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El arte es una mentira que nos acerca a la verdad

Enviado por   •  10 de Junio de 2021  •  Ensayos  •  1.412 Palabras (6 Páginas)  •  790 Visitas

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“El arte es una mentira que nos acerca a la verdad” (Pablo Picasso) Evalúe esta afirmación en relación con la Literatura.

        

        El arte es el medio de expresión más subjetivo, a través del cual el ser humano es capaz de transmitir sus sentimientos, emociones, ideas, su visión y concepción del mundo. Por lo tanto, es una herramienta multifuncional empleada con diferentes finalidades: estética, comunicativa, representativa, etc. El término es amplio y ha sido interpretado de diversas maneras a lo largo de la historia, confiriéndole subjetividad al concepto. Una mentira  es un argumento o afirmación falsa que carece de veracidad y/o de objetividad. En contraste, una verdad es un conocimiento,  argumento o afirmación que se basa en la realidad y por ende es objetiva. A partir de estos tres elementos se puede evaluar la célebre frase de Pablo Picasso, la cual encierra un mensaje difícil de descifrar por su misma contradicción.

¿Qué quiso decir en realidad Picasso con esta afirmación? ¿Qué todo lo representado a través del arte, es una mentira? Sin hacer un análisis crítico sobre la afirmación, se podría concluir que Picasso se estaba catalogando a sí mismo y a los demás artistas como falaces. ¿O esto no fue lo que quiso decir? Las manifestaciones artísticas, en especial las literarias y plásticas (pintura), tienen gran peso de subjetividad debido a que en ambas se emplean como recursos la creatividad y la imaginación. Sin embargo, muchas personas cometen el error de asociar imaginación y ficción como sinónimos, lo que les conduce a creer que todo lo que es producto de la mente es falso e irreal.

A lo mejor lo que Picasso quiso decir es que el arte “esconde” la realidad detrás de una representación de la misma. Esta realidad no es, necesariamente, como la vemos en una pintura o como la interpretamos en una obra literaria. Consideremos la siguiente cuestión: “Las Crónicas de Narnia” de C.S. Lewis es una heptalogía de libros que engloban un mundo fantástico con personajes míticos, por lo que se les cataloga “infantiles”. Sin embargo, el trasfondo de los mismos esconde una realidad con un gran peso religioso, expresada a través de una simbología fascinante. Las Crónicas son una representación de la historia del Cristianismo, recreada a través de elementos ficticios; claro ejemplo es el León, quien hace alusión al mismo Jesucristo que “murió y resucitó”. La historia fantástica de Narnia esconde una verdad asequible a todos, pero que no todos son capaces de descubrir o descifrar.

Por otro lado, alguien podría afirmar que las Crónicas son únicamente cuentos para niños y que resulta absurdo creer que representan una verdad “religiosa”. Se debe estar consciente que verdad sólo hay una, pero maneras de representarla, muchísimas. Se cree que el arte solo representa belleza; en realidad, el arte lo que hace es representar bellamente las cosas, rompiendo paradigmas, sobrepasando límites de manera innovadora y buscando, ante todo, decir algo sobre el mundo. Una verdad no necesariamente consiste en adecuar la mente a la realidad; a veces una verdad es conocida al adecuar la “realidad” con la mente. Cuando se logra esta adecuación es posible reconocer que el arte transforma verdades conocidas, de manera creativa, para transmitir una sola verdad  y que no se limita a imitar o representar lo ya conocido de forma exacta.

 Es necesario tomar en cuenta que todas las representaciones artísticas son imágenes de la era en la que se desarrollaron y que muestran ideas implícitas de gran profundidad; así como lo afirmaba Kandinsky: “Toda obra de arte es hija de su tiempo…”.

Al parecer, distinguir lo verdadero de lo falso es una tarea difícil y complicada; sin embargo, el sentido común, la percepción y la razón son las herramientas que facilitan este proceso, pues confieren a las personas una naturaleza racional que les permite analizar diferentes cuestiones y formular conclusiones pertinentes de la misma. El arte, al mostrar diferentes perspectivas de la realidad, resulta complicado de interpretar, ya que expresa conceptos algunas veces difíciles de concebir. Para un espectador podría resultar más sencillo distinguir si una pintura representa una verdad o una mentira por emplear recursos visuales. Por el contrario, para un lector resultaría complejo descifrar si hay verdad o mentira en lo que lee, pues no tiene una referencia física. No obstante, considero que para ambos es una cuestión difícil; si se tiene un conocimiento previo del contexto en el que se desarrolló una obra, es más fácil descubrir su veracidad. Alguien podría refutar que para concluir que para concluir que una pintura expresa una realidad no es necesario conocer el contexto, porque resulta “evidente” que lo representado es real, si no, sería imposible que estuviera plasmado. Sin embargo, no se debe olvidar que por nuestros sentidos externos somos más vulnerables a confundirnos, interpretando erróneamente la información que proviene del entorno.

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