El metateatro como recurso para crear realidades alternativas en Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona

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Esta explicación del concepto hace que el límite entre la realidad y la ficción sea manifestado a la vez que es desdibujado. Al presentarse una situación de metateatralidad en una obra, son dos los efectos principales que se generan: por un lado, se establece una distancia entre el espectador y la obra, debido a que se exponen los procedimientos teatrales. En otras palabras, podríamos decir que queda manifiesto el artificio teatral. Al mismo tiempo, paradójicamente, la realidad que se crea dentro de ese plano metateatral es más real que la obra dramática que lo sostiene. Los límites entre realidad y ficción dentro de la obra representada y la obra que en ella se representa se desdibujan y los planes se funden y confunden: se descubre así la realidad de la ficción y la ficción de la realidad[4]. Este es el caso de Los árboles mueren de pie: la puesta teatral que realizan los personajes de Casona por momentos exceden la propia realidad que los rodea. Es por eso que por momentos hasta ellos mismos se sorprenden y desconciertan, y realizan sus propias reflexiones sobre este fenómeno. Sirven como ejemplos las sagaces observaciones de Balboa, como “¿Qué significa esta mezcla de oficina y utilería?” o “todo lo que estamos presenciando aquí sólo puede ocurrir en un teatro o en una filmadora de películas de terror o en un circo”. Aquí vemos la intención del personaje de reflexionar acerca del procedimiento dramático en cuestión. Balboa sería, de acuerdo al análisis de Hermenegildo, Rubiera y Serrano un personaje mirante, que tiene la convicción de ser espectador de algo que está ocurriendo ante sus ojos[5]. Esta idea será analizada con mayor profundidad en la sección 2.iii Metateatro en los personajes de Los árboles mueren de pie.

Otra definición de metateatro que resulta relevante a nuestro análisis es la de Richard Hornby, quien dice que el metateatro es “un drama sobre un drama; ocurre cuando la trama de la obra termina siendo, de algún modo, el drama mismo”. [6] Según el autor, hay distintas maneras en la que esto puede ocurrir:

- La obra dentro de la obra

- La ceremonia dentro de la obra

- Juego de roles dentro de otros roles

- Referencias literarias y a la vida real

- Auto-referencia[7]

En el caso del metateatro en Los árboles mueren de pie, todas estas categorías se ven de un modo u otro. Analizaremos sobre todo la variante la obra dentro de la obra y juegos de roles dentro de otros roles en la sección 2.ii, en el análisis de los personajes desde el punto de vista metateatral en Los árboles mueren de pie.

2.ii Metateatro en los personajes de Los árboles mueren de pie

El Pastor es uno de los elementos fundamentales dentro de la obra para mostrar el metateatro. Es parte de esta “organización” que se describe –aunque de manera misteriosa e implícita- desde apenas comienza el texto. Conocemos al personaje a través de la descripción de sí mismo; el hombre tiene nueve lenguas adquiridas, cuarenta años de estudios, cinco títulos universitarios. Aclama que todos estos beneficios son inútiles, debido a que su trabajo como actor en la organización, no hace de ellos necesarios. El personaje no se muestra disfrutando de su trabajo, pero internamente le debe causar placer ayudar a los demás y contribuir, ya que no presenta un deseo de alejarse de la entidad para la cual actúa. Podemos observar que este personaje hace teatro dentro del teatro, esto lo notamos cuando vemos que “F-48” cambia de personaje y pasa a hacer de un pastor a un Noruego que le va a cantar a la tripulación de un barco. Aquí se ve aquélla variante mencionada anteriormente que corresponde al texto de Hornby: juego de roles dentro de otros roles. El pastor asuma un rol u otro para crear realidades alternativas a quienes “acuden” a su institución.

El metateatro en los personajes también se ve en el desdoblamiento de sus nombres: el Pastor es el Pastor pero también es F-48. Isabel es presentada como Isabel pero también es Marta. El director es llamado director o “Jefe” cuando no está en escena, pero luego pasa a llamarse Mauricio. Estos desdoblamientos nominales no hacen más que confirman el metateatro define la esencia de este texto, debido a que los personajes ponen en juego sus propias identidades para brindarlas al arte, y el arte, como creadora de mundos ficticios imaginarios, mejorará la calidad de vida de los más desdichados.

Se puede relacionar a el dúo de Mauricio y Marta con la pareja de Chole y Fernando, personajes de Prohibido suicidarse en primavera. Se pueden conectar por el hecho de que ayudan a la gente positivamente y por la manera que eligen para hacerlo. Chole y Fernando, a diferencia de Mauricio y Marta, son realmente una pareja; en lo que se asimilan a Mauricio y Marta es que ellos fingían en algunas ocasiones para que las personas de ojos tristes se reviertan emocionalmente. Además, Chole y Fernando actúan con pequeños aportes, como darle una sonrisa a una persona, detalles; Mauricio, asegura que los detalles son muy importantes, como cuando le explica a Isabel: “no piense que hace falta hacer grandes cosas. Ya ha visto que, a veces, basta un simple ramo de rosas para salvar una vida.”[8]

La abuela: este personaje es otro de los que llenan de cuentos esta historia; ella es quien piensa en su nieto, quien lo extraña, y quien involuntariamente pide la ayuda del equipo comandado por Mauricio. La abuela vive felizmente a partir de la llegada de su ‘nieto’ y la ‘esposa’ de éste, Isabel. No obstante, ella también es participe y artífice del teatro dentro del teatro, debido a que que notó que todo era una farsa pero fingió no haberlo notado. Justifica este encubrimiento hacia el final de la obra, explicándole a su verdadero nieto que les debe a estos farsantes “los mejores días de su vida”.[9] Aquí vemos que el metateatro está conectado al mensaje esencial de la obra, que es que el arte puede crear realidades que, aunque de naturaleza ficticia, para una persona puede significar felicidad real. La ficción supera la realidad pero el hombre se deja llevar por ella y elige conscientemente ese escape, ese nuevo universo con propias reglas.

CONCLUSIÓN

Hemos concluido que el metateatro en Los árboles mueren de pie es la principal herramienta de la que se vale el autor para exponer su singular visión de la existencia humana: puede ser triste, puede ser dura, pero el arte ayudará a crear entornos más saludables y agradables. El teatro dentro del teatro excede su función