Filosofía: etapas históricas, principales representantes y principales temáticas.
Enviado por Kate • 1 de Mayo de 2018 • 6.881 Palabras (28 Páginas) • 617 Visitas
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El saber crítico abarca a las ciencias y la filosofía, sin embargo, en la filosofía el saber crítico alcanza su grado máximo y en la ciencia la crítica tiene un alcance limitado ya que ésta siempre es una ciencia particular y parte de supuestos que siempre admite, es decir, creencias, afirmaciones o principios que no pone en duda. En cambio la filosofía busca el fundamento, el fundamento de todo en general, en este sentido puede comprendérsela como el análisis de lo obvio, de lo más natural y al mismo tiempo es a diferencia de la ciencia una crítica universal porque se ocupa de todo, critica, examina y busca el fundamento de todo.
Retomando el análisis del capítulo 1 en su cuarta sección, el autor introduce una nueva serie de interrogantes para explicar la noción de asombro, el cual es él que hace que el ser humano cuestione e interrogue a la totalidad del ente. Desde Platón y Aristóteles se considera que el asombro o sorpresa es el origen de la filosofía, pero este asombro no es el que cotidianamente se puede sentir, sino el asombro ante la totalidad del ente, ante el mundo. El asombro surgió, al parecer, por primera vez en Grecia a principios del siglo VI A.C., cuando los hombres griegos que estaban libres de sus necesidades más básicas y de supersticiones que estrechasen su consideración de las cosas comenzaron a contemplar la totalidad de manera no mística, religiosa o tradicional sino conceptualmente. Allí surgió la filosofía y su primer representante fue Tales de Mileto.
Carpio considera que la religión y la mitología son similares a lo anterior, pero interrogan y comprenden al mundo desde un punto de vista no conceptual. Tales de Mileto, a diferencia de los poetas griegos que interrogaban sobre las relaciones entre dioses y el origen de las cosas en relación a estos, no dedicó nada en sus escritos a lo sobrenatural sino que se preguntó qué son las cosas y su respuesta, una respuesta conceptual y carente de elementos míticos, es el agua, es decir, el fundamento o principio de todo es el agua, la idea fundamental de la unidad de la realidad.
En la quinta sección (Filosofía e historia de la filosofía), el autor explica que la pregunta sobre el fundamento de las cosas tiene respuestas diversas, contradictorias entre si y sin que ninguna parezca más verdadera que la otra. Aquí nuevamente introduce una distinción entre la filosofía y el resto de las ciencias, la historia de la filosofía no tiene un carácter progresivo como en las ciencias y por ello la historia de la filosofía no es historia sino filosofía. Los filósofos de siglos previos son tan actuales como los de este siglo y es por este motivo que no existe acuerdo en la filosofía, a diferencia de lo que pasa en las ciencias.
“El segundo origen de la filosofía: la duda” es la anteúltima sección del capítulo, en ésta el autor plantea el problema del conocimiento y la duda. Carpio afirma que la desconfianza, la duda ante todo saber es el origen de la filosofía, pero al mismo tiempo la forma en las que conocemos son un problema ya que nuestros sentidos muchas veces nos engañan e incluso la razón también nos engaña.
En filosofía la duda puede ser de dos tipos: la duda sistemática o pirroniana y la duda metódica o cartesiana. La primera se refiere a un escepticismo absoluto, la segunda es un medio para buscar un conocimiento que sea absolutamente cierto como método para llegar a una certeza.
El área de la filosofía que se ocupa del conocimiento se denomina gnoseología o teoría del conocimiento. En este punto se puede observar otra diferencia con la ciencia ya que ésta no se pregunta por el conocimiento y parte de la idea de que el conocimiento es posible.
El último capítulo lleva el título “El tercer origen de la filosofía: las situaciones límites”. La idea de situaciones límites la introdujo el filósofo Karl Jaspers las cuales son las situaciones fundamentales e insuprimibles de nuestra vida, son situaciones insuperables que no se pueden cambiar porque son parte de la existencia del ser humano que manifiestan su finitud.
Algunas observaciones importantes acerca del breve recorrido que acaba de realizarse son que en él puede observarse la ausencia de todo tipo de contribución o incluso de la existencia de un pensamiento no europeo. Los autores mencionados provienen de países europeos como Grecia, Alemania, Austria y Francia, entre otros. Al mismo tiempo, no existe en esta enumeración de autores la presencia de alguna autora de género femenino. Todos los pensamientos expuestos en este manual pertenecen al género masculino europeo.
La modernidad
A continuación realizaremos una breve caracterización de la modernidad basada en los planteos de Feinmann, Moujand et. al., entre otros.
Por otra parte se presentará en una segunda sección la relación de la modernidad con el concepto de colonialidad, colonialismo y los sistemas modernos de educación. En una tercera sección se realizara un análisis y contraposición de diferentes autores que ponen en cuestión la concepción de la filosofía occidental y que realizan una crítica a la modernidad y plantaren su superación desde diferentes perspectivas teóricas.
En todo momento se intentará hacer dialogar a estos autores a través de la contraposición y comparación de sus planteos.
¿Qué es la Modernidad?
Feinmann comprende que la Edad Media es un momento que se caracteriza por la espera de la Llegada del Reino de los Cielos, es un momento en el que el hombre ha entregado la iniciativa de la historia a Dios y por este motivo se caracteriza por la quietud y la lentitud.
La modernidad muy por el contrario es una etapa en la que el hombre se transforma en el centro, él es el sujeto de la historia y sujeto de conocimiento. En este sentido Moujand et. al. señalan que la modernidad es un movimiento cultural y social que a partir de los siglos XV y XVI comienza a comprender la actividad del hombre desde criterios independientes a los divinos.
Feinmann representa esta transformación con la frase de Hegel, que luego fue retomada y popularizada por Nietzsche, "Dios ha muerto" porque en ella se expresa el momento en que los hombre se hacen cargo de la historia. Al mismo tiempo comprende que en esta frase subyace la actitud cartesiana del "pienso luego existo" ya que en ella Descartes de lo único que no duda es de su subjetividad y con esta actitud mata a Dios y deja al hombre en el centro.
Descartes coloca a la razón en el centro de la explicación histórica, a partir
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