La tía Julia y el Escribidor.
Enviado por Albert • 21 de Marzo de 2018 • 1.677 Palabras (7 Páginas) • 324 Visitas
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Cuestiona el personaje creador de radioteatros, intentado entender la situación y contexto en que se encuentra, ya que, como reconocido creador de las novelas, tiene de manera clara que debe irradiar el contexto en sus creaciones, para que percutan con gran éxito en la población, es decir, el comprende cómo sus novelas deben identificar a aquellos que esperan con ansias sus relatos.
En primera instancia podemos deducir que el libro, a pesar de no tener como objetivo primordial el análisis con respecto al “individuo representado”, sí está presente en la historia como base, siendo los radioteatros manera eficaz de “sacar a luz” esto.
Podemos asegurar entonces que el humano busca proyectarse, pero, ¿Por qué sucede esto? Como individuos no podemos formar sólo una relación intrapersonal, debido a que esta, no logra llevar a cabo un desarrollo completo del hombre, pues, para ello, debe nutrirse tanto de una visión interna como externa del mundo. Por tanto se dice que el individuo necesita de otros para formarse en todo aspecto, es decir, se mantiene abierto para dar o recibir, considerando los otros mundos personales existentes; toda subjetividad cuenta para crecer. Como consecuencia de ello, nacen múltiples canales de comunicación o bien, múltiples vías o maneras en que el ser humano se expresa con otros. Hablamos de diversas maneras de expresión, cuando por ejemplo, consideramos que en alguna obra de arte, tanto al creador de la obra como el espectador utilizan ese medio para desalojar lo íntimo. Por un lado, el que crea, plasma su vida en su producción y por el otro, quien recibe la información, se siente comprendido por ella, o bien, la comprende.
Considerando que el humano se comunica para expresarse, se afirma que está en nuestra esencia tenernos presente en todo, es decir, que en cualquier actividad nos vemos involuntariamente participantes de ella, aunque no sea asunto explícito de nuestras vidas, pero a esto, también se le agrega la participación del otro y su manera de expresión para ser interpretado. Llevando esto a un diario vivir, cuando una persona defiende a otra a pesar de no tener relación cercana con su vida, argumentándolo con “me recordaba a mi”, es una manera de mantenernos presentes en todo. Con esto nace la idea del individuo representado, dado que, este busca desesperadamente (pero ignorándolo) sentirse pertenecientes a un grupo en que los mundos sean similares en alguno de sus aspectos. En el caso de la lectura: cuando leemos un libro nos sentimos parte psicológicamente de la comunidad que protagoniza la narración. Esto ayuda a saciar la necesidad, pero no sólo en el lector ni sólo en la narración, si no que para el creador es igual y en cualquier tipo de arte.
Según el libro, tenemos por un lado, un relato basado en radioteatro que demuestra de manera explícita el efecto de ello en los personajes que actúan como oyentes, y por otro lado, un escritor que refleja su vida personal(y sueños) en su escrito. Deducimos entonces que la novela es una representación clara de lo que conlleva la representación de los hombres en una obra literaria.
Como crítica de teorías anteriores respecto a la equivalencia del sujeto como una conciencia aislada del mundo de los demás, el filósofo Jean Paul Sartre, inicia un nuevo análisis en donde incluye a otros en un mundo personal, es decir, afirma que el hombre necesita de un prójimo (entendiéndose prójimo como “otros”), para una visión completa de la realidad. En el libro El ser y la nada, Sartre dice: “Y, por la aparición misma de un prójimo, estoy en condiciones de formular un juicio sobre mi mismo como lo haría sobre un objeto, pues al prójimo me aparezco como objeto”(143).
He aquí la necesidad del hombre de comunicarse, interpretarse, proyectarse e incluso compararse, con otros hombres o con las maneras que esos hombres tienen de cumplir esa misma necesidad.
En síntesis, tenemos una realidad que dicta al ser humano como un constante carente de comunicación con otros, en cualquier postura que esté, ya que, en cualquier posición que se presente, tienen el mismo deber por naturaleza, entender y ser entendidos por cualquier medio.
Acertamos entonces cuando decimos que el individuo sí se ve reflejado en múltiples aspectos, de sobremanera cuando este interpreta y se siente interpretado en obras de arte.
Por todo lo expuesto es que la realidad humana sí se proyecta y sintetiza, quizá no de manera concreta y única como se piensa a menudo, pero aquello está constantemente funcionando para satisfacer el deber innato que se presenta de manera natural en nosotros.
De este modo ¿será entonces aquella continua expresión del ser humano a través del arte, parte fundamental para su desarrollo íntegro?, o simplemente ¿es algo que se da y que no afecta de manera directa a nuestro crecimiento?
Bibliografía
(2006) Sartre, Jean Paul. El ser y la nada. Losada, Buenos Aires. Versión electrónica.
Elena Zans. ¿Por qué leer libros nos hace sentir bien?, disponible en línea en [http://www.muyinteresante.es/curiosidades/preguntas-respuestas/ipor-que-leer-libros-nos-hace-sentir-bien]
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