidad. Hay que desarrollar la capacidad de abrirse a escuchar la opinión de expertos, organizaciones de la sociedad civil y personas que -desde su conocimiento y experiencia- puedan acompañar el camino del aprendizaje permanente que implica insertarse en una realidad compleja y con múltiples actores.

Pero es necesario avanzar en los “cómo hacer” para poder transformar las prácticas. Toda inversión social privada debe operar sobre proyectos.

Beneficios para la Empresa

Realizar este tipo de proyectos, es un elemento claro de diferenciación frente a la competencia, pero existen otros beneficios tanto a nivel externo como interno:

A nivel externo:

- Posicionamiento y diferenciación de marca

- Incremento de Notoriedad

- Captación de nuevos clientes

- Fidelización de clientes

- Mejora de imagen de marca

- Mejora de imagen corporativa

- Mejora de relación con el entorno (nuevas estrategias de comunicación, atracción de medios, etc.)

- Incremento de la influencia de la empresa en la sociedad

- Mejora de las relaciones con sindicatos y Administración Pública

- Descuentos publicitarios

- Apoyo al lanzamiento de nuevos productos

- Acceso a líderes de opinión que influyen la decisión de compra de los consumidores.

- Acceso a nuevos segmentos de mercado. (línea aparte)

A nivel interno:

- Fidelidad y compromiso de los trabajadores

- Mejora del clima laboral, redundado en la mejora de productividad y calidad

- Mejora de la comunicación interna

- Fomento de una determinada cultura corporativa

- Realización de ensayos para el desarrollo de innovadoras estrategias comerciales

- Obtención de desgravámenes fiscales

- Proporcionar valor añadido a los accionistas

Por otro lado, el desarrollo de este tipo de proyectos también representa beneficios tanto para las organizaciones no lucrativas, como para los propios consumidores.

Beneficios para la entidad sin ánimo de lucro

Los beneficios para nuestro "partner social" se pueden resumir en los cinco siguientes:

- Consigue fondos para realizar más proyectos.

- Consigue difundir su causa y misión.

- Potencia su imagen y participación en la sociedad.

- Consigue nuevos socios, donantes y voluntarios.

- Aprender de la empresa.

Beneficios para el consumidor

Según el último informe del Instituto Nacional de Consumo ("Las tendencias del consumo y del consumidor en el siglo XXI"), el consumidor será cada vez más escéptico y desleal, es decir, cada vez será más difícil convencerle de las ventajas de una oferta. En este marco la búsqueda de valor añadido a través de nuevos valores acorde con los del propio consumidor y la búsqueda de atributos éticos a los productos dará una ventaja competitiva a aquellas empresas que realicen un posicionamiento por valores.

Si bien el inicio de este tipo de proyectos representa numerosos beneficios para la empresa, también es cierto, que para un campo nuevo