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EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍA EN EL DEBATE MODERNO/POSMODERNO Y SUS EFECTOS EN LA CIENCIA JURÍDICA CONTEMPORÁNEA

Enviado por   •  23 de Agosto de 2017  •  4.070 Palabras (17 Páginas)  •  818 Visitas

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A fines de los setenta y a lo largo de la siguiente década, diversos autores, desarrollaron las teorías postmodernas que proponen la crítica a la modernidad y el turno postmoderno.

a) Interpretaciones positivas.

Diversos autores que se han referido al término “postmoderno”, lo hacen mostrando una actitud positiva hacia dicha transición, ya sea que la interpreten en términos históricos, sociológicos o artístico culturales.

Drucker identifica “sociedad postmoderna” con lo que más tarde se denominará “sociedad postindustrial”, y describe ese tránsito en términos de un cambio desde la visión cartesiana del mundo hacia un universo caracterizado por un patrón, propósito y proceso, nuevas tecnologías y capacidad para dominar la naturaleza con todas las responsabilidades y daños potenciales, así como transformaciones generadas por la extensión de la educación y el conocimiento; un mundo que vería el fin de la pobreza y la ignorancia, el declinamiento del estado nación, el fin de las ideologías y un proceso mundial de modernización.

Etzioni señala a la Segunda Guerra Mundial como un parteaguas histórico y argumenta que, después de la guerra, la introducción de nuevos modos de comunicación, información y energía inauguró un periodo postmoderno. Si bien el desarrollo tecnológico podría destruir los valores previamente existentes, su uso también podría hacer posible una vida humana mejor y resolver los problemas sociales, aunque para ello sería necesario una sociedad activa que guiara mediante valores el desarrollo tecnológico en beneficio de la humanidad.

Ferre, en un contexto teológico, usa el término “postmoderno” para calificar una nueva era en la historia y proyecta un conjunto alternativo de valores e instituciones para un nuevo futuro y una nueva conciencia postmoderna.

Sontag, usando un término de Irving Howe, celebra la aparición de una “nueva sensibilidad” en la cultura y las artes, que desafía la exigencia racionalista de contenido, significado y orden, y que, por el contrario, se sumerge en los placeres de forma y estilo, privilegiando un erotismo del arte sobre una hermenéutica del significado.

Fiedler demanda ya una nueva crítica postmoderna que abandone el formalismo, el realismo y las pretensiones de erudición, a favor de un análisis de la respuesta subjetiva del lector dentro del contexto histórico, social y psicológico.

Hassan, en el terreno literario, caracteriza el postmodernismo como una “mutación histórica decisiva” del capitalismo industrial y los valores y categorías occidentales.

Jencks, a su vez, se congratula con el nuevo estilo postmoderno basado en el eclecticismo y el populismo, y coadyuva a diseminar el concepto de lo postmoderno.

b) Interpretaciones negativas.

En sentido contrario otros, vierten sus juicios sobre lo postmoderno.

Toynbee sugiere que la “era postmoderna” es de ruptura y dramáticas mutaciones, de total anarquía y relativismo, “un tiempo problemático” distinguido por el colapso del racionalismo y del “ethos” de la Ilustración.

Mills también observa una transición entre épocas, de la “antigüedad” a lo provincianamente mal llamado “edad del oscurantismo”.

Las definiciones básicas del ser y la sociedad están siendo reemplazadas por nuevas realidades, por lo que se hace necesario conceptuar los cambios en curso a fin de “comprender el guión de la nueva época en la que suponemos estamos ingresando”.

Bell hace notar el fin de una época y el inicio de otra en la que la humanidad enfrenta alternativas fundamentales para el futuro. La era postmoderna es el resultado de la aplicación de las revueltas modernistas a la vida diaria, la extensión y living out de un estilo de vida rebelde, hiperindividualista y hedonista en el que el narcisismo vulnera la tradición y expresa una profunda contradicción con los imperativos burocráticos, tecnocráticos y organizacionales de una economía capitalista y una política democrática.

En el ámbito cultural, Howe y Levin interpretan la cultura postmoderna en términos del declinamiento del racionalismo de la Ilustración, antiintelectualismo, y la pérdida de la esperanza modernista en que la cultura podría hacer avanzar el cambio social.

Entre los pensadores postmodernos destaca Jean Francois Lyotard, quien, en 1979, da a conocer La condición postmoderna, obra en la cual establece tres condiciones del conocimiento en la modernidad: la apelación a metanarrativas para legitimar demandas fundamentalistas; la inevitable consecuencia de la legitimación, deslegitimación y exclusión; y un deseo por prescripciones epistemológicas y morales homogéneas.

En su obra, Lyotard acusa que los discursos modernos apelan a metadiscursos, tales como la narrativa de progreso y emancipación, la dialéctica de la historia o del espíritu, o la inscripción de significado y verdad. Desde esta perspectiva, la postmodernidad es definida como “incredulidad hacia las metanarrativas”, el rechazo de la filosofía metafísica, filosofías de la historia y cualquier otra forma de pensamiento totalizador –ya sea el hegelianismo, liberalismo, marxismo o positivismo.

3) El debate Habermas/Lyotard.

Se distingue por contener los principales términos de la polémica entre los defensores de la modernidad y sus más radicales críticos. Jurgen Habermas critica a los teóricos de la postmodernidad que critican la Ilustración, en tanto que a la vez defiende la modernidad como un proyecto inacabado cuyo contenido no fue satisfecho para activar su potencial emancipador.

Así, hay un hilo conductor entre la llamada Escuela de Frankfurt (escuela que se distingue por su crítica constructiva a la modernidad) y Habermas, pese a sus diferentes matices y énfasis. En La transformación estructural de la esfera pública (1962), distingue entre formas tempranas y tardías de la modernidad capitalista, señala a las industrias culturales como el instrumento mediante el cual el estado capitalista y los medios toman control de la vida contemporánea.

En diferentes obras (La lógica de las ciencias sociales, Teoría y práctica, Conocimiento como ideología), Habermas apunta a tratar de rescatar las promesas y premisas cognitivas de la modernidad a través de la redención de modos de pensamiento críticos, reflexivos y activos que combinan construcción teórica y análisis empírico, autorreflexión y crítica con construcción

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