EL ROL ECONOMICO DEL ESTADO EN EL SISTEMA DE SALUD CHILENO

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Para entender cuál es el alcance del derecho fundamental referido, es necesario entender qué es la Salud. Su definición es amplia y variada, pero según la OMS, la definición aceptada es la de Stampar (1946), quien sostuvo: “salud es el completo bienestar físico, psíquico, y social, y no la mera ausencia de enfermedad”. Esta explicación no establece una diferencia clara entre lo normal y lo patológico, pero da a entender que la salud no implica solamente un bienestar físico sino también psíquico y social dado por la relación entre el individuo y su entorno.

LA POSICIÓN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y EL ROL DE LOS ESTADOS COMO GARANTES DE DERECHO.

La Declaración y Programa de Acción de Viena, aprobada por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993 señala explícitamente la obligatoriedad de los Estados de hacerse cargo de resguardar el derecho a la salud independientemente del Sistema Político y por lo tanto, también de su Modelo Económico: “todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La Comunidad Internacional debe tratar los derechos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

Posteriormente, en Julio del 2000, la Observación General 14, adoptada por el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la ONU, establece como requisito la atención apropiada y oportuna, la participación y la asistencia de calidad y menciona como elementos fundamentales que componen el derecho a la salud la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad, además de indicar las obligaciones del Estado para garantizar el acceso a: los servicios de salud, alimentación adecuada, vivienda digna, condiciones básicas sanitarias, agua potable, medicamentos esenciales y equidad, además de crear planes y estrategias que satisfagan las necesidades en salud.

Dentro del mismo contexto, existen numerosos documentos como declaraciones, normas y reglas internacionales, tratados internacionales y regionales, convenciones, convenios y protocolos que son instrumentos vinculantes para los Estados, obligándolos a legislar y normar las acciones a realizar para garantizar el cumplimiento de los elementos básicos que componen el derecho a la salud de su sociedad. Dichos instrumentos se actualizan a medida que los países evolucionan, producto de su interrelación con las comunidades internacionales, fenómenos demográficos, la globalización, el desarrollo tecnológico, nuevos descubrimientos médicos, etc.

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LA SALUD PÚBLICA

La mayoría de los gobiernos realizan grandes esfuerzos para garantizar estándares mínimos de vida, educación, libertad, no discriminación y participación ciudadana, sin embargo, a menudo se encuentran con dificultades o directamente incapacidad para abarcar todas las actividades necesarias para otorgar cobertura a toda la población. Hacia la búsqueda de justicia social, la Salud Pública se encuentra en constante cambio; algunas políticas han encontrado avance, pero otras, han profundizado las diferencias en el nivel de salud entre los individuos.

Malagón-Londoño y Moncayo señalan que “… la salud pública representa la organización racional de todas las acciones y condiciones dirigidas a proteger a la colectividad de los factores de riesgo, a mejorar su convivencia y calidad de vida; que a su vez representa el conjunto de condiciones que garanticen el estado de bienestar físico, psicológico y social, básico para la vida de la persona desde el momento de la concepción hasta la muerte. Es un proceso dinámico en el que intervienen la satisfacción de las necesidades fundamentales del hombre, las condiciones de su entorno ecológico, su participación en el desarrollo social, cultural, productivo, científico y tecnológico”. (Salud Pública Perspectivas, Editorial Médica Panamericana 2° Edición 2011). Estos autores señalan que existe una falta de consenso para definir las funciones esenciales que debe cumplir la Salud Pública.

La misma publicación, señala que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en conjunto con el Centro para el control y Prevención de EEUU (CDC) y el Centro Latinoamericano de Investigación en Sistemas de Salud (CLAISS), definió once funciones esenciales para la medición de desempeño de los gobiernos en gestión en salud, que incluyen actividades de: diagnóstico, vigilancia y control de riesgos, promoción, participación social, desarrollo de políticas, regulación y fiscalización, garantía de acceso, capacitación, garantía de calidad, investigación y desarrollo y reducción del impacto de emergencias y desastres en salud pública. (Salud Pública Perspectivas, Malagón-Londoño y Moncayo, Editorial Médica Panamericana 2° Edición 2011)

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EL PROBLEMA DE DESIGUALDAD SOCIAL

El reconocimiento de la salud como derecho fundamental ha transformado a la salud pública en un área de interés político social, donde la jerarquización de la equidad y la justicia social adquieren características de metas a alcanzar por los gobiernos, por medio de la creación de políticas y programas que pretenden superar estas desigualdades y otorgar la cobertura en salud que el mercado no puede entregar.

Sin embargo, existen muchas diferencias en cuanto al ámbito de la salud entre grupos poblacionales distintos, ya sea entre países ricos y pobres o entre diferentes sociedades dentro de un mismo país, ricas y pobres, rurales y urbanas, diferentes razas, credos o niveles de educación. La forma de analizar la existencia de desigualdades en la salud es por medio de modelos que relacionen los factores determinantes de la desigualdad socioeconómica con el nivel de salud de la población.

FACTORES DETERMINANTES DE LA DESIGUALDAD EN SALUD

El factor determinante más aceptado es el nivel de ingreso, en relación directamente proporcional con el nivel de salud de la población. Sin embargo, existen muchos otros.

Un estudio realizado en Canadá, auspiciado por la Organización