MILAGROS MODERNOS DE CRECIMIENTO
Enviado por John0099 • 28 de Noviembre de 2018 • 4.815 Palabras (20 Páginas) • 358 Visitas
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En la actualidad Alemania es la mayor economía de la Unión Europea y la cuarta del mundo, estando por bajo Estados Unidos, Japón y China. Alemania es uno de los países con mayor ocupación de la Unión Europea y el país que posee el índice de desempleo juvenil más bajo, además, se caracteriza por la disponibilidad de trabajadores especializados y calidad en infraestructura. En cuanto a los últimos indicadores macroeconómicos Alemania creció un 1,7% en el año 2015 tras un alza de un 1,6% en el año 2014 mientras que tuvo un superávit fiscal del 0,5% respecto al PIB del año pasado, una tasa de desempleo en un 3,9%, los salarios medios en 47.809 Euros, la inflación se mantiene controlada y el gasto interno se ha convertido en el principal impulsor del crecimiento económico. Las exportaciones crecieron un 5,4% y se vieron superadas por las importaciones, que aceleraron su crecimiento hasta un 5,7%. Además, el consumo privado se ha incrementado un 1,9% (Véase gráfico 2).
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Milagro económico chino
China era un país rural con la agricultura como su principal actividad económica, ya que poseía un desarrollo industrial bastante deficiente. Además, sus índices macroeconómicos eran poco alentadores teniendo por ejemplo, una tasa de inversión muy baja lo que provocaba grandes fluctuaciones en su economía producto de años secos y lluviosos, esto a su vez producía grandes desequilibrios en los mercados. Según estimaciones de las ONU, en 1947 la renta per cápita china era de 40 dólares al año, la cual estaba muy por debajo del promedio mundial, fijado en torno a los 250 dólares.
El desarrollo económico en China arranca con un periodo de reforma y apertura de su economía al exterior, una reforma formulada por Deng Xiaoping en 1978 que se basaba en modernizar la agricultura, la industria, la tecnología y la defensa. Estas cuatro áreas permitirían mejorar la economía (Quiroga, 2009).
Sebastián Claro (2004) señala que la economía China ha experimentado un crecimiento impresionante desde fines de la década de los 1970s. Este notable desempeño reflejado en una tasa promedio de crecimiento del producto de 9.4% entre 1981 y 2003 coincide con un profundo proceso de reformas económicas impulsadas en 1978 (Véase gráfico 3).
El objetivo final de las políticas antes mencionadas era que China volviera a ser una potencia mundial y destacada producto del crecimiento económico y desarrollo tecnológico alcanzado. Y así sucedió, ya que a partir de 1978 no ha hecho más que superar todos los pronósticos que le ha llevado al año 2007 un crecimiento del PIB de un 11,4%, y en promedio el PIB durante los últimos 28 años ha crecido a una tasa de 9,7%. Además, la economía ha registrado un impresionante cambio estructural durante esos veinte años y para rectificar esto, Pablo Bustelo (2002) señala que las exportaciones se han multiplicado por catorce, alcanzando en el año 2000 casi 250.000 millones de dólares, así la cuota de China en las exportaciones mundiales ha pasado de 1% en 1980 a casi 4% en 2000 (Véase tabla 3). Por otro lado, la inversión directa extranjera, que rondaba apenas 1.000 millones de dólares anuales a principios de los años ochenta, alcanzó un máximo de 45.000 millones en 1998 y ha bajado ligeramente en 2000. Y, lo que es aún más notable, China ha conseguido reducir espectacularmente la pobreza, según las estadísticas oficiales el número de personas pobres habría pasado de 270 millones en 1978 a 42 millones en 1999.
Es importante también hacer mención a los pilares fundamentales en que se apoya este crecimiento económico, y son cuatro los factores: dotación de trabajo, consumo e inversión, exportaciones y la inversión extranjera. Con respecto al primero es importante decir que existe una gran dotación de trabajo, pero con salarios bajos. Al consumo se le intenta dar más peso y ser menos dependiente de la inversión y exportaciones, así es como en el 2007 contribuyo en 4,4 puntos al incremento del PIB lo que está por sobre las contribuciones de la inversión y exportaciones. Las exportaciones han sido una de las bases fundamentales de la reforma, y así es como en el año 2007 el crecimiento de las exportaciones alcanzo un 22,5% estando muy por encima de la media de 5,5% a nivel mundial (Véase tabla 4).
Actualmente, la economía china es considerada la segunda más grande del mundo, en donde el primer lugar lo ocupa Estados Unidos. Según la Oficina Nacional de Estadísticas de la República popular de China (NBS) el PIB del año 2015 es de 9.897.784 millones de euros, lo que hace que el PIB per cápita corresponda a 7.200 euros para el mismo año. Con respecto a porcentajes de crecimiento, la economía China ha sorprendido por haber crecido en el año 2015 un 6,9%, lo cual es la cifra de crecimiento más baja registrada en China en los últimos 25 años y esta baja corresponde a un efecto del objetivo de las autoridades por enfriar la economía y así evitar un colapso de la misma. Pero, aun así, el crecimiento de China está muy por encima del promedio de crecimiento mundial que bordea el 3% (Véase gráfico 4).
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Milagro económico coreano
Si nos remontamos al último siglo, podemos encontrar una de las historias más exitosas del último tiempo en Corea del Sur. El comienzo del crecimiento económico para los orientales se remonta al año 1953. Cuando la guerra coreana terminó, los orientales habían alcanzado un nivel de pobreza mayor que los que en ese entonces tenían la mayoría de los países latinoamericanos. Sin embargo, tras la victoria de Corea del Sur, fue Estados Unidos el país que les brindo ayuda necesaria para poder salir adelante con la débil solvencia económica que en ese entonces los asiáticos poseían.
Un hecho totalmente ocultado por el Banco Mundial es que Corea no recurrió en absoluto al empréstito externo durante los primeros 17 años posteriores a la segunda guerra mundial, y luego solo se endeudó moderadamente. Entre 1945 y 1961, Corea no se endeudó ni recibió inversiones extranjeras. Según los criterios del Banco y del pensamiento neoclásico, tal situación constituye una anomalía (Toussaint, 2007).
Posterior a la guerra de 1950, las políticas tanto comerciales como industriales se enfocaron principalmente en sustituir importaciones, empeñándose en limitar la actividad de importar, procurando la producción de bienes que tengan fines cotidianos. Para lograr lo anterior, se fijaron aranceles altos, buscando proteger la industria local. No obstante, esta medida tuvo consecuencias negativas para las exportaciones, disminuyendo
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