Filosofía de la Ciencia.

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Azcárraga (2003) también afirma que:

“No podemos comprender muchos aspectos de la historia de la ciencia ignorando el pensamiento filosófico. … para comprender la ciencia y su historia, para conocer la evolución del pensamiento humano del que aquella es una parte esencial, para ser hombres de nuestro tiempo y no convertirnos en los bárbaros especialistas que criticaba Ortega, es conveniente conocer la filosofía y su historia”.

Recordemos que muchas de las grandes revoluciones científicas surgieron por un cambio en la forma de pensar de la filosofía. La evolución de la ciencia no se ha dado de forma individual, por lo contrario, siempre ha hecho parte de los principios axiomáticos, que por lo general se le atribuyen a la filosofía. Es así, como el “Positivismo filosófico” asegura que una proposición tiene el carácter científico si es capaz de ser verificada a través de procedimientos de naturaleza empírica, lo que denota una relación más o menos cercana entre la ciencia y la filosofía.

La unión de la ciencia y la filosofía buscan estudiar los cambios de enfoques y criterios que se dan en diferentes áreas del conocimiento. En otras palabras, se ocupan de estudiar cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y de saber si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las "entidades ocultas" (o sea, no observables) y los procesos de la naturaleza. Ambas investigan el conocimiento científico y la práctica científica. Azcárraga (2003), asegura que:

“La filosofía no puede, hoy, vivir de espaldas al conocimiento científico, y menos aún, tratar de relativizarlo en un intento fútil de retener un espacio privilegiado, que es lo que, en el fondo, han intentado algunos filósofos postmodernos con sus críticas desmesuradas a la racionalidad y objetividad de la ciencia. La filosofía debe estar, hoy, unida a la ciencia. Es decir, que la ciencia nos ayuda a comprender como son las cosas, no por el hecho de lo que parezcan o como quisiéramos que fueran, sino que la ciencia prepara a nuestros sentidos para que podamos observar los fenómenos de la naturaleza tal y como se presenta”.

Podemos ver así, que la filosofía está estrechamente unida a la ciencia puesto que a medida que van naciendo preguntas sobre la vida, la existencia, y sus aconteceres la ciencia busca responder estas mismas preguntas debido a sus principios y causas. La ciencia es importante para la filosofía porque representa uno de los mejores esfuerzos para generar el conocimiento. Hoy en día, observamos como el análisis filosófico reflexiona primordialmente sobre las acciones de los científicos, la estructura de la ciencia, la naturaleza del conocimiento científico y de las teorías científicas, lo cual abre las puertas al resurgir de la filosofía de la ciencia como una forma diferente al pensamiento filosófico tradicional. Entonces, la filosofía actual debe ser una filosofía incluyente que vea la ciencia como un conocimiento sistemático que nos permite entender las causas de los hechos y de los seres. Tal conocimiento sería alcanzable con un método adecuado a cada sector del saber, teniendo en cuenta que no todas las realidades pueden ser estudiadas de la misma manera.

En ocasiones, el concepto que se da a la ciencia la aleja de la filosofía. Lo anterior ocurre cuando la ciencia es vista solo en el plano de lo empírico, reduciéndola al ámbito experimental. El Positivismo Lógico por ejemplo, reserva el conocimiento empírico para las ciencias y le niega contenido informativo a las verdades analíticas. No obstante, la ciencia es mucho más pues podemos decir que la ciencia es conocimiento por causas. Es allí, donde empieza su relación con la filosofía, cuando no se interesa solo por las causas superficiales o inmediatas, sino que se preocupa por encontrar las causas últimas de una realidad. Es así, como se forma un verdadero conocimiento científico.

La relación entre la filosofía y la ciencia siempre han existido y existirán y los resultados de esta unión aunque compleja, está llena de grandes resultados, dándole un gran aporte al conocimiento científico. Por ejemplo, podemos observar que grandes científicos, como Aristóteles, Newton, Pasteur y otros; han sido también grandes filósofos, ofreciéndoles al mundo, resultados que van más allá de simples datos de sus correspondientes competencias.

CONCLUSIÓN

Se puede concluir entonces, que la relación entre la filosofía y la ciencia siempre va ser gran generadora del conocimiento científico puesto que, unidas dan respuesta al hombre que van más allá de lo superficial. Unidas son capaces de estudiar diferentes conceptos, criterios y enfoques permitiéndole al ser humano conocer realmente sobre la vida, su existir y el mundo que lo rodea.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arroyo, J y otros, (1999) Filosofía 3, Madrid España, Santillana

De Azcárraga, J. (2003). Ciencia y Filosofía. Dpto. de Física Teórica e IFIC (CSIC-Univ. de Valencia. Recuperado en:https://ubc.edu.mx/plataformavirtual/pluginfile.php/7795/mod_resource/content/1/Texto%201.%20Ciencia%20y%20Filosof%C3%ADa..pdf(20/05/2016).