DESARROLLO HUMANO – APLICACIÓN

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Pensar en el desarrollo humano como la posibilidad de ampliar el abanico de oportunidades para las personas en términos de salud, educación, control sobre los medios materiales, estabilidad económica y la seguridad personal nos lleva a darnos cuenta de que la falta de estas oportunidades son las que impulsan y acrecientan las vulnerabilidades, sobre todo en los países sub-desarrollados o que apenas se encuentran en vías de desarrollo, un ejemplo claro de esto es América Latina y más específicamente Colombia, donde evidenciamos de primera mano cómo los gobiernos han actuado de manera negligente, atendiendo solo a intereses propios y dejando de lado las necesidades esenciales de los habitantes del país.

Lo que se observa en Colombia es una falsa cultura política, que es superficial y sobre

todo acrítica, dónde no se tiene presente ni se analiza la realidad social y al mismo

tiempo donde no se proponen soluciones para la crisis en que vivimos.

Desde los dirigentes vemos como todo se sustenta en meras ideologías improvisadas,

que carecen de aplicabilidad, donde prima la individualidad y la falta de preocupación

por el bienestar colectivo, donde lo que importa es la opinión pública a la cual también

le falta posición crítica, donde a través de los medios de comunicación no importa

mostrar la verdad al pueblo sino manipulación a conveniencia propia.

Desde el pueblo colombiano se observa la sumisión y el conformismo frente a los entes

de poder, el desconocimiento de la constitución política, la relegación de la realidad, la

criticidad y el debate y el olvido d la historia.

De los mayores problemas que se observan actualmente se encuentran la incapacidad

del Estado, del abandono del campo, de la existencia de la guerrilla y del

paramilitarismo, y todo esto se puede atribuir a la falta de una verdadera formación

política en los ciudadanos y en los dirigentes. Pero la base de los problemas en

Colombia no es de carácter económico, ni militar, sino cultural: el del retraso en que se

encuentra nuestra cultura política, atraso que no ha permitido el progreso del país, que

nos ha impedido plantear y ejecutar soluciones y hacer funcionar las instituciones

democráticas y constitucionales.

Los entes educativos están llamados a formar en esa cultura política de respeto y de

práctica de los derechos humanos y cuando el pueblo colombiano pueda asumir

conscientemente su condición de sujeto de la democracia, estaremos en posibilidad de

hacer funcionar al Estado y a la política hacia los intereses y necesidades comunes.