“El mayor riesgo es no asumir ningún riesgo... En un mundo que cambia realmente rápido, la única estrategia en la que el fracaso está garantizado es no asumir riesgos”.- Mark Zuckerberg

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Si se cometen plenamente las anteriores funciones administrativas traerán consigo clientes leales, pues el producto final entregado será óptimo e indudablemente muchos volverán a consumir.

Adicional a estos tres puntos me parece primordial hablar de la responsabilidad social, las empresas deben apropiarse de ella, me parece oportuno citar lo siguiente: “La responsabilidad social corporativa está despertando un enorme interés por parte del sector empresarial, las escuelas de negocio, los inversores e incluso algunos gobiernos. Desde finales de los noventa han ido apareciendo en el panorama internacional diferentes iniciativas, códigos, normas encaminados a promover un comportamiento de las empresas más ético, sostenible y respetuoso con la sociedad y el ambiente. La mayoría de estas recomendaciones, de carácter voluntario pretenden animar al desarrollo de políticas y estrategias empresas que incorporen estos criterios argumentando su necesidad desde diferentes puntos de vista: morales, económicos y sociales.”[4] Hoy en día, las empresas han ido adquiriendo un rol muy importante en las sociedad en donde están presentes, Ya no son solo una fuente de trabajo, estas aportan al desarrollo de las comunidades en distintos ámbitos, y contribuyen activamente al mejoramiento social, involucrando además a sus trabajadores; la responsabilidad social es una herramienta de ventaja de calidad de sus trabajadores. Pues con esta actividad se puedes crear lazos y favorecer el clima laboral, aspecto muy importante en la producción, como lo habíamos mencionado anteriormente, si los empleados se sienten a gusto en su trabajo, los resultados serán positivos.

Con el paso del tiempo los consumidores y sus intereses han cambiado, y las empresas han tenido que tomar partido ampliando su visión a algo más que la buena calidad y productividad, estas deben mostrar interés por el bien social, favoreciéndolos para que los clientes y consumidores tengan una buena imagen de las empresas pues su reputación influye mucho a la hora de consumir, adicional también se puede ver como una oportunidad de mostrar la empresa, y diferenciarse, logrando un posicionamiento en el público.

Lo antepuesto trae consigo una mejora en el flujo de caja libre, lo mismo sucede con la rentabilidad dando como resultado crecimiento empresarial “algunos autores han planteado definiciones del término "crecimiento"; entre ellos Cardona y Cano (2005, p. 24), quienes expresan que el crecimiento es un proceso intangible que depende de elementos tangibles (acumulación de capital físico y humano), y sobre todo de una adecuada organización y estructura interna. Para Penrose (1962, p. 4), el crecimiento se caracteriza por la acción compleja de las modificaciones internas que desembocan en un aumento de las dimensiones y cambios en las características de los objetos sometidos a tal proceso. En el caso de las empresas, la acumulación de capital físico y humano y el aumento en las dimensiones reflejan cambios que se evidencian después de una mayor aceptación de los productos y/o servicios de la organización en el entorno; pero, como se percibe sobre todo en la primera definición de "crecimiento", para estos autores, el crecimiento es un proceso que se genera de adentro hacia afuera; la adecuada disposición de los recursos internos permite que la organización logre un posicionamiento externo que le permita crecer.” [5]. Para que una gestión económico-financiera sea armónica y equilibrada sus índices estructurales deben mostrar crecimiento tanto cuantitativa como cualitativamente de un año a otro. Cuya mayor fortaleza se mostrará en las utilidades significativas que mostrará el Estado de resultados ya que es más importante el crecimiento relativo que el cuantitativo. Si maximizamos la riqueza de los accionistas, estamos asegurando el futuro de la empresa en el largo plazo. De lo contrario se estará mostrando una debilidad por el lento pero continuo fortalecimiento del capital ajeno.

No es suficiente generar rentabilidad si esta no se ve reflejada en el incremento de la riqueza de los accionistas en la estructura de financiamiento. Si se acordara una distribución de dividendos, bajo estas condiciones, estaremos repartiendo nuestro propio capital y las utilidades generadas por el negocio, siendo una medida correctiva en estas circunstancias sería, sencillamente, la capitalización de las utilidades. Pero en la realidad, los accionistas exigen reparto de utilidades.

Ahora es el momento de dar respuesta a nuestra pregunta inicial ¿la maximización de la utilidad garantiza la permanencia y el crecimiento de la empresa? este interrogante nos lleva a pensar en el objetivo financiero de la empresa, entendido comúnmente como la maximización de las utilidades, la obtención de utilidades debe corresponder más a una estrategia a largo plazo que a un aprovechamiento rápido y fugaz de las oportunidades de mercado, muy seguramente las utilidades serán bajas inicialmente pero esto contribuirá con la permanencia y el crecimiento.

El objetivo básico es el incremento del patrimonio de los accionistas o aumento en el flujo de caja, esto garantiza la permanencia, crecimiento, e incremento a mayor proporción, lo que se invirtió inicialmente (valor agregado); de acuerdo a distintos índices como el valor contable, comercial y prima o good will los directivos determinaran si su patrimonio está aumentando, pero no basta con que esta sea rentable para asegurar el éxito, “una empresa vale por su capacidad para generar flujo de caja” entendiéndose este como el flujo de caja que queda disponible para los acreedores, financieros y socios, es decir, aquel que queda después de la reposición de activos fijos y capital de trabajo KT.

El valor de la empresa es igual al valor presente de sus futuros flujos de caja libre a largo plazo, de esta manera para los dueños o accionistas es más fácil calcular este dato.

Por consiguiente y dados los anteriores fundamentos podríamos afirmar que para una empresa crecer y permanecer debe innovar, cambiar y no permitir que la competencia marque su camino, al contrario, cada organización con sus diferentes métodos de innovación debe liderar cambios.

Las organizaciones se están haciendo viejas día a día, no están avanzando al ritmo de los tiempos, los directivos deben cambiar sus pensamientos retrógrados y dejar de creer que todo es fácil como antes; se requiere que potencialicen los valores y las practicas corporativas de la nueva era, deben invitar a innovar a todos los empleados, aprovecharlos al máximo; buscar y multiplicar sus ideas, hágalas realidad, transfórmelas.

Las organizaciones deben dedicarse en concebir mejor al mercado. Esta puede