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¿Qué clase de personas fueron nuestros ancestros prehistóricos que adoraban a la diosa?

Enviado por   •  3 de Mayo de 2018  •  2.687 Palabras (11 Páginas)  •  335 Visitas

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En el primer eje de su texto, Fraser explica las distintas economías existentes, pero además, realiza las siguientes explicaciones e historia de algunos términos importantes para entender el contexto histórico, estos son:

Economicismo. Por definición, el capitalismo organizado de Estado suponía el uso del poder político público para regular los mercados económicos (y en algunos casos sustituirlos). (p. 90).

Esta explicación sobre economismo implica que los estados que aceptaban este tipo de modelo gestionaban para ir resolviendo la constante crisis del capital, en tanto que argumentaban esto sobre la base de la justicia social, la igualdad y la solidaridad. Dejando en claro que esta economía no hacía más que profundizar las injusticias.

Androcentrismo. De ahí se deducía que la cultura política del capitalismo organizado de Estado contemplaba al ciudadano típico ideal como un trabajador varón perteneciente a la mayoría étnica; sostén económico y hombre de familia. (p. 91).

Lo anterior citado plantea, quizás, lo más importante de esto, puesto que el salario familiar dependía del hombre, un hombre que mediante el valor del trabajo podía ascender, no obstante, los salarios no alcanzaban para mantener a hijo y mujer desempleada. Aquí también, se deja en claro lo sexista y discriminatorio del sistema, debido a que el sostén de la familia es el hombre.

Estatismo. El capitalismo organizado de Estado era también estatista, lleno de valores tecnocráticos y gerenciales. (p. 91).

Esto quiere decir que se dejaba en manos de profesionales políticos para definir las políticas y una orgánica burocrática. Esto provoco la despolitización de las personas porque las decisiones más importantes se tomaban desde arriba.

Westfalianismo. Por último, el capitalismo organizado de Estado era, por definición, una formación nacional, destinada a movilizar las capacidades de los Estados-nación para apoyar el desarrollo económico nacional en nombre –si no siempre en interés– de la ciudadanía nacional. (p. 91)

Esto último, significa que solo accedían a la justicia aquellos conciudadanos, no obstante, esto llevo a truncar la justicia en desmedro de la solidaridad internacional y antiimperialistas, mientras que escondían y oscurecían las injusticias en sus territorios y fuera de este.

Bajo todo este contexto, las feministas de la segunda ola se unen con la nueva izquierda y antiimperialista para debelar las injusticias del sistema capitalista. Es aquí donde las feministas comienzan a ampliar las injusticias sociales ha injusticias de sexo para ser tratadas como iguales, no quedándose en el término de género, sino que sumando demandas entre distintos movimientos feministas, por tal motivo se plantea lo siguiente:

El feminismo de segunda ola contra el economicismo. Negándose a identificar en exclusiva la injusticia con la mala distribución entre clases, las feministas de la segunda ola se unieron a otros movimientos emancipadores para abrir el restrictivo imaginario economicista del capitalismo organizado de Estado. (p. 92).

Por otro lado, se plantea que las feministas de la segunda ola no tan solo debían luchar contra las injusticias de los estados capitalistas, sino que también, contra la izquierda no feminista, es decir, una lucha por un lado contra el sistema y por otro, combatir el sexismo de sus aliados. De esta forma, Fraser lo interpreta como:

El feminismo de la segunda ola contra el androcentrismo. Si bien la segunda ola feminista compartió el aura general de radicalismo de la década de 1960, mantuvo no obstante una tensa relación con otros movimientos emancipadores. (p. 93).

Pero además de lo anterior expresado, las feministas también debían luchar en una batalla de ideas que por un lado, desde el capitalismo las excluía y por otro, que sus compañeros de la nueva izquierda concebían la toma del poder con un tipo de hombre nuevo, quienes conducirían al cambio, dejando en un segundo rol a las mujeres, por consiguiente:

El feminismo de la segunda ola contra el estatismo. Pero las objeciones feministas al capitalismo organizado de Estado se referían tanto al procedimiento como al contenido. (p. 94).

Por último, dentro de este primer eje, tenemos a las feministas a favor y en contra del capitalismo de Estado, explicado como:

El feminismo de la segunda ola en contra y a favor del westfalianismo. Más ambigua, quizá, fue la relación del feminismo con la dimensión westfaliana del capitalismo organizado de Estado. (p. 94).

En cuanto al segundo eje planteado por la autora, las feministas de la segunda ola se encontraron con un periodo nuevo, este era el cambio histórico en el carácter del capitalismo, esto hacia el neoliberalismo, en tal caso Fraser explica lo siguiente:

Curiosamente, la segunda ola feminista floreció en estas nuevas condiciones. Lo que había empezado como un movimiento contracultural radical pasaba ahora a convertirse en un fenómeno social de masas de base amplia. Atrayendo partidarios de toda clase, etnia, nacionalidad e ideología política, las ideas feministas penetraron en todos los resquicios de la vida social y transformaron la idea que todos los afectados tenían de sí mismos. El efecto no sólo fue el de ampliar enormemente las filas de activistas sino también remodelar las percepciones lógicas de la familia, el trabajo y la dignidad. (p. 96).

Por último, en la tercera parte de este texto, Frasen plantea que existen nuevas condiciones de lucha para el feminismo, estos son las desigualdades económicas que genera el neoliberalismo, entre estos, las injusticias que impone el mercado hacia las mujeres, en este sentido la autora expresa lo siguiente:

La elección de Barack Obama puede señalar el rechazo decisivo, incluso en el seno de la bestia, del neoliberalismo como proyecto político. Quizá estemos contemplando los primeros movimientos de una nueva oleada de movilización destinada a articular una alternativa. Tal vez, en consecuencia, estemos al borde de otra «gran transformación», tan masiva y profunda como la que acabo de describir. (p. 101).

Ahora bien, respecto al texto de madres y huachos, analiza las nociones de conceptos importantes tales como: el género; la cultura y valores. Estos significados lo explica de a siguiente forma:

Ser mujer y ser hombre, pertenece al género femenino o masculino (…) nos obliga a realizar un gesto que pasa por una mirada universal, pero que se detiene en lo particular. (p. 23).

En tanto que determina a la cultura como

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