Perdón, necesitaba el trabajo;v.
Enviado por Ledesma • 30 de Abril de 2018 • 1.720 Palabras (7 Páginas) • 313 Visitas
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-Sí, soy yo, ¿Tú eres?-
-¡Ah!, cierto, cierto, soy Osomatsu-
-¿Qué necesitas?-
-Bueno, verás, tengo algo para ti-
-¿Para mí?-
-Es de Karamatsu, la encontré mientras revisaba sus cosas, la leí por accidente... Y creo que me tarde en dártela, perdón- dijo poniendo su dedo bajo su nariz mientras sonreía.
Un dolor en mi pecho se hizo presente al igual que un nudo en mi garganta en cuanto escuche su nombre, recordar esos sentimientos que creí jamás volvería a sentir me golpearon juntos como un balde de agua helada en invierno, dolor, tristeza, enojo, decepción.
-Creo que será mejor si la lees solo- me entrego la carta y se fue.
Entre a mi casa, pero no sabía qué hacer. ¿Qué pasará cuando la habrá?, ¿Qué dirá dentro?
Tengo miedo. No estoy preparado para lo que diga, aunque, espera un momento.
¿Por qué me la ha entregado él y no Karamatsu?
¿Por qué razón?
¿Qué hacía el revisando sus cosas?
¿Por qué?
¿Dónde está Karamatsu?
¿Por qué no le preguntaste cuando tuviste la oportunidad?
¿Por qué?
Tengo que leer la carta.
La abrí con cuidado y esperando lo peor comencé a leer.
"¡Hey, my Little Ichimatsu! Soy yo, Karamatsu. ¿No me has olvidado verdad?, espero que no. Voy a serte sincero, no sé cuándo leas esto exactamente, tampoco sé si quieras leer esto, te deje sin más, ni siquiera me despedí, sorry. Aunque me imagino que si estás leyendo esto yo ya no estoy más aquí, You understand?, esto se considera una carta de suicidio, supongo, si esto es una despedida, te lo dejo a ti.
Escribo esto exactamente el día en que deje de asistir al instituto. ¿Te preocupaste por mí, verdad?, lo lamento. Tal vez tengas muchas preguntas al respecto de mi desaparición o de mi suicidio como tal... Tratare de responder tus dudas.
¿Por dónde debería empezar?, ja, ja. Bueno, creo que empezaré con broche de oro. I like you Ichimatsu, Since when?, ¿Recuerdas la vez que te comenzaste a reír por mi camisa?, he de admitir que me intrigo y te observe por un tiempo, no me atrevía a hablarte. Hasta que un día lo hice, ¿Eras muy solitario, no? Y bueno, lo demás es historia, comenzaste a enamorarme, my Little kitty.
No tuve el valor para decírtelo, también escape sin más de mis problemas, me fui por el camino más fácil, que decepción, ¿No?, tal vez puedas pensar, "¿Qué tantos problemas debes tener para querer suicidarte Kusomatsu?", "Eres un cobarde" o cosas por el estilo. No te culpo, pienso exactamente lo mismo, pero, yo simplemente ya no aguante más. No soy una persona tan fuerte como parezco, tampoco soy bueno mintiendo, sabías que los moretones no los habías hecho tú, ¿Verdad?, no sabía si lo que me mataba era dolor físico o emocional.
Me arrepiento de no haberme confesado a ti, hubiera querido al menos sacar este sentimiento de mí, aún si tú no me correspondías, me mirabas con asco, aún si me odiaras. Pero no pude, no tuve la confianza suficiente, ¿Qué poca confianza, no?, pero si te lo decía antes de hacer mi "hazaña" podrías culparte de ello, "¿Por qué al menos no lo acepte por lástima?", "Es mi culpa", eres del tipo que piensa esas cosas, ¿No?, te conozco Ichimatsu. No eres lo que aparentas, nadie lo es.
Espero tú no seas así, ten siempre la confianza y fortaleza que yo no pude tener y esa que nunca has usado, ¿Sí?, espero esta carta sea entendible, estoy temblando, tengo miedo de que me odies, aunque me estoy dando demasiada importancia, ¿No?, así que please,forgive me. Te desea lo mejor, Karamatsu, no te rindas nunca. Confío en ti, buraza.
Karamatsu"
Un dolor punzocortante atacó mi pecho, -¿Confías en mí?, ¡Maldita sea Kusomatsu!, ¡Cuál es el punto de confiar en alguien?- Las lágrimas salieron mientras comenzaba a gritar. -Si tú no tenías confianza en ti mismo, ¿Quién la tiene?, ¿Qué esperas de mí?- Los gritos se fueron convirtiendo en sollozos. -Por favor, no me encomiendes algo tan difícil, yo no soy tan fuerte, esto me destruye, me destroza por dentro-
La persona que siempre sonreía y expresaba sus ideales con confianza, era la misma persona que no tenía confianza en sí mismo y dudada cada día, ah que ironía.
-Ah, como odio la confianza- dije sonriendo mientras entraba a clases, vestía unos pantalones ajustados, una chaqueta negra y unos lentes oscuros, qué estúpido. ¿Qué me deparara la vida hoy?, sea lo que sea estoy confiado en que será bueno, y aunque no sea así, y el día de hoy la luz del sol no me sonríe, yo le sonreiré.
A partir de ese día, el valor que me identificaba, era irónicamente el causante de todas mis tristezas. La confianza.
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