La agroalimentación, agricultura tradicional y la agricultura sustentable

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223 kilos de alimentos, un total de 127 millones de toneladas, suficientes para dar de comer a 300 millones de personas, o el 37 por ciento de los hambrientos en el mundo.

Según el informe publicado en junio de 2015, el precio internacional de los alimentos disminuyó un 14% entre agosto 2014 y mayo de 2015, la baja más significativa en los últimos cinco años. El sector de la agricultura se continúa beneficiando de la baja de los precios de los fertilizantes, gasolina y transporte de alimentos

Entre agosto de 2014 y mayo de 2015, los precios del trigo cayeron un 18 %, los precios del arroz se redujeron un 14 % y los precios del maíz disminuyeron un 6 %. Sin embargo, la llegada de El Niño, la apreciación del dólar estadounidense y el reciente aumento de los precios del petróleo podrían hacer subir los precios de los alimentos en los próximos meses. La demanda de maíz por parte de la industria de los biocombustibles y la evolución de las políticas de respaldo al arroz entre los principales productores son otros elementos que podrían afectar a los precios de los alimentos.

José Cuesta, economista superior del Departamento de prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza del Grupo Banco Mundial cita lo siguiente “La baja de los precios de los alimentos es bienvenida, porque más personas pobres podrán potencialmente comprar alimentos para sus familias”. Sin embargo, esto no es suficiente para que millones de personas se vayan a dormir con hambre y en otros países o sectores la comida se siga desperdiciando sin tomar conciencia de las consecuencias o efectos que esto ocasiona.

Un claro ejemplo de el desperdicio de alimentos en un país es México, en donde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en el 2013 determinó que diariamente se desperdician 30 mil toneladas de alimentos generados por restaurantes, comercios e incluso por los habitantes de los centros urbanos. En muchas ocasiones, el desperdicio se debe a que no se hace rentable para los productores cosechar y trasladar los productos al mercado, porque la ganancia que obtienen es menor que el costo de su producción.

La Sedesol, también determinó que los frutos, vegetales y hortalizas el mayor número de mermas se dan en los supermercados, pues estos lugares mantienen ciertos estándares de calidad para la comercialización del producto. Cuando éstos no tienen las características físicas exigidas van a dar al basurero. Estas características que provocan que una fruta se tire pueden ser, golpes, suciedad, manchas u otras que no las hagan atractivas para el consumidor, aunque el sabor y calidad esté intacto.

En los supermercados, también existe otro tipo de desperdicio: el de los productos enlatados, cereales, lácteos y perecederos que al alcanzar su fecha de caducidad, son desechados. Aunque se marque una determinada fecha de consumo preferente, éstos permanecen por más tiempo en condiciones óptimas para consumo humano.

La página web “Expansión” asociada a la cadena televisiva “CNN”, reportó con datos obtenidos de la FAO en el año 2013 que el mundo desperdicia anualmente 1,300 millones de alimentos. El precio de este desperdicio, sin contar el pescado y el marisco tiene un costo de 750,000 millones de dólares y causa un grave daño a los recursos naturales de la humanidad.

Al respecto a esto, el director general de FAO, José Graziano da Silva hizo un llamado a los agricultores, pescadores, procesadores de alimentos, supermercados, gobiernos locales y nacionales, consumidores particulares a hacer cambios en todos los eslabones de la cadena alimentaria para evitar el desperdicio.

También recalca que “Los consumidores no logran planificar sus compras, compran en exceso, o reaccionan exageradamente a las fechas de caducidad y consumo preferente de los productos"

En el mismo artículo de la página “Expansión” se menciona que: el desperdicio de carne en el mundo es relativamente bajo, el 80% del total del despilfarro de la misma tiene lugar un 67% en los países de ingresos elevados y el resto en Latinoamérica. Los alimentos desperdiciados consumen en agua el mismo volumen del caudal anual del río Volga (250 KM3). Según la página Carlos Ayala, en un reportaje hecho para la Universidad Centroamericana de El Salvador, en la producción de esos alimentos se usan 1,400 millones de hectáreas, equivalentes al 28% de la superficie agrícola del mundo. Cuando se pudren estos alimentos en los vertederos son responsables de añadir 3,300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta, incluido el metano, un gas que contribuye al efecto invernadero responsable del calentamiento global.

El tema del desperdicio y la gestión del consumo de alimentos está ligado el objetivo no. 12 de “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible” denominado “Garantizar los modelos de consumo y producción sostenibles”, se trata de fomentar el uso eficiente de los recursos y la eficiencia energética, infraestructuras sostenibles y facilitar el acceso a los servicios básicos, empleos ecológicos y decentes, una mejor calidad de vida para todos. La correcta aplicación ayuda a lograr los planes generales de desarrollo, reducir los futuros costos económicos, ambientales y sociales, aumentar la competitividad económica y reducir la pobreza.

El objetivo del consumo y la producción sostenibles es hacer más y mejores cosas con menos recursos incrementando las ganancias netas de bienestar de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación durante todo el ciclo de vida, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida cooperación para el desarrollo.

Las Naciones Unidas proporcionan los siguientes datos interesantes en el tema de alimentación:

• Si bien el principal impacto ambiental de los alimentos se debe a la fase de producción (agricultura, elaboración de alimentos), los hogares influyen en ese impacto a través de sus opciones y hábitos alimentarios, con sus consiguientes efectos en el medio ambiente debido al consumo de energía y la generación de desechos relacionados con los alimentos

• Mientras que cada año se desperdician 3.000 millones de toneladas de alimentos, casi 1.000 millones de personas están subalimentadas y otros 1.000 millones padecen hambre

• El consumo excesivo de alimentos es perjudicial para la salud y el medio ambiente

• A nivel mundial, 2.000 millones de personas sufren sobrepeso