Turno:2 Un sueño camino a Londres
Enviado por klimbo3445 • 25 de Marzo de 2018 • 912 Palabras (4 Páginas) • 306 Visitas
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Al día siguiente Daniel decidió caminar un rato por el bosque antes de partir.
-Daniel…-Escuchó una voz proveniente de la oscuridad. Sobresaltado, se giró hacia el lugar del que provenía aquella voz -Daniel…-Se volvió a escuchar, pero no había nadie.
De repente una niebla verde comenzó a formarse alrededor de los árboles. El aire se volvió denso y el aroma a humedad se transformó e olor a muerte. Una silueta blanca apareció tirada en el suelo, la figura se estremecía de dolor.
Daniel se acercó lentamente para no alarmarla, al llegar se percató que era una mujer joven -no más de 16 años- quien se quejaba. Daniel se acercó para ayudarla, pero al momento de tocarla, la joven le tomó la mano aprisionándolo y entonces habló.
-No dejes que te encuentre…
-Déjame ayudarte -dijo Daniel ignorando la advertencia de la joven.
-Vete…-Suspiró sin fuerza la chica
- ¿Qué estás diciendo?
-Ella no va a contestarte…- dijo un hombre a lo lejos. Su voz hacía eco. Daniel se levantó y miró hacia adelante, pero no encontraba al hombre, se giró en todas direcciones y nada-. Es inútil y lo aves… Daniel.
-Vete…- volvió a decir la joven en el suelo. Daniel se giró hacia ella, pero la mujer había desaparecido.
-Pero. ¿Qué…? -Una mano helada se posó sobre su hombro derecho. Daniel se giró rápidamente y lo vio de cerca: un hombre con ojos de sangre lo miraba. Lo más asombroso era que no podía verle el rostro, solo sus penetrantes ojos.
-Dije que era inútil- sonrió el desconocido mostrando unos dientes excesivamente blancos. De la nada Daniel empezó a correr algo en su interior le decía que debía salir de ahí y debía hacerlo pronto.
Cuando de repente todo a su alrededor estaba oscuro. Daniel abrió los ojos exaltado por el ruido de una parvada al salir de entre los grandes árboles. Estaba solo.
De pronto, el aullido de un lobo la asustó y frente a él aparecieron a lo lejos de nuevo ese par de ojos rojos, que lo miraban profundamente.
-No dejes que te encuentre – aquella frase había sembrado en Daniel las dudas: ¿De quién tenía que esconderse? ¿Por qué?
Los ojos se iban acercando cada vez más, de pronto una silueta extraña se empezó a distinguir, a la cual Daniel trataba de hallarle forma, pero no lo logro. Se encontraba parado, sin moverse, sentía que su cuerpo no le respondía, quería salir corriendo de ahí pero no podía, de repente la extraña criatura se abalanzó sobre el y empezó a atacarlo.
Daniel despertó de un brinco, una gota de sudor se deslizaba por su frente hacia su mejilla. Con la mano se limpió el rostro y dio un respiro profundo tratando de calmarse. Se dio cuenta que todo aquello solo había sido un mal sueño, así que en cuanto se calmó arregló sus cosas agradeció a Szabó por haberle dejado pasar la noche ahí y se fue a seguir su camino hacia Londres.
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