¿La ética guía a los profesionales de hoy?

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todo esto mencionado, se supone que el profesional debiera tener todos estos atributos referidos a la ética y la moral bien definidos en su carácter y los debiera expresar llevándolos a la práctica, pero actualmente vemos a estos profesionales con un trato poco cordial hacia la gente que asiste a recibir sus cuidados, sobre todo en servicios donde la estadía es transitoria como urgencias, donde están más pendientes de su bienestar que de atender y disminuir las falencias en salud que tienen sus pacientes, esto puede ser porque las personas que acuden a estos servicios son personas que van por algo ambulante, no están obligadas a quedarse y los funcionarios no se involucran de una manera holística con sus pacientes. Estas actitudes se ven contrarrestadas con los de los servicios en donde los usuarios deben de estar por algún tiempo, en el cual los profesionales se involucran de modo físico, social, espiritual y afectivo con sus pacientes, haciendo relucir sus virtudes internas y la felicidad que puedan llegar a sentir.

El verdadero sentido de ética, debe ser trabajado de la niñez, no tan solo para en un futuro realizar la labor que hacen los enfermeros y enfermeras, que es cuidar del otro para lograr que su salud se mantenga en un buen estado, sino en todas las futuras profesiones de esos niños.

Se les debe de enseñar que el bien de los otros es más importante que el beneficio propio y que las características internas son los valores más preciados que podemos tener.

Los que hoy en día se desempeñan como funcionarios en el área de salud como la enfermería, olvidan que las personas que van a verlos por sus dolencias, tienen tantos derechos y virtudes como ellos mismos y que se les debe respetar en todo sentido.

Como mencione anteriormente, quizás esta falencia en el aspecto ético y moral de los enfermeros y de otros profesionales no tan solo del área de la salud, se deba a la falta de educación en esos aspectos desde el hogar hasta la vida profesional, no tan solo con un código deontológico, que puede guiar en cierta parte al profesional en su quehacer diario pero si no se tiene una sólida formación, de nada sirven los códigos.