El ser y el hombre

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En este capítulo IV, se nota la profundización que el Papa hace en cuanto a la relación que existe entre la fe y la razón, poniendo en relieve la discusión que san Pablo tiene algunos filósofos epicúreos y estoicos. El papa hace énfasis que al principio de la Iglesia para dirigirse a los paganos, no podía solo referirse a Moisés, sino también respaldarse en el conocimiento natural de Dios y la voz de cada hombre, también nos presenta el interés que desato en los primero padres de la Iglesia, el de preocuparse por dar una res clara y bien fundamentada en cuanto a la fe, ante la actitud de los paganos quienes se mostraban con actitud escéptica.

En el capítulo V, el Papa manifiesta un sumo interés en que el magisterio de la iglesia debe de dar una respuesta desde el conocimiento de la razón y a la luz de la fe un propio discernimiento critico desde el saber. Mediante esta combinación de le da al hombre de hoy una respuesta clara. Algo que hay que considerar es, en que la iglesia no hace ningún tipo de propuesta filosófica, ni canoniza o toma una filosofía como tal para dar respuesta a los dogmas y documentos que a la luz de la fe van surgiendo. Ello significa que para la iglesia ningún tipo de filosofía puede dar o determinar la verdad absoluta.

En el capítulo VI vemos cómo surge el interés de establecer relación de forma armónica de la teología y la filosofía. Y es por ello que la filosofía ofrece a la teología, una particular aportación al momento de tratar de forma estructurada la razón como respaldo de la verdad transmitida por la teología.

Con esto, este capítulo está elaborado para las exigencias que todas disciplinas teológicas deben establecerse en relación con todo saber filosófico. La idea y el objetivo central es que sin la aportación y los beneficios que la filosofía da, no se podrían ilustrar determinados contenidos teológicos que sirven para fundamentar a la misma.

En el capítulo séptimo vemos como el Papa afirma que de alguna forma la Sagrada escritura tiene aplicada de forma explicita o implícita una serie de elementos que permiten afirmar la fe desde la razón, y esta parte desde el punto de revelación y pues la convicción centrada en las escrituras confrontada con la filosofía se situa el sentido de la vida humana en el mundo y se afirma que una de las mayores amenazas que esta sufre cuando es estudiada es la tentación de la desesperación.

En conclusión y como capitulo VIII podemos afirmar que la filosofía a lado de la fe son dos alas que nos llevan a conocer la verdad, una verdad que se va en incremento, y lo que se aconseja, es entender para creer.