En armonía con la naturaleza

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ama el creador, pues os hace tantos beneficios”.

Lo que se ve pasar en el cántico del poeta, es una presencia extendida por todas partes, que se percibe vaga pero progresivamente, y provoca que uno aspire a ser mejor y a fundirse en la unidad del amor.

III. El trabajo.

La naturaleza es el objeto de contemplación. Hay que observar cómo se entrelazan los fines de la naturaleza con todas las cosas.

Surge entonces, frente a ella, la acción transformadora. El trabajo inteligente tiene como efecto; al interior de la persona; la vida espiritual. Ésta queda plasmada en la obra creada, lo cual contribuye al conocimiento de si mismo. Hacia el exterior, el trabajo produce la civilización, que es la obra de transformación ejercida sobre la naturaleza.

En el goce estético que produce la obra de arte, cada espectador se reconoce, puede ver alguna de sus cualidades de esenciales expresadas en la obra. Este es un proceso de transformación tanto individual como social.

El hombre es un ser obrero, el trabajo es una forma evolutiva de satisfacer necesidades y de integrarse al mundo. Él conoce la naturaleza y colabora con ella.

Hay dos especies de trabajo, el trabajo de comprender la naturaleza y elaborar teorías explicativas. Tal es el caso de la ciencia. Otra especie de trabajo, es la aplicación de ideas a la materia exterior, que es la acción en los oficios, la industria, el arte. Solo hay trabajos nobles. Sin embargo, la contemplación es el mas noble de todos ellos, a este trabajo corresponde el arte.

El trabajo es un proceso por el que el hombre imprime su pensamiento y coloca su energía para servir a los del todo, del universo. El trabajo está unido al ser humano ,es el modo de relacionarse con la naturaleza. En el trabajo, el ser humano se expresa, hace exterior su interior, es acción creadora; éste es el desenvolvimiento del espíritu.

El ser humano ha pretendido conocer las leyes de la naturaleza. La ha dominado y hasta puede destruirla; pero ella siempre tiene algo impredecible. Aparentemente al azar, se define y responde.

Ante la naturaleza, el ser humano tiene que ser responsable. En lugar de pretender dominarla, es mejor colaborar, vivir en armonía. La naturaleza tiene su propia vid y sus respuestas.

Hay dos puntos de vista diferentes respecto del trabajo: primero, significa esfuerzo. Es vida activa. “Comerás el pan con el sudor de tu frente”. Implica empeño y dedicación, pero no castigo. Es camino de realización. Es una forma de devolver servicio a la vida, por los beneficios que uno obtiene.

A menudo se disfrutan los resultados, pero es más difícil disfrutar el proceso; sin embargo, el esfuerzo vence las dificultades y aporta lecciones e incentivos.

Ser lo que se es y hacer lo que se tiene que hacer , es el afán de vivir bien. Nada cansa tanto como un trabajo mal hecho,ya sea en el resultado o en cuanto a la manera de aplicar el esfuerzo.

Segundo punto de vista: el trabajo es creación personal y el mejor medio de conocerse. Cumplir con el conocimiento de si mismo es complejo, pues el objeto que se conoce es el sujeto mismo. En el trabajo el sujeto exterior, queda plasmado en los objetos que produce, en su creación. El ser espiritual, se conoce en su obra.

La aspiración hacia el infinito, proporciona inspiración para lo finito, en una especie de entusiasmo que estimula la creatividad. Entonces, se comprende que el trabajo no es nunca banal, ni servil; aún cuando obligatorio, sigue siendo una obra de amor. A pesar ser retribuido, puede seguir siendo desinteresado; aunque parezca pequeño e insignificante, es un gran acontecimiento espiritual.

Hay que reunir lo que uno necesita y ordenar lo que ya se hizo. Es importante entregarse, hacerse uno con lo que se hace, aunque se trate sólo de barrer.

Hay que buscar la perfección. Una obra que no es perfecta, es que no esta terminada. Trabajar sin prisa, para que el trabajo sea como el descanso: placentero. Esto depende de la actitud que se tiene. Trabajar puede ser una manera de amarse a sí mismo.