Immanuel Kant fue un filósofo de la ilustración

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En esta primera práctica se plasma los aportes de Rousseau sobre Kant, permeando su construcción de pensamiento por medio de la formación y educación del niño, pues continuando con su reflexión plantea la formación del carácter del niño, manifiesta que volviendo a los niños malcriados y caprichosos son las primeras formas de corrupción, también comenta que la construcción de hábitos restringe la libertad. Ahora pasa a reflexionar sobre la educación física positiva comenta que esta es la cultura pues es la que nos distingue de los animales y hace una división de esta comentando que hay una cultura del alma que es la plasmada en la física y representa a la cultura del espíritu que debe dirigirse a las facultades superiores y evocar al desarrollo de la inteligencia, esto supone el fin de la educación, la cultura general de las facultades del espíritu, lo que daría en el ámbito físico o moral y la cultura particular de las facultades del espíritu, como los sentidos, la imaginación, la atención, el ingenio y sobre todo la memoria; en este último aspecto Kant hace una extensa reflexión metodológica del cultivo de la memoria sin olvidar la inteligencia. Con la respecto a la cultura práctica o pragmática que se basa en la habilidad (se ha de procurar que sea sólida), la prudencia (ver cómo puede servirse de los otros para sus intenciones) y la moralidad (concierne al carácter, para formar un buen carácter hay que suprimir las pasiones), Kant plantea que a los niños se les debe inculcar los conceptos de lo bueno y lo malo, ejercitando la atención y la paciencia. Los niños deben de estar sujetos a una ley universal que debe basarse en la máxima y no en las disciplinas, la educación moral exige la mayor ilustración de parte de los padres y de los maestros.

Por otro lado, Kant reflexiona sobre la educación práctica y moral repasa sobre la formación del carácter, la naturaleza del hombre no es por naturaleza moral, pero alcanza a hacerlo cuando llega a su razón y se llega a este fin con el principio sustine et abstine es decir el cultivo de la virtud de la tenacidad. Para enseñar el deber por medio de principios y deberes tanto como para uno mismo como para los demás y además plantea que debería de existir un catecismo del derecho, pues estos según Kant son la pupila de Dios. Todo lo anterior nos hace concluir en las ideas kantianas religiosas en aras de la razón práctica, reflexiona y se muestra partidario del ecumenismo y plantea que la religión es una ley en nosotros, quiere decir, una moral aplicada y que debe suponer a una teología, cuando este sentimiento se manifiesta sin la teología representa un sentimiento somnífero para la conciencia y un cojín en el cual dormir tranquilos.

Por último, el estudio de Kant sobre la pedagogía y sus escrito sobre la misma nos lleva a repensar y reevaluar la simpleza de las cosas cotidianas para que desde allí emerjan las preocupaciones y diversas formas de educar, nuestro contexto actual nos lleva a sentirnos reprimidos y sumidos en la poca “libertad” que manejamos pues las concepciones morales y la mala interpretación de las religiones profesan indirectamente este comportamiento en los generaciones que se están gestando para el futuro; no contentos, la educación está llena de preocupaciones que se olvidad de educar un “buen ciudadano” empleándolo más para la producción y haciéndolo olvidar de lo que realmente es importante.