El libro negro del emprendedor ¿EMPRENDEDOR O PRABADOR DE FORTUNA?

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SOBRE ESA GRAN IDEA QUE DIJO USTED QUE TENÍA

La patética idea feliz En este capítulo nos cuenta, lo patéticas que llegan a ser algunas personas por sus “Grandes ideas” .Cuando se ponen” emprendedores Gollum”, como el de el Señor de los añillos, y es que hay algunos emprendedores que te hacen hasta de jurar que no vas a contar su idea, y luego la mayoría de esas personas no llegan ni a iniciar el proyecto. Para crear un negocio puede haber una idea o una oportunidad. Una oportunidad puede basarse en una nueva idea o en una idea ya existente, a la que le puedas aplicar alguna variante, como por ejemplo en el ejemplo del libro de María, los pasteles con frutas, o también tienes la opción de aplicar la idea pero en otro lugar. Lo importante no es la idea, sino la forma de la idea. Una idea puede ser mala pero dándola forma se puede convertir en buena. Si al preguntarse ¿Si no tuviera esta idea me haría emprendedor? La respuesta es no, déjelo. La idea le está cejando, la idea le esta dominando. A la hora de centrarse en ¿qué? O en ¿Por qué? me van a comprar, centrarse, en porque le compran a usted y no a otro .Y ese porque es que, hay que tener claro y saber explicar en menos de 30 segundos, sino, puede ser que no tenga éxito. Lo bueno es comentar la idea, porque de esa manera le podrán aportar información y dar forma a su idea. Hay que diferenciar tres conceptos: La forma de la idea: Es la capacidad de ponerla en valor en el mercado. Es la capacidad de ponerse en la piel del cliente La forma de negocio: Es el modelo de negocio que le hace sostenible. Buenos o malos gestores: Es el gestor bueno, el que parte de una idea, y es su talento, el que la hace especial. Y el mal gestor es el Gollum, que cuando hay que modificar algo de la idea, se viene abajo. Y eso, no puede ser porque, no hay nadie, que no haya tenido que cambiar algo de la idea en algún momento para adaptarla al entorno.

EMPRENDER ES FÁCIL, LO DIFÍCIL ES CRECER

En esta última parte el escritor nos va a hablar de cómo pasar a partir del segundo año. Planes, objetivos y otra bala, bala, bala. Nos da su opinión de los planes, y nos dice, que los planes sirven sobre todo para saber de forma cifrada, a partir de qué punto vamos a empezar a tomar ciertas decisiones. Un plan de negocio, nos sirve como orientación. Pero en realidad el que planteamos el primer día, seguro que ha cambiado a partir del primer momento, ya que, podremos realizar, una estimación, pero no podremos hallar, con exactitud, los imprevistos que pueden surgir, en las fases de crecimiento y desarrollo de nuestra empresa. Aunque si habrá que tener opciones para solucionarlos. Hay emprendedores geniales a la hora de identificar buenas ideas de negocio y hacerlas realidad, pero que son un desastre para gestionar el crecimiento de sus empresas. Cuando se realiza el plan de negocio, como norma general, al final de la base de datos de los 2 primeros años la cifra que aparece es negativa. Y sin embargo, a partir de la tercera suelen aparecer beneficios. Parece que si se obtienen beneficios en el primer año, los cálculos están mal hechos, y eso no es así, si es verdad que hay negocios, como el que puede ser, una central nuclear, en el que no es posible tener beneficios, el primer año, por que debido a la gran inversión inicial, nunca se podría cubrir con los beneficios del primer año. Pero, también es verdad que hay negocios en los que con un buen gestor, que controla muy bien el gasto necesario y sabe distinguirlo del innecesario, puede llegar a cubrir gastos en el primer año, siempre que sea, un negocio de una inversión razonable. El emprendedor, ante sus primeras pérdidas, se aferrara a su hoja de cálculo y respira tranquilo, ya que, el proyecto los dos primeros años es normal que de pérdidas. Pero, ¿qué ocurre si al tercer año no hay beneficios? Hay que desvelar rápidamente si el proyecto que hemos elaborado, hace viable la idea. Lo importante no es facturar mucho sino, ganar dinero y de nuevo, lo antes posible. Y es que hay, que analizar y seleccionar a los clientes, ya que, hay clientes, que nos realizan una compra, pero nos causan, prácticamente una perdida, ya que ocupan demasiada parte de nuestro tiempo, porque son muy problemáticos, y mientras que nos dedicamos a ese cliente no estamos realizando, otra labor, con lo cual consumen horas de trabajo que valen dinero, y nos agotan más. Hay veces que merece la pena seleccionar a clientes que pagan mejor, y aunque se reduzca el número de clientes, el tiempo que gastábamos antes le podremos destinar a mejorar cosas, y a innovar para captar otros clientes mejores además, mejoraremos en calidad de vida. De esto deducimos, que crecer no es siempre obligado. El buen emprendedor sabe encontrar el tamaño que mejor se adapta a sus capacidades y las del modelo de negocio que ha creado. Modelo de negocio Lo podríamos definir como la forma de la idea que relaciona los elementos que definen un negocio: proveedores, clientes, instalación, relaciones laborales, parte financiera, entorno… El modelo de negocio más adecuado no es el que crecimiento proporciona sino el que más fácil y rápidamente genera beneficios dentro de una sostenibilidad.