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Capítulo 8 – Elementos represivos del régimen de Díaz

Enviado por   •  8 de Marzo de 2018  •  1.390 Palabras (6 Páginas)  •  350 Visitas

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y aprovechando la avanzada edad del general lanzaron una candidatura a la vicepresidencia para que tuvieran el poder en caso de la muerte de Díaz.

El candidato era el general Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León. No pasó mucho tiempo sin que fuera notoria laventaja de Reyes sobre Corral, el vicepresidente de la época, y de ésta manera Díaz tomo cartas en el asunto. Al ser Reyes parte de ejército se procedió a deshacerse de todos los militares que lo apoyaran, se atacó a su familia y amigos, se privó de sus puestos a todos los políticos que lo apoyaran o fueran sus amigos y al final el general Treviño sitió a Reyes en su residencia de la montaña en Monterrey obligándolo a presentar su dimisión.

De ésta manera una vez más se convocó a elecciones y nuevamente ganaron Díaz y Corral.

Capítulo 11 – Cuatro huelgas mexicanas

En Río Blanco tuvo lugar la más sangrienta huelga en la historia del movimiento obrero mexicano. En la fábrica de algodón que allí se encuentra trabajan hombres que ganan de 50 a 75 centavos diarios, las mujeres ganan 3 o 4 pesos por semana y los niños de siete a ocho años de edad de 20 a 50 centavos por día. Trabajan jornadas de 13hrs en el campo a pleno rayo de sol o en la fábrica en cuartos de tintes que los asfixian poco a poco, una vez que entran a trabajar a ese lugar su nivel de vida es de 1 año aprox.

En México no hay leyes que protejan a los trabajadores, que hagan inspección de fábricas ni hay procedimientos mediante los cuales puedan cobrar indemnización por daños, heridas o muerte en las minas o en las máquinas.

Los 13 mil trabajadores de Río Blanco no estaban conformes con el trato que recibían, sobre todo por elsalario que recibían. Organizaron un sindicato en secreto para que las autoridades no lo notaran. En esta situación los trabajadores de Puebla se fueron a huelga y los dueños de la empresa creyeron que en 15 días no soportarían el hambre y volverían al trabajo pero sus compañeros de Río crearon un fondo para mantenerlos y esperaron el momento propicio para declararse también en huelga.

Los 6 mil obreros y sus familias comenzaron a pasar hambre, los primeros días se mantuvieron con frutos silvestres que encontraron en las montañas cercanas y cuando estos se agotaron engañaban al hambre con raíces que recogían en las laderas. En la mayor desesperación se dirigieron al presidente Díaz prometiéndole acatar las órdenes que éste diera.

Díaz simuló investigar y por último decidió ordenar que la fábrica reanudara sus operaciones sin mejoría alguna en las condiciones de trabajo. Fieles a su promesa los huelguistas regresaron a su trabajo pero en la tienda de raya no les vendían ni agua por no tener dinero, los trabajadores tomaron los víveres por la fuerza e incendiaron la fábrica que se hallaba enfrente.

Varios batallones de soldados se encontraban alrededor esperando a que sucediera algo parecido y comenzaron a disparar contra la multitud casi a quemarropa. No hubo resistencia. Se ametralló a la gente en las calles sin miramiento de edad ni sexo. Murieron entre 200 y 800 personas.

Capítulo12 – Críticas y comprobaciones

Los primeros 5 capítulos de este libro fueron publicados en serie en The American Magazine en el otoño de 1909 y despertaron una gran ola de comentarios y críticas tanto en México como en E.U.

Muchas cartas llegaron a la editorial afirmando las declaraciones dadas por el autor y en muchas más se declaró que era un total calumniador y mentiroso. En verdad lo más notable de esta discusión fue la manera precipitada en que ciertas revistas, periódicos, editores y personajes de Estados Unidos acudieron a defender al presidente Díaz. Es verdad que actuaron sobre la base de que la acusación de esclavitud y peonaje es una deshonra para un gobierno como el del general Díaz. De ahí que procedieron a denunciar al autor en los términos más violentos por una parte y por otra a soltar un torrente de adulación literaria hacia el presidente.

Si se leen la mayoría de esos artículos con discernimiento, se observa que las personas aceptan la existencia de esclavitud en el país, admiten que no pueden defenderse, pero aun así lo hacen.

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