La ética de Aristóteles es el primer análisis de lo que, de manera general podría ser llamado la estructura del comportamiento humano, del carácter, que es aquel que rige y regirá

...

Haciendo referencia a platón, Aristóteles nos dice que hay tres clases de bienes, estos son: los exteriores, los del alma y los del cuerpo. Los bienes del alma son los más importantes y los bienes por excelencia[10], las acciones y las actividades anímicas se relacionan a la misma. Existen condiciones para la felicidad, éstas pueden ser la virtud, la prudencia, la sabiduría, el placer, la prosperidad material[11], pero Aristóteles dice que la felicidad es una clase de virtud, los que gustan de las cosas virtuosas amarán o deberán amar, también la virtud, por lo tanto la vida de estos hombres no necesitará placer, de una especie de exterior añadidura, sino que, el placer en sí misma lo contiene. A pesar de ello Aristóteles nos explica que, para tener felicidad se necesitan de los bienes exteriores, “como los amigos la riqueza, el poder político como si se tratasen de instrumentos”[12], para aquel que sea feo, sin hijos, sin dinero le será más difícil o imposible alcanzar la felicidad, en cambio aquellos que durante su vida se vean agraciados por las circunstancias y situaciones, que tengan que vivir y dependiendo que estas sean lo mejor y agradable posible, entonces, se dirá que existió en él buena suerte, un azar, el azar puede, terminar en el camino antes mencionado, aunque paralelamente, puede resultar ser opuesto y negativo, desechando que, alguna vez hubo verdadera buena suerte y por lo tanto felicidad, y ¿si ésta mala suerte, fuera la muerte? Aristóteles nos habla que un hombre puede ser considerado, por aquellos que quedan después de su muerte, como feliz o no, de acuerdo a lo que hizo en vida, en todo caso sería feliz porque ya no está sujeto a los males e infortunios[13] que en la vida se padecen, una pregunta qué él nos hace es la siguiente

“¿Cómo no es absurdo decir que, cuando uno es feliz, en realidad, de verdad, no lo es por no querer declarar feliz a los que viven, a causa de la mudanza de las cosas, y por no creer que la felicidad es algo estable, que de ninguna manera cambia fácilmente, sino que las vicisitudes de la fortuna giran sin cesar en torno a ellos?”[14].

A lo largo de la estadía en el mundo el hombre siempre se verá afligido en menor o mayor medida de bienes y de males, entre mayor sea la cantidad y magnitud de los males el hombre perderá estabilidad, pero el hombre feliz “soportará las vicisitudes de la vida más noblemente y con moderación en toda circunstancia”[15]. El hombre será feliz a medida que conlleve y soporte aquellos males que le afligen, y si estos fueran muchos y muy grandes el hombre tardará en superarlos y en cuanto se haya hecho de mayores y mejores bienes, la superación será más asequible. “Todo lo elogiable se elogia por ser de cierta índole y por tener cierta referencia a algo”[16],”el elogio pertenece a la virtud”[17], “la felicidad es cosa perfecta y digna de ser alabada…ya que a causa de ella, todos hacemos las demás cosas”[18]. Aristóteles considera a la felicidad como algo digno de honor de una manera analógica, si los dioses son honrados por ser un fin en sí mismo, así la felicidad, que no es un medio, ni algo instrumental, sino algo mejor por sí misma.

- El alma, sus partes y sus virtudes.

“La felicidad es una actividad del alma de acuerdo con la virtud perfecta”[19] hasta antes de éste tercer apartado del primer libro se había abordado la felicidad como un bien en sí mismo, eso que tiene en sí mismo se confiere al alma humana, y no reside como se pudiera creer en las facultades del cuerpo, como la fuerza, la rapidez etc. Como es útil conocer los atributos del cuerpo y sus partes, lo que conforme y sea el alma será más necesario e importante de conocer, para cualquier hombre de todo entorno y época. Aristóteles en la ética nicomáquea, se remite a escritos elaborados en la escuela académica, que denomina exotéricos, en ellos quizá se trataba todavía más que lo que en éste punto se trata, comienza afirmando que “una parte del alma es irracional y la otra tiene razón”[20]. Como en toda la vida, llena de proto-impresiones, algunas más trascendentales que otras o más conmovedoras que otras, más memorables etc. una de aquellas primeras impresiones es, cuando la mirada discurre en líneas llenas de tanta verdad -escritas por tan gran pensador- al grado que no puede hacer más que sobresaltarse el alma completa, al momento de saber que hablan de ella, de un modo que hasta antes de ese preciso instante desconocía. Aristóteles aclara que lo irracional que el alma posee puede ser dividido en tres partes: una común y vegetativa, que varios organismos poseen, como la nutrición y el crecimiento, otra que puede ser persuadida por la razón, dado que la escucha y la obedece como lo apetitivo, y por último una irracionalidad primaria y en sí misma. Por la parte de las virtudes, hace una división entre “´virtudes éticas y dianoéticas”[21] por parte de la primera se pueden enumerar la liberalidad y la moderación; por parte de la segunda se atribuyen a cualidades como la sabiduría, la inteligencia y la prudencia, para finalizar el primer libro Aristóteles nos aclara que “llamamos virtudes a los modos de ser elogiables”[22].

2.- Libro II

Seguidamente, una vez determinada la división entre las virtudes, Aristóteles, comienza a definirnos, de acuerdo con las características que cada tipo de virtud posee, lo que éstas son, nos dice por una parte que “la virtud dianoética se origina y crece principalmente por la enseñanza a su vez requiere experiencia y tiempo”[23], “la virtud ética en cambio procede de la costumbre, y por lo tanto ninguna virtud ética se produce en nosotros por naturaleza”[24], a continuación nos expone más puntualmente ese punto afirmando que “las virtudes no se producen ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que nuestro natural puede recibirlas y perfeccionarlas mediante la costumbre”[25]. Las virtudes se adquieren, como producto de actividades que anteriormente hayamos realizado, mucho reside, en la capacidad de un poder hacer, ya que sólo a partir de repetir, y ejercitando un cierto modo de ser, será posible llegar a conseguir y practicar las virtudes en vida, al mismo tiempo el autor resalta la importancia total, que tiene realizar desde la juventud cierta clase de actividades: Pues las mismas corresponderán al modo de ser que uno adquiera y siga.

“Las acciones son la principal causa de la formación de los modos de ser”[26], “es comúnmente aceptado que la manera de actuar moralmente es mediante la recta razón, aunque los que actúan deben considerar siempre lo oportuno”[27]. Las acciones, virtudes y otras cosas, siendo de índole extremista, tienden a eliminar