Construir, habitar, pensar - Martin Heidegger.
Enviado por Stella • 20 de Abril de 2018 • 1.120 Palabras (5 Páginas) • 546 Visitas
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Al hablar de espacio es necesario que este tenga límites claramente definidos, estos se llamarán fronteras, a lo cual los griegos lo llamaban Péras y nosotros los denotamos como perímetros. Esta disposición espacial entre fronteras, es decir, entre espacios construidos se considerará como intermedio, como emplazamiento, al cual Heidegger llamará Spatium. Este Spatium al ser definido, en su proceso de ser dimensionado y cuantificado bajo fórmulas matemáticas el autor le llamará Extensio, este espacio racionalizado matemáticamente es importante porque es susceptible de ser construido, es decir, que tiene potencial de ser un lugar, de ser habitado, de tener fronteras y por ende de contener cosas.
Los hombres (mortales) al ser guardianes de la cuaternidad, se pueden entender por medio de su vivencia, su coligación, su ensamblamiento con y a través de sus construcciones. Heidegger incluso remarca el hecho y señala que el hombre es hombre en el espacio, es decir, es hombre en tanto habita lo que construye de cara al cuidado de la cuaternidad. Incluso explica que el espacio está implicado en los pensamientos y que de forma implícita aguantan (contienen) nuestra forma estructural de ver, percibir y entender el mundo.
Finalmente Heidegger de nuevo acude etimológicamente al lenguaje para encontrar una doble funcionalidad en el disponer ya que con este viene la idea de dar cobijo y de manera lineal al concepto de Huis, casa. Con este argumento podemos decir que la casa es el espacio por antonomasia de residencia del hombre.
Así pues, Heidegger crea una relación medio-final en el ejercicio de entender construir y habitar. Sin embargo, dicha correspondencia sobrepasa el simple de hacer para ser, puesto que construir ya es en sí mismo habitar. Por ello, para el autor, es imperativo el uso del lenguaje como manifestación del pensamiento, no solo como una simple facultad que sirve para expresarse. Con este discurso el autor exhorta a los planeadores de la ciudad y a los arquitectos que la construcción de una urbe debe ser pensada no sólo de manera estética y creativa, sino también de cómo el hombre en su existencia material tiene una relación con el espacio y objeto arquitectónico que habita (cosa), es decir, en su funcionalidad y su preservación de manera recíproca. Es así como la cosa construida nos permite-deja habitar ya que está más próxima (coligada) al espacio y por ende a la cuaternidad. Entonces hay una relación, una disposición, de cuidado y protección entre: el pensamiento, el hombre, la cosa, el espacio, que se encuentran salvaguardados por el habitar.
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