Una celestial medicina

Una Celestial Medicina

América durante los primeros años de conquista y colonia ha sido victima de muchas pandemias, debido al hecho de las bacterias comunes en Europa fueron bastante peligrosas para los nativos, especialmente de peste, viruela, sarampión y gripe. Por ejemplo, entre 1537 y 1636, la población indígena en Tunja paso de 230.000 a 47.554, lo que equivaldría que al casi 80% de la población indígena murió por esas enfermedades como fueron por las epidemias de viruela, sarampión y peste. El encomendero Antonio de Santana quien se encargaba de la evangelización de los indígenas en Tunja, le pagó al pintor andaluz Alonso de Narváez, 20 pesos de oro para que haga una pintura sobre algodón de la que sería la Virgen de Chiquinquirá. Esa pintura se quedo en Tunja hasta que, por la muerte de Antonio, su esposa se llevó la pintura deteriorada por el tiempo a Chiquinquirá. En esa época se daban un mayor poder a los obispos para dar la palabra de Dios y acabar con la figura de los encomenderos. El 26 de diciembre de 1586, ocurrió un milagro, María Ramos junto con otras dos mujeres vio que la pintura se había restaurado, por lo cual al año siguiente se envió a unos expertos en milagros para ver si era verdad, confirmado con 142 testimonios de múltiples personas, cuando esa noticia de difundió se creó la creencia de que la Virgen de Chiquinquirá tiene el poder de restaurar cosas por ejemplo cuando hubo una sequía en Villa de Leyva, alguien le pidió ayuda y le llego en forma de lluvia. Además, en 1587, había una cepa de viruela que acabo con un tercio de la población de Santafé, cuando esta llegó a Tunja, esta se volvió más peligrosa debido a que había más indígenas en su población, así que la Congregación de Tunja le pidió que por favor le presten el cuadro para rezar a la Virgen, la congregación de Chiquinquirá acepto a regañadientes. El 5 de diciembre llega el cuadro a Tunja y se quedo por varios días, las personas se reunían para rezar por un milagro, y a cambio de dejarlo allí en su aniversario de su restauración por los milagros que hacía por el bien de la salud del pueblo, le dieron dinero para mejorar la iglesia de Chiquinquirá. El 23 de enero de 1578, el cuadro regresó a Chiquinquirá, solo para ser renovado en dos ocasiones de forma inesperada, primero el 30 de julio del mismo año y luego el 5 de enero del 1579, eso reforzó la creencia de la Virgen ayuda a los enfermos, tanto que dicen que la tierra y agua que rodea la pintura, tiene cualidades curativas al punto de crear un santuario para albergar el cuadro divino. Pero la verdadera prueba de fuego fue durante la Peste de 1633, la cual es una combinación de viruela con tifus que era bastante letal, al punto de que la congregación de Tunja pedía con urgencias el cuadro de la Virgen para que ayuden a la ciudad con su “fe curativa”, con una procesión que atravesó varios pueblos a su paso. Tres años después, ese santuario terminó en manos de la Orden de Predicadores del pueblo. Pero no sería el único punto de devoción a la Virgen, el 4 de enero de 1649, el cabildo de Tunja por medio de Pedro Pulido y unos conocidos querían edificar una capilla dedicada a la Virgen con una copia de la pintura lo que causo una guerra entre dos iglesias para poder administrarla, siendo Las Nieves la ganadora y la cual fue inaugurada el 24 de febrero de 1656. Luego de todo esto, la Virgen de Chiquinquirá, ha sido importante como figura de fe y esperanza para otras pandemias como fue la de viruela en Bogotá y Tunja en 1841 y la de Lepra en la segunda mitad del siglo XIX. Fue tanta la fe hacia la Virgen que llevaron la pintura original al Puente de Boyacá en el 1919 en conmemoración al centenario del 7 de Agosto, demostrando que la confianza que le dieron las personas de Tunja con que la fe hacia ella relacionado con el tratamiento de enfermedades al punto de ser una figura divina para toda Colombia, la cual ayudo indirectamente a curar la moral de un pueblo afectada por varias olas de enfermedades letales para la época como fueron la viruela, la lepra, el sarampión y la tifus lo que favoreció en la recuperación de la gente, lo que volvería esos milagros como en una cura milagrosa.