Libro del Ego.

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amor, el silencio y al vivirlos nos hacen crecer. Tu felicidad adquirirá alas lentamente, y esto se convertirá en una dicha, y una bendición. La mente debe hacerte caso a ti, y no tú a ella. El miedo forma parte de la mente, la cual es cobarde y tiene miedo de que algún día tomes conciencia, pues ello supondría su propio fin. Pero la muerte de la mente supondrá tu renacer, el comienzo de vivir realmente. Pues para conocerte a ti mismo, no necesitas de la mente, sino el silencio absoluto.

Otro aspecto que también genera ego es la identificación, ya que seas lo que seas, no necesitas que te identifiques con ello, puesto que ya lo eres. Te puedes identificar con el cuerpo, con la mente, pero desde el mismo momento en que te identificas, te pierdes. En eso consiste el ego, y así es como se forma.

El deseo de poder surge de tu vacío, de tu sentimiento de inferioridad. Quienes se sientes fascinados por el poder, se apartan cada día más de sí mismos. Muchas personas dicen que el poder te corrompe, pero en realidad no es así. El poder solo te da esa oportunidad para crecer todo aquel potencial que llevas dentro, sea bueno o malo.

La vida está dispuesta a abrirse para ti, si no la conviertes en un problema. Deberíamos preguntarnos si los problemas son problemas o si nosotros mismos nos hemos encargado de crearlos para así tomarle sentido a la vida, o no sentirnos solos. Y si tus problemas son una estrategia, no hay forma de solucionarlos o curarlos, porque así lo decides tú, porque quieres continuar con él, ya que inconscientemente lo creas tú. Los problemas no necesitan soluciones, necesitan claridad. Al comprenderlo debidamente se resuelve, porque el problema surge debido a una mente que no comprende.

No tenemos que temerle al amor, pues es algo hermoso. Aunque si es doloroso pues la transformación requiere de dolor, de igual forma la mutación, pues deberíamos probar siempre cosas nuevas, y desprendernos de lo viejo. Y si el amor es puro, es más claro, puesto que la relación se puede considerar como un espejo. Debemos entregarnos completamente al amor, ya que es necesario, porque solo tomas consciencia de tu totalidad cuando te provoca la presencia del otro y te sacan del mundo narcisista. Y para esto, hay que despegarnos del ego. Te tienes que amar a ti mismo, tal y como eres, con defectos y virtudes, amar tu propio cuerpo, tu alma, todo tú. Pues la persona que no se ama a sí misma no será capaz de amar a nadie.

Si queremos dejar el ego, primero hay que tenerlo, forma parte del desarrollo y la madurez en el crecimiento. El ego desaparecerá por sí mismo. Pero se debe trabajar con mucho esfuerzo y empeño, hay que disfrutarlo sin ningún otro objetivo, y es lo más difícil para la mente humana, porque es codiciosa.

Una persona realmente madura no carga sus responsabilidades a nadie, se hace responsable de su propio ser. Haz lo que consideres bueno para ti. Lo que te hace más feliz es bueno. Jamás aceptes ningún criterio que te haga desgraciado. Jamás aceptes una moralidad que te haga sentir culpable. Jamás aceptes nada que intente imponerte algo en contra de tu carácter. Sé tú mismo y serás perfecto.

El tener dignidad o darte tu valor no tiene nada que ver con el ego, se trata de protegerte ante un mundo lleno de maldad. Tienes derecho a protegerte, a que no te envenenen. Vivir la inocencia es no tener carácter, ni principios y vivir el momento. La madurez no tiene nada que ver con las experiencias de la vida, tiene que ver con el viaje hacia adentro, con las experiencias del interior. Créate a ti mismo y asume toda la responsabilidad. En realidad, las cosas nunca salen tal y como las esperas, la vida es cambio continuo, para el que no puedes prepararte.