Comprensión del hombre

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Otro punto importante es la forma en que reacciona el hombre ante situaciones adversas llegando incluso a tomar decisiones más por instinto que con la razón.

Se observa claramente como la sociedad prefiere estar en una zona de confort por muy en desacuerdo que se encuentre con las normas que lo rige. Esto da pie al abuso de poder de aquellos que tienen más estatus dentro de la misma.

El hombre en participación orgánica con la totalidad de lo real, es capaz de presentarse a sí mismo esa realidad, es capaz de recrear en sí lo objetivo: el hombre conoce, el hombre lee en lo profundo de las cosas. Así la ciencia aparece como el proceso por el cual el hombre, partiendo de su encuentro cotidiano con lo real y deteniéndose ante el ser de las cosas, busca aproximarse a él en una línea de mayor hondura, busca alcanzar más intensamente la verdad de la realidad: el principio y el término de la ciencia es lo real en su singularidad y concreción. Pero hay que añadir algo más cuando se trata del hombre, del dominio de las ciencias humanas. Si bien es justo aprovechar la aportación de las diversas metodologías, no basta en absoluto con exigir una, ni siquiera con realizar una síntesis con varias de ellas, para determinar en profundidad lo que es el hombre.

El hombre no puede dejarse encerrar dentro de los presupuestos de estas metodologías, puesto que no es ingenuo. (Discurso a la Federación internacional de universidades Católicas, 24, feb., 79). Muchos hombres en su afán de autonomía han decidido liberarse hasta de la realidad y así, después de una etapa de mitificación de la razón humana en la que ésta se instituyó como medida de todas las causas, se ha llegado a que muchos epistemólogos consideran a la ciencia como un puro saber hipotético, como modelos más o menos estáticos y libremente escogidos según el exclusivo criterio de su operacionalitas. La dimensión del hombre es tomada como explicativa de la totalidad del ser y el resto como su epifenómeno.No son pocos los reduccionistas sexuales que creen ver en esta dimensión del hombre el fundamento y única energía del movimiento humano.Estos reduccionismos sexuales pueden ser biológicos, como en el conductismo y neo conductismo; psicológicos, como en el psicoanálisis freudiano; políticos, como en Marcuse; etc. Si es cierto que con Sigmund Freud comienza el estudio y revalorización de la sexualidad, tal estudio ha sido tenido por los fundamentos psico-antropológicos de los que partía aquel pensador, a saber: una visión individualista, mecanicista, determinista, represiva y adaptacionista.

CONCLUSION

Se puede concluir relacionando lo estipulado anteriormente que el hombre es un sujeto poli-dimensional, es complejo y a la vez racional, el hombre en el siglo XX se considera como un ser incompleto porque ha renunciado a su parte emocional. Muchos autores plantean la teoría de que el hombre reprime sus instintos, para Freud el instinto es el centro de energía psíquica y en consecuencia de la actividad mental. La fase más dura es la científica porque se renuncia al placer para contemplar la realidad, la magia es una proyección de los deseos del hombre y está relacionado con la libido que es la energía del deseo sexual del hombre. El principio de la fase científica es la del deseo y placer.

La racionalidad instrumental de la cultura en el mundo actual es muy racional y está marcando normas y reglas que a su vez disciplinan al hombre. La cultura reprime al hombre de cumplir sus deseos. La libido manifiesta los esquemas pero es tan fuerte la cultura que no deja ser libre al hombre. El hombre está centrado en un momento histórico, las ciencias sociales investigan el fenómeno social y se aplica el método científico (como se señala en lo anterior), cada ciencia social tiene su objeto de estudio y una de las más fuertes son las ciencias humanas que nos dan muchos elementos para tratar de comprender al hombre en su impulso de evolucionar. Es tanto este impulso que el hombre está buscando una manera de evolucionar en una máquina, que esta piense por sí misma para generar un hombre que no sea un ser finito sino que tenga la posibilidad de seguir viviendo después de la muerte y a esto lo podemos llamar una inteligencia artificial.

BIBLIOGRAFIA

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FREUD, Sigmund: “Animismo, magia y omnipotencia de las ideas” en Tótem y tabú, Alianza Editorial, Madrid, 1989. Pags 102 – 132.

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WEBGRAFÍA

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