VICTORIA DE SAMOTRACIA

VICTORIA DE SAMOTRACIA

Es una obra original y se atribuye al escultor Pithókitos. Data del siglo II a. C. y pertenece a la Escuela de Rodas dentro del periodo helenístico. Actualmente se encuentra expuesta en el Museo del Louvre en París.

Es una escultura de cuerpo entero, de bulto redondo y de pie. El tema es mitológico, representando a una Atenea de la Victoria o Atenea Niké, como podemos apreciar por sus alas desplegadas y estaría en un pedestal con forma de proa de barco.

Está tallada en mármol y tiene una altura de 2,65 m. El autor opta por una composición abierta, con líneas curvas y diagonales donde se enmarcan las alas, y vista lateralmente, se observa una línea diagonal que enlazaría desde la pierna hasta la inexistente cabeza. El cuerpo provoca una sensación de desequilibrio. El dinamismo de la composición se completa con los pliegues del vestido. El movimiento de la diosa se expresa en los paños que se agitan y vuelan, y en las alas desplegadas hacia los lados y hacia atrás, como si la figura avanzara contra el viento o como si se posara sobre la proa de un barco.

Contiene un gran repertorio de texturas, sobre todo en los pliegues, que van desde los finos y transparentes a los gruesos y arremolinados. También se observan texturas en las alas que imitan la suavidad de las plumas. El conjunto transmite grandes contrastes de luces y sombras que provocan una mayor expresividad y dramatismo.

La obra presenta las características del arte helenístico, último periodo de la escultura griega: las esculturas pierden el sentido de la medida, ahora es típica la grandiosidad, el realismo exagerado, el dolor físico, el estudio del cuerpo, el rostro y los ropajes. El autor se basa en modelos clásicos anteriores, pero con más realismo. Es clara la inspiración de modelos como "Niké atándose una sandalia".

Se atribuye a Pithókitos, escultor poco conocido de la Escuela de Rodas, una de las principales de la etapa helenística. A ella se deben obras tan famosas como “el Coloso de Rodas”, una de las siete maravillas de la Antigüedad, o “El Laocoonte y sus hijos”. Cumpliría una función conmemorativa, y estaría destinada a conmemorar la victoria de una batalla naval en que los rodenses vencieron a Antíoco III de Siria.

La escultura fue encontrada en el santuario de Cabiros en Samotracia en 1863, por Charles Champoiseau. Se desenterraron todas las piezas que se encontraron, y una vez depositadas en el Louvre, comenzaron las labores de restauración, dejando la escultura en su estado actual, sin cabeza ni brazos.