Cronica.Por lo que pudo ser.

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Entrar a la casa era deprimente, tener que pasar por la habitación de las paredes amarillas y las mil muñecas colgadas no era fácil. Mirar para la biblioteca y encontrar a Álvaro cargando a su hijo de tres años y al lado, su hija de 15 jugando en el computador, Gloria pide a su hija, Lina, que se lleve al niño para la habitación de arriba y mira fijamente a Álvaro a la cara…

-¿Realmente no sabes qué había estado sucediendo con mi hija?, pregunta.

-No, yo solo le ayudaba hacer sus tareas y luego llegabas tú, respondió Álvaro firmemente.

Desde hace tres meses, después de recoger a Laura del colegio abusabas de ella… Le pedías que se quedara callada para que así no se dañara la familia, para que no me viera a mi triste, durante tres meses, abusabas de mi confianza y de mi amor «Álvaro agacha la cabeza»

-¡Mírame desgraciado!, el coraje que tuviste para hacerle eso a mi niña lo debes tener ahora que no está, mírame y dime que le hiciste esa tarde.

Un grito sale de Álvaro, se arrodilla bruscamente y toma la mano de Gloria. Llorando pide perdón ¨No pensé que ella iba hacer eso¨ «poco se le entiende lo que dice». Gloria le suelta la mano y le dice que se entregue a la policía pero el solo comienza hablar…

Esa tarde te fuiste a mercar con los niños y ella se quedó conmigo, yo la miraba y pensaba lo mal que había hecho, sin embargo, lo hice nuevamente con la intención de ser la última vez. Estas son mis palabras, me siento arrepentido, me siento mal y nunca quise que ella lo hiciera, una niña como ella no merecía lo que hice, perdón.

Estas fueron las últimas palabras que Álvaro dijo, él fue encontrado sin vida tres horas después cerca a la casa, los resultados dicen que fue a causa de una sobredosis.

Gloria se marcha de la casa junto con sus hijos, decide tomar un nuevo rumbo en su vida. Se lleva las fotos que durante diez años le tomó a Laura, tantos recuerdos que construyen la vida que tuvo una niña tan llena de todo, recuerdos que descifraban lo grande que pudo llegar a ser, pero que a pesar de seguir con vida y luchar por borrar lo sucedido, las cosas no serían iguales. Tres meses antes ella no sabía que iba morir, una semana antes, la psicóloga no sabía que debía contar lo que Laura le confió dos horas antes Álvaro sabía, que Laura ya no era la misma.

Laura Suárez Duque.