LA EDUCACION VENEZOLANA Y SU RELACION CON LA REALIDAD SOCIAL

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Educación por competencias

Ignacio Montenegro (2005), define la educación por competencias como un nuevo enfoque educativo que se ha venido perfilando en los últimos tiempos con la finalidad de dar respuesta a los requerimientos presentes en la sociedad moderna, con la finalidad de crear sociedades más equilibradas. En este sentido, el autor nos señala que ser competentes es sinónimo de saber hacer bien las cosas y saber actuar en equipos de trabajo, donde se comprende y se es responsable de lo que se hace y de las consecuencias que se pueden tener fruto de las acciones realizadas. Por otro lado, Antonio Argüelles (2002), afirma que las competencias buscan dar respuesta a los nuevos requerimientos del mundo actual, por lo que se espera de las mismas que sean abiertas, flexibles, permanentes y en constante intercambio con los sectores productivos, de esta forma se deja ver una articulación entre la empresa, el sector educativo y el sector productivo. En este mismo orden de ideas, Sergio Tobán et all. (2006), señala que el currículum por competencias debe cumplir con seis fases fundamentales para su óptimo desarrollo. 1. Organización y planeación del currículum. 2. Capacitación. 3. Estudio del contexto. 4. Estructura curricular 5. Diseño de módulos. 6. Gestión de calidad del currículum. Desde este punto de vista teórico, el desarrollo del currículum por competencias no representa un problema para la educación venezolana; el problema deriva de los intereses que están de trasfondo en este modelo educativo.

Hacia una Nueva Educación

La educación venezolana es uno de los grandes desafíos que enfrenta el Socialismo del siglo XXI. Según sus representantes, se pretende construir una ideología de vanguardia y no un mero retroceso en adoctrinamientos sociales que esté destinado al fracaso como en otras locaciones del mundo; pero, para ello, debe ser una fuente constante de diálogo, abierto a la crítica y a la construcción, donde intervengan, no sólo los entes gubernamentales, sino todos aquellos que hacen vida en los diversos escenarios educativos del país, en especial las universidades, quienes son forjadoras de profesionales e intelectuales de la nación. Si bien es cierto, la educación venezolana necesita de una honda transformación, esta no debe provenir de intereses estatales o institucionales, ni tampoco capitalistas o neoliberales; necesita estar abierta a todos los procesos que brinda este nuevo siglo, a la voz de la comunidad, estudiantes y de todo personal que labora dentro de estas casas de estudios. Es menester plantearse el por qué y el para qué de la educación, ya que la visión La Educación Venezolana ante el Socialismo del siglo XX: Apuntes para su reflexión tripa nueva 45indd.indd 56 23/07/2014 11:28:36 a.m. 57 tradicional de la misma debe ser superada. La educación, así como la contemplaba Paulo Freire (2007), necesita salir de la concepción bancaria, donde el educando se convierte en un receptáculo de información; de igual forma, el educador debe proporcionar elementos reflexivos, que revele un carácter crítico, que enseñe la tolerancia y el respeto a los demás integrantes de la sociedad. Beatriz Sánchez (2001), señala que no debe existir un divorcio entre el componente humano y el práctico, una decadencia del pensar humanístico por la razón científico-tecnológica, al igual que Ángel Madriz (2012), ve con preocupación la ruptura entre el libro y los aspirantes a universitarios, dando como consecuencia una pésima comprensión lectora. Razones como estas nos llevan a afirmar que el componente filosófico-social no puede, ni debe desaparecer de las aulas de clases, de ningún colegio, ni de ninguna universidad.