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Humanismo y debate de la modernidad. La Modernidad

Enviado por   •  14 de Enero de 2019  •  4.500 Palabras (18 Páginas)  •  902 Visitas

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- Carácter progresivo del proceso histórico

Ser moderno es estar siempre abierto al devenir en un proceso hacia un fin o hacia una meta que siempre será superior.

Componente esencial de la Modernidad es, pues, la negación del pasado, de lo viejo, una esperanza en el futuro, en lo que vendrá, en lo nuevo, es decir, un proceso ascendente en que lo viejo cede paso a lo nuevo. Lo propio de la Modernidad será el progreso. Los hombres se proyectan hacia el mañana y los pueblos subordinan las preocupaciones de sus orígenes a la búsqueda de una proyección hacia su nuevo destino. La fe en el progreso permite confiar en que el futuro será no sólo diferente, sino mejor, y que será tarea de los hombres llevar a cabo las transformaciones delas condiciones presentes. Pero se puede decir que en todas las épocas ha estado presente el progreso, lo cual es un hecho cierto, pero no es menos cierto que en periodos anteriores este progreso se hacía perceptible después de varias generaciones. Los únicos cambios radicales que se conocían antes correspondían a aquellos que se sucedían por efecto de las guerras y de los fenómenos de la naturaleza. Sin embargo, estos cambios no siempre jugaron en función de un mayor progreso, sino que, por lo general, representaron distintos grados de decadencia. Es por ello que el progreso corresponde por entero a un concepto que debemos asociar al tiempo y al hombre moderno, en la medida que es sólo en esta época cuando los cambios se caracterizan por un dinamismo siempre creciente .La palabra moderno, como se sabe, deriva de la voz modo, y modo o moda es lo que está de paso a la espera que venga algo más nuevo. El hombre moderno se encuentra devorado por las novedades, lo cual explica las diversas nuevas concepciones en el arte y las distintas corrientes en la filosofía. En las ciencias este fenómeno ha permitido, por ejemplo, la revolución en la física y en la termodinámica que ha logrado romper con la tradicional concepción newtoniana que se vivía hasta hace muy poco. Pero, ciertamente no hubiéramos llegado a los viajes espaciales desde la época de las cavernas sino hubiera habido continuos cambios. De allí que para definir los cambios en la época moderna se hace necesario diferenciarlos de los demás cambios. Esta distinción queda expresada por la rapidez en su ritmo, profundidad en su contenido y globalidad en su extensión. La «rapidez» es tal, que si resumimos los hechos nuevos sucedidos en una sola década y los efectos producidos cuantitativa y cualitativamente, de seguro que éstos son muchos más numerosos. Si tomamos como referencia los más o menos cuatrocientos años de la época moderna, el balance delas nuevas creaciones y cambios habidos en esta época han sido mucho más que el total de los habidos en toda la historia anterior de la humanidad. Esta gran variedad de cambios en tan corto tiempo de historia ha permitido la prolongación de nuestros sentidos, la expansión del mundo y la reducción de las distancias. Nos proporcionan información de otros lugares y sobre lejanías tan distantes que abarcan todo nuestro espacio exterior y el cosmos. La «profundidad» en los cambios opera transformaciones radicales en los constitutivos básicos de la cultura y en los modos de relacionarse entre los individuos. Ello explica por qué entre generación y generación los padres apenas si pueden reconocer los nuevos modos de vida de sus hijos. El carácter de profundidad queda expresado en el hecho de que el hombre se vuelve sumamente reflexivo y trascendente en sus teorizaciones y realizaciones. Pensemos solamente en el peso delas obras de Hegel, Marx y Kant, tanto como en la trascendencia de las creaciones en el campo científico. Respecto de la extensión de los cambios, podemos decir que no hay ya institución sagrada o profana, ni estamento social ni sociedad, ni década que ya no sufra el impacto. Ya no hay islas ni santuarios protegidos que se refugien en la quietud para desapercibir los cambios. El cambio alcanza rápidamente a todo aquello que se le quiera escapar. Las manifestaciones culturales, económicas, políticas y sociales se irradian rápidamente hasta las localidades más apartadas. En otras palabras, los cambios se operan siempre extensivamente dentro de un esquema de globalización general. Todos los cambios, pese a su rapidez, extensión y profundidad, han sido rápidamente asimilados por el hombre, habiéndose adaptado rápidamente a todas las novedades. Con ello, ha demostrado la gran capacidad que tiene para adaptarse a los nuevos modos de percibir la realidad, sin extrañar los anteriores. [pic 8]

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- La secularización

El hombre moderno empieza a valerse por sí mismo con entera autonomía y sin auxilio alguno de poderes extraños, lo que lo lleva a secularizarse, esto es, considerar que el destino último se juega en la tierra y que, en última instancia, debemos rendir cuenta de nuestras vidas a nosotros mismos y no a fuerzas superiores. La secularización de la sociedad moderna conduce a privilegiar la relación entre el hombre y la naturaleza y, por ende, las transformaciones que el hombre pueda realizar. En este contexto, adquieren primera importancia las transformaciones que puedan llevarse a cabo en la vida que es siempre temporal terrena. Después del largo oscurantismo medieval, lo humano triunfa de nuevo exaltándose la vida en todos sus aspectos, resurgiendo la exigencia antigua por el estudio directo de la naturaleza, repudiando el sometimiento ciego a la tradición y la autoridad que la regía. Así, cada esfera, no sólo de la cultura, sino también de la actividad humana, comienza a generar sus propios principios de autosuficiencia y autonomía .La secularización corresponde a la expresión típica de la profunda revolución que se opera en los valores culturales de nuestra época. El avance progresivo de la ciencia y de la técnica ayuda a desmitificar la creación y a des fatalizar la historia provocando la plena emergencia de los valores seculares. La emergencia de estos valores con su consistencia autónoma constituye el hecho clave que identifica a la sociedad moderna. En la sociedad secular ya no asistimos al espectáculo de una adhesión religiosa presionada por externalidades, sino que ésta se hace transparente al ser, ahora fruto de opciones personalmente motivadas. La secularización implica, además, un proceso con respecto a las instituciones. En efecto, con el eclipse de los efectos sacros en la conciencia social, las iglesias e instituciones sacarles tienden a perder su influencia y prestigio. Se reduce el poder temporal de éstas pero reafirmando su libertad profético-espiritual. Consiguientemente, la secularización

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