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Ensayo de la Política de Aristóteles

Enviado por   •  15 de Enero de 2018  •  3.664 Palabras (15 Páginas)  •  472 Visitas

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sistema político que propone Platón para su comunidad, es un sistema intermedio entre democracia y oligarquía, a éste modo de gobierno, se le llama República el cuan contiene una constitución compuesta por elementos de demagogia y tiranía.

En su tercer libro nos habla de la relación individual de la persona con el estado, en el cual se vuelve afirmar que el ser humano es un ser sociable por naturaleza y por ende tiene a la asociación política y que puede o no ocuparse de los fines comunes a la sociedad y tiene interés y voto en la participación en los asuntos públicos, asimismo refiere a que las facultades y condiciones del individuo van a variar según el tipo de constitución, por ejemplo en la Aristocracia en el que el honor de desempeñar las cuestiones públicas está reservado a la virtud y a la consideración, los artesanos y obreros no serían ciudadanos dentro de este sistema, mientras que estarían considerados dentro de la clase ciudadana en otro.

En este mismo tercer libro encontramos un concepto de constitución por así llamarlo, ya que nos dice que es lo que determina en todas partes la organización propia del estado en relación con el particular y el estado, menciona que existen dos tipos de constituciones, las cuales son las puras y las impuras, las primeras son hechas a la luz de un beneficio general y buscan la justicia, mientras que las segundas solamente tienen la característica de buscar el interés personal de los gobernantes.

Siguiendo este renglón de clasificaciones, Aristóteles menciona las formas puras de gobierno, dentro de las cuales se encuentran: Monarquía (Gobierno de uno solo), Aristocracia (Minoría conformada por hombres virtuosos) y República (Gobierno de la mayoría), y a su vez menciona las impuras que son: Tiranía (Interés personal del monarca), Oligarquía (Bien personal de los ricos) y Demagogia (Bien particular de los pobres).

Bajo esta tesitura es dable afirmar que Aristóteles sostiene que el fin último del Estado es el de proporcionar felicidad y virtud a las personas que viven en él con el fin de que la asociación política no se transforme en una alianza militar y las leyes en una mera convención, de igual forma establece que si dentro de una sociedad viven ciudadanos con superioridad de méritos no deben ser confundidos con la masa ya que esto sería una injuria y deben ser tratados como dioses entre los hombres, esto contradice la primicia de la democracia la cual establece una igualdad entre todos los ciudadanos los cuales cuentan con igualdad ante el estado y entre sus relaciones particulares, poniendo por encima la ley positiva de cualquier individuo.

Aristóteles habla de que el gobierno perfecto es aquel que procura a todos los ciudadanos el goce de la más perfecta felicidad, dividiendo a estos goces en tres diferentes clases: los que están fuera de su persona, bienes del cuerpo y bienes del alma consistiendo así la felicidad en la reunión de todos éstos, que pueden ser adquiridos y conservados mediante la virtud.

La felicidad es patrimonio de los corazones más puros y de las inteligencias más distinguidas, siendo por lo tanto el estado más perfecto, el más dichoso y más próspero. La felicidad nunca puede estar acompañada del vicio, porque tanto el Estado como el hombre no prosperan sino a condición de ser virtuosos y prudentes, transformándose en el fin esencial de la vida de ambos el alcanzar este grado de virtud y hacer todo lo que ella ordene.

Para Aristóteles el Estado más perfecto es aquél en el cual cada ciudadano puede, gracias a las leyes, practicar lo mejor posible la virtud y asegurar su felicidad, adoptando el camino que le parezca mejor, así, algunos se dedicarán a la política y otros a la filosofía. La felicidad sólo se encuentra en la actividad, pues sólo en ella se realiza la virtud, por lo cual es un error preferir la inacción al trabajo, siendo por lo tanto la actividad el asunto capital de la vida.

En ese estado perfecto debe haber equilibrio entre la cantidad de ciudadanos y la extensión del suelo es decir, no debe haber demasiados habitantes ya que no es posible el orden en la multitud, su cantidad debe ser reducida de modo que sea posible que se conozcan entre sí, para que de esta manera las elecciones y sentencias jurídicas no sean necesariamente malas pero a la vez debe alcanzarse un mínimo necesario para la subsistencia.

La justa proporción consiste en tener el mayor número posible de ciudadanos capaces de satisfacer las necesidades de su existencia, pero no tan numerosos que dificulten su inspección o vigilancia.

Los elementos indispensables para la existencia de la ciudad son: la subsistencia, las artes, las armas, cierta abundancia de riquezas, culto divino y decisión sobre los asuntos de interés general y procesos individuales; para todos y cada uno de estos elementos debe haber en el Estado ciudadanos dedicados a procurarlos, ya que la falta de cualquiera de ellos resultaría en la imposibilidad del autoabastecimiento de esa sociedad.

Se pueden suponer diversas combinaciones según la importancia relativa que se atribuya a las funciones anteriores, siendo esto lo que constituye la característica propia de cada forma de gobierno; así, en la democracia todos los derechos son comunes, al contrario de lo que ocurre en la oligarquía, siendo los ciudadanos los únicos que componen el cuerpo político, se abstendrán de realizar trabajos contrarios a la virtud o relacionados a la agricultura, puesto que para ocuparse de la cosa pública se necesita tiempo ocioso.

Los ciudadanos están divididos en dos clases: los guerreros y lo que deliberan sobre los negocios del Estado y juzgan los procesos, confiriendo las funciones según las distintas etapas de la vida, habida cuenta que una necesita del vigor de la juventud y las otras prudencia, la que es propia de las etapas maduras de la vida. Los artesanos, como otras clases extrañas a las nobles ocupaciones de la virtud, no gozan de derechos políticos.

En el libro quinto Aristóteles dice que el Legislador tiene la obligación de centrar su ejercicio en una mejor educación para los jóvenes, ya que cuando se carece de educación existe un detrimento de la estructura política del estado correspondiente, deben ensañarse aquellos conocimientos útiles que son de primera necesidad, aunque no todos; porque es manifiesto que el ciudadano debe asumir aquellas disciplinas que no envilecen al que se ocupa de ellas, considerándose envilecedoras aquellas disciplinas, trabajos y oficios que tornan al hombre incapaces, en su alma, en su cuerpo o su inteligencia para la práctica y actos de virtud, todos los oficios que deforman el cuerpo, así

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