Corea del Sur. Datos macroeconómicos.

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A partir de este momento, los créditos dejaron de canalizarse, en su mayoría, a las industrias ligeras e intermedias, para comenzar a desarrollar sectores como la siderurgia, petroquímica, maquinaria pesada, construcción de barcos, automóviles, y electrónicos. Los aranceles aumentaron considerablemente en los sectores que el gobierno tenía planeado desarrollar.

Estos mecanismos de centralización del control sobre el mercado y el desarrollo industrial fueron efectivos y produjeron resultados favorables en tres aspectos: el crecimiento económico, la transformación de la estructura productiva y la creación de un modelo basado en la exportación de productos tecnológicos.

Sin embargo, a pesar de que el crecimiento económico y el desarrollo de la industria nacional en Corea era inusitado, el esquema económico y político de Park tenía ciertas debilidades: el sobrecalentamiento de la economía a finales de los años setenta (aumento de la deuda externa); enorme concentración de la producción industrial en manos de unos cuantos conglomerados (chaebol); el régimen de Park terminó en 1979, cuando fue asesinado.

La Liberalización Económica (1980-1996)

El asesinato de Park Chung-Hee generó un vació en el poder, debido a estos acontecimientos, la economía experimentó su primer año de crecimiento negativo desde finales de los años cincuenta. En 1981, se proclamó a Chun Doo-Hwan como presidente de la República de Corea.

Una de las primeras medidas del nuevo gobierno para frenar la crisis económica fue recurrir a políticas monetarias y fiscales restrictivas, obligó a los conglomerados a reducir sus precios y a racionalizar su aparato productivo mediante fusiones con otras compañías competidoras para alcanzar economías de escala y reducir costos.

Los programas de ajuste económico fueron exitosos y en 1983 se comenzó a notar la recuperación de la economía coreana. El nuevo modelo económico comenzó a definirse: privatización de empresas estatales, liberalización comercial, establecimiento de regulaciones antimonopólicas, apertura al capital extranjero, racionalización industrial y la provisión de fuertes incentivos para la inversión en desarrollo tecnológico. Se fomentó la presencia en el sistema internacional.

A pesar de la liberalización económica, el gobierno conservó en sus manos mecanismos para inhibir una escalada de importaciones que afectaran a la industria nacional de manera considerable.

El Estado empezó a regular el excesivo poder económico del los chaebol, a través de la promulgación del acta de Libre Comercio y Regulación de Monopolios, reformas a los sistemas de supervisión crediticia y el establecimiento de la Administración de Pequeños Negocios.

Gracias a estos ajustes, para mediados de los ochenta las principales variables económicas se habían saneado. Pese al descalabro de 1980, en las dos décadas siguientes Corea del Sur superó con creces el dinamismo económico de la mayoría de los países y regiones del mundo.

Fue una época en el que el creciente ingreso per cápita, las altas tasas de escolaridad y la prosperidad económica de finales de los ochenta elevaron el grado de conciencia políticas y la expectativa social de obtener mayores beneficios por el crecimiento económico.

En 1993, Kim Young-Sam asumió oficialmente el cargo presidencial. A finales de 1994, abandonó formalmente la política industrial como instrumento directivo de la economía y privilegió los mecanismos de mercado.

La Crisis Económica y el Nuevo Siglo (1997-2002)

En el año de 1997, Corea del Sur se vio inmersa en una crisis económica severa. La liberalización económica que se había instrumentado en Corea desde los años ochenta incrementó las expectativas de inversión, pero también estimuló el consumo, expandió el déficit en la balanza de pagos y facilitó la vulnerabilidad de Corea frente a las crisis financieras. Una causa central de la crisis mayor fue que la desregulación gubernamental en el sector financiero no fue acompañada por una correlativa supervisión, creándose así un sistema financiero débil.

Las raíces de la crisis también pueden atribuirse a la presión ejercida por los cambios económicos originados en la lógica del sistema económico internacional. Las nuevas tecnologías, catalizaron la acelerada movilidad del capital financiero en los mercados internacionales e impactaron negativamente en la estabilidad de la economía internacional. En este sentido, la crisis coreana de 1997 puede entenderse como parte de las consecuencias negativas de una globalización financiera.

En el plano regional, la crisis ocasionó en Asia una salida masiva de capitales, lo cual generó que los gobiernos implementaran bajas en los tipos de cambio, y que los bancos centrales utilizaran en su totalidad las reservas con las que contaban. La crisis financiera estalló debido a una falta de liquidez por parte de las compañías, bancos y sistemas financieros nacionales.

Como consecuencia de esta crisis, el PIB en Corea alcanzó, con -6-7%, su nivel más bajo desde 1953, año en el que finalizó la Guerra de Corea.

En 1998 Kim Dae-Jung, asumió como presidente de Corea e implementó una serie de reformas en los sectores corporativo, financiero, laboral y público, como parte de su esquema de trabajo y como condicionante del Fondo Monetario Internacional para recibir un préstamo de 55 000 millones de dólares para el rescate del sistema financiero coreano.

La profundización de las reformas económicas emprendidas por Kim después de la crisis, ocasionaron que la administración se topara con un dilema entre reestructuración económica y estabilidad social. Por un lado, el gobierno fue presionado por organismos internacionales y empresas extranjeras para someter a los chaebol al albedrío del mercado o fuesen absorbidos por el capital extranjero. Por otro lado, el gobierno prefería librarse del problema social que acarrearían las quiebras masivas, por lo cual tenía un fuerte incentivo para rescatar a varias de las empresas.

El gobierno de Kim tomó un camino intermedio y, en efecto, algunas empresas e instituciones financieras fueron cerradas; otras fueron obligadas a fusionarse y un importante número de bancos y chaebol fueron conducidos a planes individuales de reestructuración bajo la supervisión del gobierno.

Recuperación y Consolidación de las Reformas Política y Económica (2003-actualidad)

Roh Moo-Hyun fue electo presidente en 2003. Dio continuidad