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La Ley de la Cosecha.

Enviado por   •  30 de Enero de 2018  •  2.159 Palabras (9 Páginas)  •  272 Visitas

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Ficción versus realidad

Los problemas de la vida surgen cuando sembramos una cosa y esperamos cosechar otra totalmente diferente.

Muchos de los paradigmas fundamentales y los procesos y los hábitos que derivan de ellos nunca producirán los resultados que esperábamos. Estos paradigmas -creados por personas que buscan atajos, publicidad, entrenamiento del programa del mes y setenta años de literatura sobre el éxito ético de la personalidad- se basan en la ficción de las soluciones rápidas. Esto no sólo afecta a la conciencia de nuestras necesidades individuales, sino también al modo como intentamos satisfacerlas.

Necesidades físicas

Una salud excelente se basa en principios naturales. Se obtiene con el tiempo gracias al ejercicio regular, una alimentación adecuada, el descanso apropiado, una forma de pensar sana y el rechazo de sustancias nocivas para el cuerpo. No obstante, en lugar de pagar el precio que eso conlleva, caemos en la ficción que crea la apariencia, es decir, la fantasía de que las ropas adecuadas, el maquillaje conveniente, los programas para perder peso de forma rápida (de los que se ha demostrado que contribuyen a prolongar el problema en lugar de eliminarlo) satisfarán nuestras necesidades físicas. Resultan promesas vacías. Aportan satisfacción a corto plazo, son como un copo de azúcar. No poseen solidez alguna. Desaparecen con rapidez.

El bienestar económico se basa en los principios de frugalidad, laboriosidad y previsión de las necesidades futuras; en ganar intereses en lugar de pagarlos. Pero nos domina la ilusión de que poseer «cosas» satisfará la necesidad, aunque las hayamos comprado a crédito y necesitemos meses o incluso años para pagar el doble de lo que valen a cambio de la satisfacción insustancial de la gratificación instantánea. O bien alentamos la fantasía de la «salvación», que llegará bajo la forma de un billete de lotería premiado, la ilusión de que alguien o algo resolverá mágicamente todos nuestros problemas y nos librará de la necesidad de adquirir competencia en cuestiones económicas.

Necesidades sociales

La realidad reside en que las relaciones de calidad se construyen sobre principios, en especial el principio de la confianza. Ésta nace de la confianza, de la capacidad de establecer y mantener compromisos, compartir recursos, actuar de forma responsable y atenta, pertenecer y amar incondicionalmente.

No obstante, cuando nos sentimos melancólicos y dolidos por una necesidad insatisfecha, no deseamos que nos digan que salgamos a ganar, que seamos dignos de confianza -dignos de la confianza y el afecta de otro-. Es más fácil creer en la ficción efímera de la gratificación sexual, en la idea de que la apariencia y la personalidad ganan el afecto o en que, con una llamada telefónica a un programa nocturno de televisión, alguien nos hablará con cariño. Es más fácil obtener un amor instantáneo que trabajar para llegar a ser una persona que brinda amor. Y nuestra cultura -la música, los libros, la publicidad, las películas, los programas de televisión - está llena de engaños.

Necesidades mentales

Con frecuencia recurrimos a la ficción de acumular el trabajo para hacerlo todo de una sola vez en lugar de orientarnos hacia la realidad del desarrollo y el crecimiento a largo plazo. Estamos sumergidos en «obtener el título... para obtener el puesto de trabajo... para obtener el dinero... para comprar cosas... para tener éxito». Pero, ¿qué aporta ese tipo de «éxito»? ¿El mismo carácter y la misma actitud que provienen de una intensa y continua inversión en el aprendizaje y el crecimiento?

Necesidades espirituales

Nos conformamos con la ficción que la sociedad nos vende, que indica que el significado se halla en la concentración en el sí mismo -la autoestima, el propio desarrollo, la superación personal- y en «lo que yo deseo», «déjenme hacer lo que quiero» y «lo hice a mi manera». No obstante, la literatura sapiencial de la historia milenaria valida repetidamente el hecho de que la más grande realización en la superación personal proviene de la facultad de acercarnos y ayudar al prójimo de forma más efectiva. La calidad de vida está del revés. El significado está en la contribución, en vivir por algo superior a uno mismo. Los resultados de la ficción y de la realidad son tan diferentes como el mar Muerto -un extremo estancado en sí mismo donde no existe salida ni vida- y el mar Rojo, donde las aguas fluyen y nutren la vida abundante que existe a su paso.

En el área de la administración del tiempo muchas de las técnicas se disfrazan de soluciones prácticas y rotundas que se concentran en preocupaciones inmediatas. Sin embargo, su promesa implícita consiste en la ilusión de las soluciones instantáneas. No se toman en cuenta las necesidades crónicas y fundamentales. Separamosos esas soluciones de los principios que ofrecen resultados duraderos y de calidad de vida. Regresamos a la satisfacción engañosa del azúcar hilachado, y los resultados que obtenemos en la vida lo prueban.

No existe forma alguna de que la calidad de vida emerja de la ilusión. Los métodos para conseguir resultados instantáneos, las perogrulladas y las técnicas de personalidad que quebrantan los principios básicos nunca aportan resultados de calidad de vida.

¿Cómo descubrir y sincronizar nuestra vida con las realidades del verdadero norte que rige la calidad de vida?

La potencialidad de los cuatro dones humanos

Por naturaleza poseemos dones que nos distinguen del mundo animal. Ocupan el espacio entre el estímulo y la respuesta, entre las cosas que nos ocurren y la forma como reaccionamos ante ellas.

Stephen: Hace unos años, mientras me paseaba entre las pilas de libros en la biblioteca de la universidad, por casualidad abrí uno donde leí una de las más poderosas y significativas ideas que encontré en mi vida. Su esencia era la siguiente:

- Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio.

- En ese espacio se halla el poder para elegir la respuesta.

- En la respuesta yacen el crecimiento y la libertad del ser humano.

Esa idea me impactó de forma increíble. Durante los días siguientes reflexioné sobre ella una y otra vez. Tuvo un poderoso efecto en mi paradigma de vida. Comencé a descubrir en

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