Un Ensayo Psicopatología de la Vida Cotidiana
Enviado por John0099 • 28 de Octubre de 2018 • 2.446 Palabras (10 Páginas) • 624 Visitas
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Los siguientes capítulos tratan sobre las torpezas o actos de término erróneo y los actos sintomáticos y casuales. La torpeza sería la representación simbólica de un pensamiento que no ha sido aún aceptado por la consciencia. Igualmente, puede representar la voz de la autocrítica; actos de sacrificio o autocastigo; e intentos inconscientes de suicidio o hacer daño a un ser cercano.
Conviene destacar una ocasión que una amiga me comentó que unos días antes de dar el examen de la Senecyth se había resfriado, así que fue con su papá a comprar medicina y él aprovechó para comprar también sus pastillas. El día del examen, le pidió a su mamá que le pase las medicación, y en ese momento se dieron cuenta que estaba tomando la medicina de su papá (Valpakine 500 mg). Eso justificaba el hecho que todo ese tiempo había tenido mucho sueño y sentía que su corazón le latía más rápido. Todo esto pensaban que eran síntomas por la preocupación por el examen; sin embargo, también pudo haber sido un intento inconsciente de suicidio para escapar de la presión de dicha prueba.
De manera que los actos de término erróneo son acciones que consiguen su fin con una seguridad impresionante, llevado a cabo con mucha mayor precisión que cualquier acto consciente.
Así, una amiga de mi mamá, llamada Rita se casó con un arquitecto. Él era divorciado, pero su ex esposa (Karla) le hacía la vida imposible a Rita, quien tenía una actitud pasiva a todo esto. En una ocasión que Karla estaba de candidata a concejala de Loja, Rita cansada de sus acciones indignas, decidió mandarle a manchar la propaganda con la pintura que ella vendía en su negocio. Pero sin darse cuenta, le facturó la pintura a su esposo y sólo se dio cuenta de esto cuando él le dijo que últimamente no había comprado pintura negra. Esto pudo haber sido un intento inconsciente de comunicarle a su esposo lo que ella hecho.
La línea de demarcación entre los actos de término erróneo y los sintomáticos, es demasiado indefinida. Freud, explica que estos actos se diferencian de los anteriores porque surgen con naturalidad, es decir, por “pura casualidad”, ya que no se sospecha que detrás de ellos haya otras intenciones, por tanto pasan inadvertidos. Sin embargo, expresan lo que no se comunicaría fácilmente a otras personas, desempeñando el papel de síntomas.
Estos actos abarcan tics, garabatos, negligencias en la forma de vestir, hacer sonar las monedas del bolsillo, comportamiento durante las comidas, etc.; y que, generalmente las personas que lo llevan a cabo, no se dan cuenta que lo están haciendo hasta que otra persona se lo comunica.
Igualmente, estos actos pueden aparecer en la vida conyugal (perder el anillo de bodas), con una grave significación que puede predecir el fin de la relación. Por otro lado, la pérdida de objetos es una expresión de lo poco que se aprecia dicho objeto o a la persona que lo regaló, y puede simbolizar un pensamiento reprimido o un sacrificio.
Otto Rank también resalta el hecho de encontrar objetos, distinguiendo que cuando se pierden, se conoce el objeto, mientras que en los hallazgos, éste tiene que ser buscado. En estos casos existe una predisposición inconsciente a “buscar”, que nos lleva a obtener los resultados deseados con más facilidad que si los buscáramos con la atención consciente.
El décimo tema constituyen los errores de la memoria, que según Freud, son comúnmente relativos a la historia o a las confusiones que tienen las madres al nombrar a sus hijos. Pueden originarse cuando desfiguramos la verdad intencionalmente o cuando no queremos comunicar algo reprimido. Lo contrario a los errores es la ignorancia. Por ejemplo, una vez en un examen confundí la función de los conos y bastones a pesar que luego del concepto, di un ejemplo correcto de su función. De manera similar, mi profesora de geografía se avergonzó cuando dijo que Madagascar no es una isla, y de inmediato corrigió su error.
J. Starcke da a conocer un caso en el que por una distracción, se realiza un deseo al que ya se había renunciado. Algo así les sucedió a mis amigas: Había viajado a Loja luego de clases para celebrar el cumpleaños de mi abuelita. Cuando estaba ya por ir a la reunión, mis amigas me llaman y me dicen que están en mi casa y que si puedo salir. Yo asustada, porque me había dicho querían ir a Loja, salí a la ventana, pero luego me di cuenta y les recordé que estaba en Loja. Olvidaron que había ido a Loja por su deseos de ir a mi casa, a pesar de que ellas mismas le mandaron muchos saludos de felicitación a mi abuelita esa mañana.
Posteriormente, señala que existen muchos casos de actos fallidos combinados, que consolidan la idea de que los actos fallidos no pueden ser tan sólo una casualidad. Freud considera que lo más interesante de algunos ejemplos es que sea imposible para el consciente impedir el éxito del inconsciente.
Finalmente, el autor aborda acerca el determinismo, creencia en la casualidad y en la superstición, en donde subraya que los actos fallidos tienen que cumplir ciertas consideraciones: deben estar dentro de los límites de lo normal; deben ser momentáneos, es decir, que hayan sido ejecutado antes con éxito, y al darse cuenta del error, éste tiene que ser admitido y corregido; y, se lo debe explicar como una inatención o casualidad.
Meyer decía que es imposible hacer intencionada y arbitrariamente algo que no tenga sentido en absoluto, es así que incluso los nombres y cifras escogidas al azar y nuestros números favoritos, tienen una explicación relacionada a ciertos eventos de nuestra vida, puesto que en los psíquico no hay nada indeterminado.
El conocimiento de la motivación de los actos fallidos puede escapar del consciente, de esta manera, en dos lugares pueden encontrarse fenómenos que corresponden al conocimiento inconsciente: En los paranoicos, en los cuales se hacen conscientes muchas cosas que en los normales permanecen inconscientes, y en la superstición.
La superstición es originada por impulsos reprimidos por la educación moral y expresa el temor a las desgracias futuras. Esto puede ser la explicación de que, una compañera de colegio, la mayoría de ocasiones que teníamos pruebas orales sorpresa, sabía exactamente cuándo sería su turno e inclusive, a veces, sabía lo que le preguntarían.
Pueden haber casos de sueños proféticos o del encuentro con persona que ocupaban nuestros pensamientos en ese momento. Es el caso de una amiga que terminó prematuramente una relación con un chico, pero luego de eso, comenzó a encontrarlo todos los días hasta en los lugares y a las horas menos esperadas, esto profundizó aún
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