Ensayo- “GABINO BARREDA”
Enviado por Albert • 27 de Diciembre de 2017 • 1.043 Palabras (5 Páginas) • 407 Visitas
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Cerca del final, el autor se aprovecha de tener todos aquellos sentimientos que le recorren cada parte de su cuerpo y se cuestiona el por qué existen si el ya no debería sentir amor, esto lo denota con la metáfora de: “[…] sólo el miraje que ama el peregrino/ y más se aleja, mientras más le encanta”, haciéndose referencia a que entre más la trataba de olvidar, más la iba a seguir queriendo y recordando en el fondo.
Ya en el final del poema, el autor se hace varias preguntas retóricas como la existencia del amor, y que si este puede creer aun en su existencia. Al concluir el poema él autor solo termina diciendo “¡Silencio, corazón, duerme y olvida!” finalizando así su poema y diciendo de nuevo que él está en contra del amor.
Al realizar este trabajo podemos concluir que este gran poeta mexicano tuvo un amorío en su juventud pero este no termino como el esperaba; así que todos aquellos sentimientos de desamor, amor los plasmo en su poema, los cuales con atención o a simple vista se pueden notar.
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(“¡Aun vives, corazón, vives… palpitas…!”)
Ignacio Manuel Altamirano
¡Aún vives, corazón, vives... palpitas…!
¿Qué es esto, corazón?... te creí muerto…
¿Por qué tiemblas así, por qué te agitas
en tu sepulcro destrozado y yerto?
¿Acaso una pasión?... me da pavura:
si un tiempo resistí sereno y fuerte,
me falta ya valor en la tortura,
y otro dolor me causará la muerte.
Aún el amargo dejo hay en mi boca,
de ese cáliz fatal que apuré un día;
hoy si mi labio, por mi mal, lo toca…
¡Oh, no lo quiera Dios!... sucumbiría.
Recuerdo pertinaz nubla mi frente;
mi juvenil vigor siento agotado;
quiero acabar siquiera indiferente
el valle que infeliz he atravesado.
¡Silencio, corazón, duerme y olvida
que fuiste niño y que sentir supiste;
la lumbre de tu fe se halla extinguida,
duerme en la noche de tus dudas, triste!
Agonizante ardor, chispa postrera
que por mi helada sangre se desliza,
no puedes y existir, porque la hoguera
que ardió voraz, se convirtió en ceniza.
¡Buscar aún la dicha en el camino,
para encontrar al fin de pena tanta,
sólo el miraje que ama el peregrino,
y más se aleja, mientras más le encanta!
¡Amor!... ¿buscas amor? ¡delirio triste!
¿No está la llama de tu fe extinguida?
¡Amor! ¿lo crees aún?... ¿piensas que existe?...
¡Silencio, corazón, duerme y olvida!
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Altamirano, Ignacio Manuel. (1947). Clemencia. México: Promexa.
Azuela, Mariano. (1947). 100 años de novela mexicana. México: Botas.
Altamirano, Ignacio Manuel. (2011). Clemencia. México: Leyendas.
Altamirano, Ignacio Manuel. (1986). Poesía. México: SEP.
Calderón, Pedro. (2004). Literatura Universal 2. México: Publicaciones Cultural.
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