Cuentas Verdes

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Cabe destacar que la crisis ambiental nacional afecta tanto a los espacios naturales como a la vida ordinaria de los seres humanos y tiene un origen de tipo tecnológico que se deriva del modelo imperante de crecimiento económico, lo que se debe buscar es un “nuevo orden” para mantener, dentro de ciertos límites, los impactos ambientales derivados de los procesos económicos, solo así se podrá garantizar un desarrollo sostenible que se enfoque tanto en lo ambiental como en lo social.

Las cuentas verdes entonces surgen como complemento a la frialdad ambiental de las cuentas nacionales. Son un instrumento de la economía ambiental y en ese sentido son instrumentos de “corrección ambiental” y no de “transformación económica profunda”. Las cuentas verdes no solo permiten identificar los problemas ambientales y sus tendencias sino que también establecen claras relaciones causa-efecto. Sobre esta base, posibilitan procesos de toma de decisiones más informados y contundentes acerca de las regulaciones de los flujos recíprocos entre el ambiente y la economía; garantizan para un periodo determinado, un conocimiento muy preciso de la disponibilidad de bienes y servicios ambientales; un análisis del flujo de esos bienes y servicios desde la naturaleza a la economía y el flujo de residuos y emisiones en la dirección contraria; identificando y estudiando modalidades, patrones de uso, intensidades, eficiencias y los actores que intervienen en estos flujos.

Permiten revisar el papel de las instituciones en la relación economía-ambiente, a través del estudio del nivel de inversión pública y privada en la gestión ambiental. Finalmente, el proceso permite hacer ajustes a los indicadores económicos a partir de la evidencia de agotamiento, deterioro y contaminación ambiental, por ejemplo, el PIB ambientalmente corregido.

Los principales sectores del subsistema económico, que demandaron los flujos del bosque son: el consumo final (que agrupa a los hogares, al gobierno y a otras instituciones sin fines de lucro), la industria de aserrío y de manufacturas, la agricultura y ganadería, la construcción, las exportaciones y el comercio y otros. Los flujos registrados del subsistema económico hacia el subsistema natural pueden ser negativos en términos del impacto al ambiente (desperdicios de la corta, aserrín y desechos, CO2 equivalente) o positivos (plantaciones). Todo acto tiene sus consecuencias favorables y desfavorables, lamentablemente en Guatemala sucede que las consecuencias desfavorables cada vez más van en aumento, dejando debilitados todos aquellos ecosistemas necesarios para la subsistencia de los seres humanos que habitan este país.

Las cuentas verdes ponen en evidencia, por un lado, los altos niveles de dependencia de la economía con respecto a la naturaleza y por otro, la indiferencia pública y privada con respecto a esta realidad. Por tanto este sistema lleva la cuenta de esas relaciones, es decir, de la Economía y el Ambiente. Si el balance es negativo se debe a que crecemos destruyendo los recursos; si es positivo, es porque estamos tomando buenas decisiones. Pero en Guatemala sucede que en el futuro se tendrán menos bosques y esto podría limitar el crecimiento económico.

Conclusión

Se debería de tratar el problema desde la raíz, ello porque un alto porcentaje de la madera que extraen es para uso en los hogares, lo cual está permitido. La problemática consiste en sí, en el nulo control que se tiene de este proceso. Ninguna institución vela por este factor. Aunado a esto la falta de conciencia por parte de los seres humanos para poder contrarrestar la alarmante pérdida de bosques, a pesar de ser una de las grandes riquezas con las cuales el país contaba antes en porcentajes aceptables.

El PIB crece en el país, pero a costa de la reducción de nuestro capital natural como los bosques, agua, ecosistemas. En Guatemala podemos llegar a crecer económicamente, pero cada año puede que sea a costa del ambiente. Dejamos bastante vulnerable aquello que nos hacía distintos al resto del mundo.

Algunos analistas afirman que sin duda estaría bien perder parte del capital natural (minería) si esos recursos se van a otro tipo de capital que le va a generar riqueza en el futuro (capital humano). Por lo regular, en un país como Guatemala influye en las posibilidades de desarrollo. Pero ahora la pregunta radica en cuanto a cómo regular todo ello, la minería sin duda ha sido uno de los recursos mayormente explotados en Guatemala y ¿qué es lo que obtiene el país a cambio de todo este daño? Una regalía del 1%, Guatemala necesita reformas a la ley, si se está explotando mucho de un recurso se debería de recompensar con un porcentaje que realmente subsane el daño causado por ello. Lamentablemente los intereses privados, políticos y personales prevalecen sobre la preservación de nuestro medio natural que cada día se hace más escaso.

Comentario personal

Conocemos temas de nuestra carrera pero muchas veces se dejan del lado todos aquellos temas que como futuros profesionales se deben de conocer específicamente ambientales. El medio ambiente comprende parte de la subsistencia de los seres humanos que habitamos el planeta, por tanto también radica ahí la importancia de entender la relación entre la economía y el medio ambiente, pero ¿Qué se está haciendo realmente para poder ayudar a mitigar los impactos negativos de la explotación desmedida de los recursos naturales? Pasan los años y lo único que aumenta son las alarmantes cifras de destrucción forestal y del ecosistema en general, en su mayoría causada por el abastecimiento de recursos para la subsistencia o bien sea para la fabricación de bienes terminados. Empresas privadas, deberían de preocuparse también por reforestar áreas que ellos mismos han dañado a causa de la tala desmedida sin compensación alguna.

En nosotros esta también el mostrar el debido interés y denunciar así todo aquel acto ilícito en el cual la única perjudicada sea la naturaleza, ya que muchas personas callan actos de tala desmedida convirtiéndose así en cómplices de la destrucción acelerada del medio que nos rodea. Entender que las cuentas verdes son un instrumento de “corrección ambiental” y no de “transformación económica profunda”, porque sin duda es necesario hacer ajustes a partir de la evidencia de agotamiento, deterioro y contaminación ambiental, porque si no de nada servirá crecer económicamente si a costa de eso cada vez los bosques son menos.

Una buena conciencia ambientalista permitiría que a pesar de que no se frene la mano del ser humano ante la destrucción de bosques, haya interés