El valor de la vida La vida: Un Derecho

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Es también un factor de riesgo el descuido a la salud cuando se pasan por alto las medidas preventivas para procurarla, las actividades extremas que son tan comunes y se han viralizado actividades que producen adrenalina pero el riesgo de perder la vida en tal aventura es muy elevada. Sería muy conveniente que de manera individual reflexionemos si realmente vale la pena tal diversión a costa de la vida misma y si estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para mantenerla a salvo.

El valor de la vida podría definirse desde infinidad de puntos de vista “Nada debe valorarse más que la vida humana” de la misma manera que no hay justificación para que un ser humano se considere superior a otro” es lo que el periodista guatemalteco Rolando de Paz Barrientos escribe en su artículo “El valor de la vida” y es que no podríamos encontrar un valor monetario o material para la vida, en mi opinión la vida es un don que se nos ha otorgado al momento de nacer y que podemos apreciar en cualquier lugar, vemos la vida expresada en el entorno en el que vivimos, en un árbol, en un animal, en el universo, en la tierra misma y hasta en los seres más diminutos existe vida.

En los últimos tiempos se ha confundido el valor de la vida y se ha dado mayor importancia a cosas o valores materiales, cada día vemos más personas obsesionadas en acumular riquezas, sin poder darse el tiempo para admirar un atardecer, sin apreciar el tiempo que la vida nos ha otorgado, a veces tan corto, otras veces es lamentable ver como se le tiene tan poco respeto a la vida como cuando un asaltante asesina a otro por arrebatar cualquier bien sin mostrar el menor respeto por la vida de un semejante, lo vemos cada día en el maltrato a los niños y a los animales. Podríamos decir que, el ser humano en general no valora la vida al no respetar el lugar donde vive, contaminando y terminando con recursos que el planeta y el universo nos ha proveído.

Conclusión

Es prioridad que hagamos conciencia, reflexionemos y que retomemos los valores empezando de una manera personal, valorando nuestra propia vida en todas sus representaciones no dando por sentado y atribuyendo la pérdida de la vida a lo natural y lo impredecible, cultivando el amor propio y el respeto hacia nosotros mismos, para que de esta manera logremos entender la dimensión del valor de la vida de otro ser de cualquier clase o tamaño. Comprender que la vida es más que un regalo, es un tesoro infinito y como tal debe ser apreciado a través de la ética, ciencia que estudia el comportamiento del hombre en su àmbito moral, pues no podemos comprender la ética alejada del buen juicio humano de ejercer el bien; es parte de los cimientos de toda sociedad que actuar con justicia y equidad a favor de la la vida.

La racionalidad y moralidad nos da la capacidad de obrar para el bien, no solo para sí mismo, sino también para los demás. ¿Qué ha ocurrido entonces que hemos desvalorizado la vida, perdiendo la sensibilidad ante la necesidad y el dolor ajeno?

El verdadero problema radica en que no estamos valorando la vida en la dimensión correcta, nos hemos vuelto indiferentes ante el drama de nuestros semejantes Evaluemos nuestro actuar, cumpliendo de manera justa y honesta con el rol que nos corresponda y en cuanto tengamos la oportunidad y la posibilidad ayudemos al necesitado, recordando que aquel que sabe hacer el bien y no lo hace, le cuenta como pecado, porque pudiendo hacer algo por sus semejantes y no lo hizo, se hace parte del problema, no de la solución. Ese es el verdadero valor y propósito de la vida.