SEMINARIO MAYOR CONCILIAR.INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFIA.
Enviado por John0099 • 13 de Febrero de 2018 • 13.401 Palabras (54 Páginas) • 371 Visitas
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SANGUINETI, J.J., Introduzione alla filosofía,
INTRODUCCION A LA FILOSOFÍA
REFLEXION PRELIMINAR:
¿Qué es filosofía?
¿Para qué sirve estudiar filosofía?
¿Por dónde empieza la filosofía?
¿Cómo se originó la filosofía?
¿De qué modo se estudia la filosofía?
¿Qué alcance tiene la filosofía?
CUESTIONARIO PROPEDÉUTICO:
- ¿Quién soy? ¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Qué es la vida?
- ¿Respecto a los demás seres vivientes qué significa para ti ser hombre?
- ¿Qué significa para ti ser dotado de inteligencia, voluntad y capacidad de amar?
- ¿Qué es el pensamiento? ¿Qué es la realidad? ¿Qué relación hay entre la capacidad de pensar y la realidad? ¿Qué es la verdad?
- ¿Qué es para ti la libertad? ¿Qué significa ser libre? ¿Qué significa ser condicionado?
- ¿Qué es el bien? ¿Qué es para ti lo útil? ¿Qué relación hay entre el bien y lo útil?
- Cada uno de nosotros tiene necesidad de los demás. ¿Cómo y por qué?
De una u otra manera todos tenemos inquietudes filosóficas.
Sin embargo, no todos sabemos filosofar…
Apenas el niño comienza a tener un poco de conciencia del mundo que le rodea y un incipiente dominio del lenguaje, empieza a lanzar sus incesantes preguntas a quienes están cerca de él: ¿Qué es esto?, ¿Por qué?, ¿Qué haces?, ¿Por qué esto es así?
Es el afán de saber que le acompañará mientras viva. Al principio quedará más o menos satisfecho con respuestas al nivel familiar, pero con el desarrollo de la capacidad mental, irá ampliando sus horizontes, inquieto por cuestiones cada vez más profundas y apremiantes.
De modo que todos hemos filosofado alguna vez. Por tanto, La filosofía no es en el fondo nada nuevo. Empieza con unas preguntas que se plantean cuando el mundo, que nos es familiar y cotidiano, de repente pierde su carácter de evidencia y se nos convierte en un problema o cuestión.
Mencionemos algunas preguntas, como las que pueden hacerse los niños, que resultan interesantes, aunque cada uno ya se las haya formulado: ¿Por qué existen las cosas? ¿Qué sentido tiene el universo? ¿Por qué estoy en el mundo? ¿Por qué nací aquí y no en otro lugar? ¿Por qué yo soy yo y no cualquier otro? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Soy libre y responsable de lo que hago o tengo que obrar así? ¿Qué es la justicia?
O quizás otros interrogantes, para muchos, un poco más ingenuos: ¿Por qué la luna me persigue? ¿Por qué el pasto es verde? ¿Por qué la vaca mueve la cola? ¿Cómo nacen los bebés? ¿Dónde vivía yo antes de nacer?
En preguntas de esta índole tiene lugar el origen de la filosofía. En algún momento de nuestra vida todos experimentamos “inquietudes filosóficas”. Sin embargo, no todos sabemos filosofar.
- Origen y significado del término “ filosofía”
La palabra “filosofía” procede del griego : el verbo philein significa “amar”; sophia designa ante todo cualquier tipo de capacidad o habilidad, pero pasa luego a significar especialmente el saber, el conocimiento, y de modo muy particular aquel saber superior que comprende la virtud y el arte de vivir (sabiduría). Un sophos es ante todo aquel que es hábil en su profesión y en la vida, pero muy especialmente el “sabio”.
Por todo ello “filosofía” suele traducirse como “amor a la sabiduría”. Esto significa que la filosofía no es en sí misma la sabiduría, sino la acción de buscarla (actividad). Ser filósofo, según la idea griega, no es ser sabio, sino querer serlo, lo que puede ser aún mucho más sabio que creerse sabio.
Una antigua tradición cuenta que los primeros pensadores griegos se llamaron “sabios”, que Pitágoras (ha. 580-500), por modestia, sólo quiso llamarse “amante de la sabiduría” o filósofo.
Es Sócrates (470-399) el primero que da al nombre una significación que con el tiempo iba a prevalecer en la historia. En un Diálogo entre Sócrates y la sabia Diotima, Platón (417-347) caracteriza la filosofía con un amor a la sabiduría, al personificar en el demón Eros el amor a la verdad, el bien y la belleza (Banquete, 23, 203-204).
LA EXPERIENCIA: Entre los filósofos sigue predominando en buena medida la convicción de que la experiencia es el punto de partida de todo filosofar. Nosotros partimos de nuestro mundo experimental familiar y cotidiano, en el que sabemos orientarnos. En el mundo siempre estamos experimentando.
Sin embargo, no es necesario estudiar ciencia experimentales (como física, química o biología) para poder filosofar. La filosofía arranca más bien de una forma de experiencia pre científica y cotidiana, o mejor un impulso que llamamos admiración o también capacidad de asombro. Gracias a esta actitud humana el mundo está siempre abierto a nuestro conocimiento y actuación, la cual es diferente a la experiencia científica, metodológicamente precisa,
Lo que vivimos por la experiencia lo podemos también demostrar a partir del lenguaje. Nosotros podemos distinguir entre el lenguaje cotidiano (coloquial), en el que nos expresamos “espontáneamente” como lenguaje natural, y los diferentes lenguajes especializados de las ciencias.
El mundo experimental del lenguaje coloquial y abierto es todo lo que la filosofía supone al comenzar.
LA ADMIRACIÓN
El cuestionamiento filosófico empieza cuando nuestro mundo experimental pierde su evidencia y familiaridad. Según K. Jasper eso ocurre sobre todo en las “situaciones límites”, como es frente a la muerte, en los sufrimientos, en la lucha, en las situaciones de error y culpa. A menudo es el silencio, la soledad, lo que nos empuja y sumerge en la vida diaria habitual.
La tradición conoce dos impulsos que nos despiertan hacia el planteamiento filosófico: la admiración y la duda.
Los primeros
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